A desflorar se ha dicho

Vaya miércoles que empecé ayer, llamadas de teléfono de gente pidiendo cosas que no debe, poniéndome de mala leche.

Hoy me apetece dedicar unas palabras a Moa, que en su comentario ha dicho con otras palabras lo que a mi me gusta hacer, que es relacionar el evangelio con mi vida, pues no pretendo otra cosa que meterlo a presión en el primer hueco que vea y deje, que no es mucho. Y me alegra enormemente que le guste a ella de esa forma. Y le voy a dedicar este poema a ella, mi canaria desconocida. Sé que no todos se consideran religiosos, o creen y no practican o vete tú a saber. Pero yo estoy convencido de que todos al final caminamos hacia Dios. Y en este poema de León Felipe que le dedico a Moa lo dice de una manera que me llega al alma.

Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz
el sol…
y un camino virgen
Dios
León Felipe

Debo decirte Moa que una contestación más escueta le di a mi “amigo”. Pero es más razonable la tuya. Y mi novia no es celosa y sabe que soy solo para ella. Y también sabe que ella no es la única que tiene derecho a ser y/o estar guapa.

Entiendo que mis comentarios puedan despertar dudas acerca de mi forma de ser. Y no entiendo por qué. Soy tan sencillo que digo lo que pienso. El interpretarlo pensando mal es responsabilidad del que tiene la mente retorcida. Ayer me di un batacazo con la realidad de los malos pensamientos de las personas y los que les gusta el cotilleo a mala fe. Y esto lo dice un cotilla que soy yo.

Resulta que ayer tuve una cena con dos que se iban de Tarragona, para despedirme y eso. Y unos amigos comunes, un chico y una chica se fueron de vacaciones juntos esta semana pasándo un reláx envidiable en la Playa del Inglés (Gran Canaria). Ayer hablé primero con ella, para que me dieran envidia diciéndome como estaban. Me hablaron d ela piscina del hotel, del jacuzzi al aire libre, de lo bonito que era Maspalomas… Y yo, que pregunto todos los detalles (soy un poco raro, ya lo sé) les indagaba sobre a qué hora se levantaban, a qué horas salían de fiesta por la noche… A esta pregunta me contesta que depende, según les apetezca. ¿Y quién es el que llama a quién para salir?-preguntaba como intentando adivinar quién era el más fiestero de los dos, que nunca lo tuve claro. (debo decir que las preguntas que hago a los amigos, como a estos que son recientes, suelen ir enfocadas directamente al tipo de vida que llevan, que les gusta, horarios… por conocerlos más en profundidad). Pues a esta pregunta me dice que no se llaman. ¿cómo que no os llamáis? . ¿Y cómo quedáis entonces? A lo que me dice que están en la misma habitación. AAAAAAAAAAAAAH, digo yo. Y me añade que cuantos rodeos he dado para sacarle esta información. Yo le dije que eso lo podría saber preguntándoselo a Ana, que ya lo sabía, incluso creo que ya me lo había dicho, pero yo soy un poco pez, como dice mi amiga Elena. Debo decir que se fueron juntos a un viaje que pillaron barato y lo de compartir habitación es simple y llanamente tema económico. Le contesté que qué retorcida que era, que yo no era así, pero cuando no me cuadran las respuestas tengo que llegar al quid de la cuestión. Y que yo no daba importancia al hecho de que dos amigos de diferente sexo se vayan de vacaciones juntos compartiendo habitación.

Pero aquí no acaba todo. Después en la cena le comento a uno de los que me despedía, más amigos que yo de los veraneantes, la conversación. Y me dice que es normal que no me lo dijera al principio (¿???? Si Ana lo sabía ya!!!) y me empezó a hablar que cuando ella empezó a salir con el chico con el que sale, que trabaja con ella, para evitar rumores incómodos lo llevó en secreto al principio. Y le decía yo que vaya tontería. Y de repente me salta: ¿Tú quieres saber si estos dos están juntos? Y le digo yo, ¿pero quién está hablando de estos ahora? Pues no lo están-me dice. Otra que pensó que quería preguntarle eso. Pero coño, si quisiera saber eso no me andaría con rodeos. Me enfadé “en secreto”. No me gusta que piensen que soy así de alimaña. Y me gusta queme conozcan y no me presupongan enrevesado a la hora de sacar información. Pero si todo el mundo sabe que soy muy directo preguntando y no me ando con rodeos. Y creedme, cuando quiero información, soy tan sutil que no se me nota.

Hoy Jesús compara el reino de los cielos con una red que atrapa un montón de peces. Que al llegar a puerto se cogen los peces buenos y se echan a un cesto y a los malos se les hecha al fuego. Y pregunta a los que le oyen si han entendido esto. “Sí”-le dicen. Pues así será, vendrán ángeles y harán la criba, y los malos irán al fuego donde serán el crujir y rechinar de dientes.

Vaya lectura un tanto tenebrosa. Me imagino en esa red con todos los demás. Somos tantos y tan apretados en este “reino de los cielos” que ahora no sé si soy un pez de los buenos o de los malos. No sé si estaré jugoso y con carne o soy de los que no alimentan y no merezco ni para que me aderecen en la mesa. Y es normal, al ser tantos, vamos donde nos lleva la corriente, donde nos lleva el grupo. Hay peces que nadan a contracorriente. Y cuando te dejas llevar siempre por la corriente no sabes si te llevará a buen o mal puerto. Es por eso que hoy me dice que me tengo que parar y pensar si soy alimento para el reino de los cielos. Sólo así se puede transformar ese reino de los hombres en reino de los cielos.

Aunque sobra decirlo, para nada he interpretado esto como una advertencia sobre que el infierno está ahí y que cuidadín con lo que hacemos. Mi Dios no me amenaza, mi Dios me quiere. Y sé que siendo alimento para los demás me alimentaré a mi mismo y haré de este mundo un mundo mejor.

Y todos debemos sentirnos afortunados. Como dice le poema de antes, Dios nos ha puesto a cada uno un camino virgen para llegar a Él. ¿A qué esperamos? ¡DESFLORÉMOSLO! JAJAJAJAJAJA