sábado, 17 de abril de 2010

Sábado de melancolía

Evangelio según San Juan 6,16-21.Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. El les dijo: "Soy yo, no teman". Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

Un sábado gris. Llovizna en Tarragona mientras en Girona hace un sol estupendo. Tiempo de melancolía. ¡Qué bien se está entre amigos! ¿Dónde estais? Ya sé. Cada uno en vuestros hogares. Aún paladeo el fin de semana pasado. Enriquecedor domingo.
Mañana será otro domingo de encuentro. Otro domingo de amigos. Me viene el recuerdo de lo bueno y el sabor amargo de cuando me quedé solo. Extraña sensación. Sobre todo cuando de fondo se escucha a una increíble Teresa Salgueiro cantando una melodía que me parece que es samba.
Que extraña sensación esta del tiempo Pascual. Se hace patente la resurrección de un montón de vidas que creimos muertas. Piensas que mejor te haces como la vida o la vida puede contigo. Te quieren dominar, que vendas a tu compañero. Pero uno prefiere seguir siendo fiel a lo que cree.
Y cuando te sientes solo en la encrucijada de la vida, de tu trabajo, divisas a "Jesús" acercarse a tu barca. Es con quien sabes que a tu lado nada podrá contigo. ¿Por qué sigues teniendo miedo? Lo haces bien. Sigue así. Dios dirá después. Un tope nos saca de esa sensación de sueño. Hemos llegado a la orilla. La vida nos absorbe de nuevo. Atrás quedó esa visión de Jesús que se acercaba a nuestro lado y esa invasión de una sensación a la vez de miedo y emoción. Ese tocar de barca en la orilla parece querer obligarnos a olvidarnos de lo que es importante en la vida.
Los amigos. Me da la sensación de que son como muchas parejas. No les das la importancia que tienen. Hasta que los pierdes. Entonces es tarde.
Estoy contento, aunque no lo parezca. Melancólico pero contento.