Un miércoles diferente

hoy me levanté y no hice mi tabla de ejercicios matutina. Tenía que estar pronto en la oficina para mandar un par de fotos antes de irme a la obra, que no precisamente de Dios (por lo de Opus Dei, para los cortitos).

Tras estar todo el día al sol en la playa (entiéndase de vías, playa de vías), me llevé una camiseta de recambio porque había quedado a comer con Sanve y la Mami. Ellas se metiron de primero una ensalada de atún y yo unos spaguettis con albahaca y, de segundo, una dorada al horno que estaba estupenda (los tres).

Como es la segunda cita, ya había confianza para sacarnos los defectos. Sí, descubrió la mami que me mordía las uñas. Decía que quedaba horrible en un varón el que se muerda las uñas. Debe ser que le gusta que le arañen el clítoris, jajaja. Y tú fumas, le dije yo, te jodes, me dijo ella. Yo creo que me quiere, jajaja.

Luego Sanve tenía que volverse a trabajar y nosotros nos quedamos un ratín tomando algo.

Este fin de semana viene mi amiga Berti de Valencia precisamente. Tocará seguramente ir a Barcelona el sábado para verla y comer con ella. yo quería el domingo, pero por Ana y por Sanve creo que tendrá que ser el sábado. Toma nota Sanve.

Al llegar a Tarragona coincidí con la que nos alquiló la plaza de garaje colándonos en la lista porque teníamos moto. Como ella y su pareja son moteros también, eso une mucho. Estuvimos hablando de quedar y hacer una salida. A ver si es verdad. Me enseñó que tenía en la cartera mi número. Muy maja.

Al llegar a casa, Ana acababa de llegar y nos fuimos a correr juntos por el paseo marítimo. Hacía tiempo que no corría. Qué bien sienta la brisa del mar cuando corres a pecho descubierto. Nos cruzamos con varias nenas, unas corriendo como nosotros y otras en patines. Notaba como me miraban en la distancia pero, en cuanto se acortaba esta, yo las cosía con mi mirada y les obligaba a desviar la suya. Vaya tazas tenían algunas, jajaja.

En definitiva, ha estado bien el día.

Estuvo bien el rato del mediodía.