miércoles, 14 de diciembre de 2011

Y dale con la Sanidad


Sí, ya sé. Cansa hablar de lo mismo. Pero es que es verdad. Hace una semana volvía a ser noticia lo de los del pueblo de una comunidad que querían acudir al hospital de otra porque les pillaba más cerca. La noticia decía que ya se habían puesto de acuerdo salvo en el detalle más importante. El dinero.

Pero, ¡coño!

¿Acaso es que no lo dice todo lo de ponerse de acuerdo con el dinero? ¿No brama al cielo que la Sanidad debería ser de competencia única del gobierno de España? ¿No ven que las fórmulas establecidas para que cada comunidad autónoma ejerza sus competencias perjudican al ciudadano?

viernes, 18 de noviembre de 2011

Sanidad para todos

Soy de los que piensan que la Sanidad es una de las competencias que nunca se deberían haber transferido a las comunidades autónomas.

La reciente noticia de ciertos ciudadanos alaveses, que les pillaba más cerca el uso de centros sanitarios de La Rioja, se vieron con cierta barrera Riojana a la hora de ser atendidos. ¿Razón? Al pagas sus impuestos en el Pais Vasco, ahora que estamos en tiempos de crisis, Los Riojanos no quieren tener un gasto por quienes no ayudan a sufragarlo. Lógico, ¿verdad?

Luego aparece una ministra de Sanidad diciendo que tienen garantizado el uso sanitario porque existe un fondo de cohesión, etc, etc. Si yo no digo que no exista un procedimiento por el cual se pasen cargos internos las comunidades entre sí por atender a ciudadanos de otras comunidades, pero lógico es que pase lo que pase: ante la duda de que se cobre, mejor no se atiende como tiene que ser al ciudadano y se le indica que acuda al médico de la comunidad de origen.

¿Esto es tener derecho por igual a la Sanidad en todo el territorio Español?

Desde luego, me alegra que salga a la palestra noticias como esta, porque son fiel reflejo de lo que ocurre en España.

Me ha tocado viajar mucho por trabajo. He tenido targeta sanitaria del Insalud, del Sacyl, del Sergas y de Catsalud. Y maldita la hora en que alguien dijo que tenía que existir tanta tarjeta. ¿Que tienes que ir al médico? Que no tengas que ir dos veces en dos semanas diferentes, porque al parecer cada semana se turnan los médicos para atender a los desplazados y tienes que volver a contar tu historial desde el principio. ¿Que necesitas ir al especialista? Pues tienes que pedirte vacaciones porque para una consulta de una hora a 600km de tu casa tienes que gastar al menos 2 días de vacaciones. ¿Y todo por qué? ¿Así se hace más productivo el país? ¿Así se tiene más contento a los ciudadanos españoles?

Es posible que se engañe a los paisanos que no han tenido la necesidad de salir de su ciudad para poder ganarse el pan y se les meta en la mollera que así demuestran mejor independencia.

Cuanta razón tenía Unamuno: Los nacionalismos se curan viajando.

Otro día hablaré de la Educación, que tampoco se tenía que haber transferido.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Tan cerca de mi

Me decía ayer mi amigo el canario, que lo tengo tan cerca de mi, que cómo se me ocurre tener una foto de la playa de Cofete con un bidón de plástico como protagonista.

¡Qué quieres que te diga!-le contesté-incluso con esa garrafa me parece encantadora.

jueves, 25 de agosto de 2011

Adios AGOSTO

Se fue el mes de Agosto. Un mes de mucho trabajo que se me ha escurrido entre los dedos. Afortunadamente todavía queda verano para los que vivimos en zona de costa.

Llega septiembre, mes más despejado de la masa de veraneantes que copaban las arenas de las playas. Sus orillas tornarán de nuevo tranquilas con sólo el murmullo de las olas.

Me gusta el mes de Septiembre. Cumpliré años, cuestión que siempre me incomodó reconocer. Y eso que con los años me encuentro cada vez mejor. Igual no opinan lo mismo quienes me conocieron en juventud, pero me sienta bien el pasar de los años. Seguramente por el deseo de sentirme bien.

El futuro cada vez es más incierto, pero... tengo ilusión en él. Hoy tengo el alma abierta.

Pasen y vean.

lunes, 11 de julio de 2011

Colores del Aura

Una vez tuve la oportunidad de conocer a una mujer que entendía de cosas "curiosas". Una de esas cosas "curiosas" que sabía la buena mujer era el aura de las personas. Me contaba que no solía responder a preguntas que le hacían por ciertos temas porque solían llevar aparejados cierto rintintín y burla. A mi me respondía de buena manera. No sé si fue porque supe preguntar, porque le caí bien o porque vió realmente interés en mi pregunta.

Comimos en casa de un amigo común y aproveché la sobremesa para contrastar opiniones de la vida. Y salió el tema del aura. Al parecer mi aura cambió a tonos dorados cuando le hablaba de mi forma de sentir a Dios. Y le pregunté entonces cual era el color habitual de mi aura. Creo que me dijo que era índigo.

No sé por qué me he acordado hoy de eso, pero si recuerdo bien y me dijo que era índigo, soy una persona para asustar.

CUALIDADES POSITIVAS

Como color básico

El individuo con color índigo, que viene a ser un azul violetazo y a veces incluso un poco rosado, es una persona cariñosa y muy comprensiva. Es precisamente su facilidad para comprender las cosas y dar buenos consejos por lo que la gente disfruta con su presencia.

Para un índigo, ayudar a los demás es una verdadera satisfacción, y hay que decir que lo hacen bastante bien. Incluso a veces lo hacen sin darse cuenta con algún comentario que quien está con ellos necesitaba oír. De hecho son personas muy intuitivas y aunque también muy lógicas, saben encontrar el equilibrio entre la mente y los sentimientos. Irradian una especie de candidez y ternura admirada por mucha gente.

Desean disfrutar todo lo posible de la vida. Les gustan las cosas sencillas y sobre todo el contacto con la gente. Pasar un día en el parque con un ser querido puede hacerles enormemente felices. Suelen ser personas muy profundas que buscan ante todo en las personas la sinceridad.

Como color secundario

Este color como secundario indica que estamos atravesando una etapa en la que nos encontramos felices y tranquilos. Estamos serenos y disponemos de todo lo necesario para enfrentarnos positivamente a cualquier problema que pueda surgir. Tenemos ganas de estar con la gente y ellos tienen ganas de estar con nosotros. En esta etapa nos veremos muchas veces en el papel de buenos consejeros.

Variantes positivas del índigo: índigo oscuro, índigo brillante, índigo básico.


CUALIDADES NEGATIVAS

Como color básico

Como contrapartida el individuo con color índigo puede llegar a convertirse en el perfecto manipulador. Debido a su don de gentes, puede terminar consiguiendo hacer con ella lo que más le interese, incluso aparentando que es por el bien de los demás. En este sentido se puede decir que hay que tener cuidado con un índigo negativo.

Por otro lado, puede ser una persona muy frustrada debido a una obsesiva necesidad de perfeccionarlo todo hasta el límite. En este sentido, sufrirá mucho porque será incapaz de alcanzar su ideal máximo para si mismo y para los demás. Debe tener cuidado porque puede pecar de idealista y utópico, de manera que es muy importante que no pierda la tierra de vista.

Como color secundario

Como contrapartida este color como secundario indica que estamos atravesando un momento de nuestra vida algo complicado. Es posible que nos sintamos algo deprimidos y angustiados porque nuestros sueños no parecen hacerse realidad. Quizá busquemos aislarnos de la vida. Puede que estemos siendo demasiado utópicos.

Variantes negativas del color índigo: índigo pálido, índigo grisáceo e índigo manchado.




No me ha gustado nada saber esto. Ahora mi duda es si dijo que mi color de aura era índigo y, sobretodo, si era índigo negativo. Creo que no, pero por si acaso... no me hagan mucho caso, no sea que sean manipulados.

lunes, 27 de junio de 2011

De Boda

En una boda en la que estuve en la celebración religiosa de la misma, tuve la oportunidad de observar una cosa curiosa. Gracias a que no era invitado al 100%, pues sólo consisitía en tener el gesto de acompañar a los novios en la celebración del sacramento, me senté en los asientos traseros, detrás de todos los invitados al convite.

Como es relevante al caso, diré que se celebró en La Clerecía de Salamanca, lugar que habitualmente suele tener muchos turistas.

Pues bien. Me llamó la atención cómo hubo personas que se quedaron a la celebración sin tener nada que ver con los novios. Personas que pasaban por allí, vieron la boda y se quedaron hasta el final.

Curioso me pareció como contestaban en la celebración, mientras que ninguno de los invitados a la boda contestaba, bien porque les daba vergüenza bien porque ignoraban qué contestar en una eucaristía.

Y llegó la hora de la comunión. Y salvo DOS invitados, el resto de los que fue a comulgar eran gente ajena. Supongo que a los invitados a la boda también les pudo dar vergüenza ir a este primer banquete al que también estaban invitados. Pero de una cosa sí estoy seguro, más tarde, se pondrían las botas en el segundo banquete.

El cura un poco pedante. O era conocido de la familia o alguien le chivó que los novios llevaban 18 años saliendo. Les preguntaba de forma individual tras repetir varias veces que llevaban 18 años de noviazgo ¿Conoces bien a la novia, verdad? ¿A fondo verdad?

En el momento en que fueron marido y mujer les dice: Pues ya estais casados. ¿Veis? ¿Para esto habeis esperado 18 años?

Curioso.

jueves, 14 de abril de 2011

Hasta siempre, VIDA

Empiezas a trabajar. Eres joven y le pones entusiasmo a la vida. Ves como tus ingresos crecen. Consigues abandonar el nido, el hogar donde tus padres te han cuidado. Comienzas tu nueva vida. Quizá cerca de tus padres, quizá más lejos. La distancia te hace independiente. No quieres volver a pedirles nada. Bastante te dieron ya alimentándote y pagando una formación que siempre será útil directa o indirectamente para abrirte paso en la jungla de la vida.

Aprendiendo el valor del dinero empiezas a conocer las preocupaciones del adulto. Para juntar dinero es necesario el esfuerzo. Con tus primeros ahorros decides comprar una casa. Tu propia casa. El lugar donde llegas cansado de tu esfuerzo diario y, sentándote en el sofá comprendes el sentido de que hay que trabajar primero para poder descansar después. El resultado de tu trabajo te inyecta vitalidad para seguir adelante.

Tus padres están orgullosos. Han hecho un buen trabajo criando a una prole que supo valerse por sí misma.

Te aventuras en una hipoteca. Decides sacrificar parte de tu ocio para dedicar una buena parte de tu sueldo a pagar lo que hasta hace bien poco te parecía inalcanzable. Tienes tu propia casa. Ya no puedes gastar como antes, pero merece la pena el esfuerzo. Poco a poco vas amueblando la vida. Poniendo un poco de ti en cada pequeño rincón. Imprimiendo tu carácter. Adornando esto de aquí con un poco de sudor. Tu proyecto de vida va cobrando forma. Ves tu vida encarrilada. No podía ser de otra forma, desciendes de una familia de ferroviarios.

De repente, todo se ve truncado. Viene el descarrilo. La sombra del paro que se venía cerniendo sobre ti te atrapa definitivamente. Es inmediato. Todas tus ilusiones, todas tus energías te abandonan por completo. No sabes como decirlo. No habías aprendido todavía a tener que volver a los tuyos y decirles que no puedes valerte ya por ti mismo.

No quieres hacerlo. Te cuesta ver qué será de tu vida a partir de ahora. No quieres decir a nadie que ya no vales nada. No quieres que sepan que todo lo que tienes lo vas a perder. No sabes si te quedan amigos. Comprendes que ellos también tienen que cuidarse ellos mismos como para tener que pedirles favores. Algunos ya no te ven con los mismos ojos. No te gusta que te miren con pena. No quieres dar pena y prefieres no decir nada. Curiosamente, a los que más quieres, más les tienes engañados. No quieres que sepan lo que te pasa, no sea que al saberlo los acabes perdiendo. Y no quieres eso.

Empiezas a acordarte de Dios. ¿Por qué te hace pasar por esto? ¿Es que te lo mereces? ¿Qué fue lo que hiciste mal? ¿Por qué te castiga de esa manera?

No ves la salida. Esta nueva situación te desborda. Afecta a tu relación de pareja. Siempre pensaste que el amor lo puede todo. Pero todo acaba desmoronándose.

Prefieres no ver nadie. Evitas a toda costa encontrarte con alguien que pueda preguntarte qué tal estás.

¿Qué vas a hacer ahora? Ayer considerabas que eras feliz. Y hoy todo se te hace cuesta arriba.

Tu casa ¿qué será de ella? Cuando la compraste pensabas que si algún día no pudieras seguir pagándola, la venderías y ya está, que todo tenía solución. Pero cuando esa casa llega a representarte a ti mismo… perderla es como perderte a ti.

Tienes cierta edad y te consideras mayor. No crees que puedas volver a ser el que eras. Pensabas que habías superado ya lo peor y, qué tonto, vuelves a empezar a unas alturas de la vida que…ya no podrás volver a ser la mitad de lo que fuiste.

Quizá encuentres de nuevo trabajo, sí, pero con menos de la mitad del sueldo que habías estado percibiendo. Y no parece encontrarse fácil. Te sientes cansado. Y no sabes por qué. Si esto del paro no te hubiera sucedido… No tienes fuerzas para volver a levantar tu vida.

Es lo que hay.

Igual todo se soluciona con la vía. El tren tuvo mucha presencia en tu vida todos estos años. Piensas en lanzarte a ella. Así por lo menos haces que un tren llegue con retraso por una razón de peso. Pero por alguna razón, las alturas te empiezan a parecer más apetecibles e irresistibles. Comienzas a preguntarte qué se sentirá en el breve momento del fuerte impacto de tu cuerpo contra la dura acera. Igual es mejor que arrojarse a la vía. Mientras estás cayendo puedes, por un instante, ver pasar toda tu vida por delante de tus ojos, como en un intento vano de volver a experimentar todos aquellos momentos felices. Es una bonita forma de acabar. Te gusta la idea de llegar al suelo antes de recordar el capítulo de tu vida que te llevó a lanzarte en el vacío.

sábado, 26 de marzo de 2011

El Fantasma de la semana santa.

El otro día me topé con lo que creo que era un ensayo de paso de cara a la incipiente semana santa. Como afortunadamente llevaba una cámara encima, saqué una foto a dicho paso que, junto con la letra de la canción “La Saeta” de Joan Manuel Serrat, representan como veo yo a esta semana santa de pasos.

No pretendo faltar el respeto a quienes adoran estas imágenes pesadas y se pegan por poder cargar con semejantes muertos por razones que prefiero desconocer.

Llevan literalmente, soportando sobre sus hombros, un FANTASMA.

¡Oh, no eres tú mi cantar
no puedo cantar, ni quiero
a este Jesús del madero
sino al que anduvo en la mar!

Nunca me senti cómodo besando figuritas del niño Jesús en tiempos de Navidad ni Cristos en tiempos de semana santa.

Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos
siempre con sangre en las manos,

siempre por desenclavar.


Cargando muertos y dañando nuestro cuerpo, no conseguiremos desenclavar a Cristo.

El fantasma de la semana santa está de nuevo al acecho.

lunes, 28 de febrero de 2011

Sin palabras





martes, 8 de febrero de 2011

¿Cuando vendrá el calor?


¡Qué tiempos aquellos! Uno ve fotos de sí mismo en el pasado y añora volver a ellos. Esas fotos hacen que odiemos el tiempo. El tiempo estropea los cuerpos. Aquellos que no preocupamos por nuestro físico, luchamos contra el paso del tiempo. A más tiempo, más sacrificio requiere por nuestra parte. Cierto es que nuestra lucha viene justificada sólo desde la aceptación de los genes que nos ha tocado heredar. Podemos ser de caderas anchas y espalda estrecha. Eso no podemos cambiarlo. Pero sí podemos ejercitar los diferentes músculos del cuerpo para que las proporciones sean más "saludables".

Afortunadamente, existe la prenda de vestir. Con ella podemos disimular sin esfuerzo aquello que, de otra forma, nos obligaría a realizar un mayor sacrificio y fuerza de voluntad. Esto ya distingue a dos tipos de personas. Bueno, igual a más, pero centrémonos en los que se preocupan por su interior y descuidan el exterior y los que se preocupan de su exterior descuidadndo su interior.

Con esto quería llegar a una idea: Igual que pasa con nuestros cuerpos, lo mismo pasa con nuestro yo interno. A medida que nos hacemos mayores, nos cuesta más sacrificio seguir creyendo en la bondad de las personas. Nos vamos haciendo malos y nos cuesta conservar aquella bendita inocencia.

Qué decir que no se sepa. Hay que sacrificarse y autoflagelarse. Darse latigazos a la conciencia, que para eso la tenemos. Al cuerpo no. ¿eh? Que es un regalo de Dios.

jueves, 3 de febrero de 2011

¡QUÉ GRACIA!

Y no me refiero a la gracia de Dios. Un colega de trabajo me comentaba hoy que su hija tiene en su Facebook una frase que viene a decir algo así como “si se pudiera razonar con personas religiosas, no existirían las personas religiosas”.

¿Qué imagen tiene el mundo de las personas religiosas? ¿Soy yo una persona religiosa? Supongo que lo soy para algunos pero no para otros.

¿Me considero una persona religiosa? Pues…, supongo que me considero, sí.

¿Y se puede ser religioso y razonable a la vez? Parece ser que, según esta chica, no.

Y digo yo, ¿Es que hay algo más razonable que Dios?

Jajajajaja. (Risas de loco, para confundir)

lunes, 31 de enero de 2011

Habitar en los sepulcros

Es difícil saber estar. Una broma puede resultar hiriente. Saber marcar los tiempos. ¿Acertar siempre?

Un fin de semana sin compañía o con un ratito de ella no es aburrido. Uno necesita encontrarse con uno mismo. Pensar. Llorar, reir.Cantar, bailar, acariciar un gato. Muchas veces será un batiburrilo de pensamientos sin sentido. Otras veces descubriremos todo un mundo nuevo. Nuestro mundo y como hacer de él una persona mejor. Con nuestro mundo no me refería al mundo mundial, sino a nuestro yo. Nos tenemos que redescubrir. Somos capaces de eso y más.

---

Hacía tiempo que no lo oía. Pareces el tío más feliz del mundo. Siempre con una sonrisa. ¿Se puede saber dónde he estado que había dejado de oirlo? A veces no sabes si es un reproche o unas ganas de que les cuentes el secreto. Sonreir no es tan difícil. ¿O sí?

Supongo que iluminar las mañanas de las personas hace que afronten mejor el transcurso del día.