martes, 16 de marzo de 2010

Reflexiona y cambia.

Hoy voy a hablar del evangelio. Como dice el título, lo podría reusmir en dos palabras: "REFLEXIONA Y CAMBIA".

Lo transcribo, porque es ameno y es importante para entender lo que me transmitió esta mañana:

Invito a hacer 2 lecturas.

La primera, debe ser completa y entendida de forma literal.

La segunda, leyendo sólo lo marcado en negrita. He marcado en negrita aquello que me ha dicho a mi hoy. Así es como yo he entendido la Palabra.


Evangelio según San Juan 5,1-16.

Después de esto, se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos.
Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, paralíticos y lisiados, que esperaban la agitación del agua.
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Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años.
Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: "¿Quieres curarte?".
El respondió: "Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes".
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y camina".
En seguida el hombre se curó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado,
y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser curado: "Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla".
El les respondió: "El que me curó me dijo: 'Toma tu camilla y camina'".
Ellos le preguntaron: "¿Quién es ese hombre que te dijo: 'Toma tu camilla y camina?'".
Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí.
Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: "Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía".
El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado.
Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado.

(Hoy es miércoles, el martes no pude terminar la entrada)

Lo primero de todo, (perdonad que hable como un cura, pero así es como me sale hoy), Se nos interroga si queremos "ser curados". Nadie nos obliga creer en Dios. Somos libres. Jesús fue adalid de la libertad. Y como Él, somos libres. Tenemos capacidad de elección. Podemos obrar bien o mal. Como dicen los humanistas, allá cada uno con su conciencia. Que conste que pienso que el bien o el mal están por encima de la conciencia de cada uno, pues la conciencia se forma en función de la educación recibida. Sin irme por las ramas, que me pongo a escribir y desparramo, diré que los que creen ya han elegido. Y los que creen encontrase "fuera de Dios", deben saber que Dios no se cansará de preguntarle "¿Quieres curarte"? Y dentro de la metáfora "curarse" diré que reconocerse "enfermo" es el primer paso para superar la "enfermedad".

Cuando el afortunado hombre contesta a Jesús le dice que no tiene a nadie. Entra en juego la importancia de "los demás". Esté hombre fue aliviado de su enfermedad a través de la persona de Jesús. Estaba sólo y apareció una persona que le ayudo a "sanar". Así es como Dios nos "sana". Cruza en nuestro camino a personas que pueden suponer un empujón a salir de nuestra "enfermedad". Personas que nos hacen ver la vida de otro color. Personas que nos aportan mucho bien. Personalmente, Dios me está mimando sobremanera.

¿Os imaginais que el hombre al oir "levantate y camina" hubiera tachado por loco a Jesús y no le hubiera hecho caso? Seguiría esperando en esa piscina a que alguien le metiera. Tenemos que tener confianza en nosotros mismos para seguir las instrucciones de Jesús, como el paralítico. Todo es posible si creemos que es posible.

Cuando preguntan al exparalítico sobre el porqué de su milagrosa curación, el hombre no sabe contestar. No es consciente de que Dios estaba detrás de todo. Esto es lo que le pasó a este hombre. Incluso sin ser conscientes de la propia existencia de Dios, este no deja de pensar en nosotros y salirnos al paso. Igual no sabemos que es Dios, pero como digo yo, si hay vida y amor, detrás está DIOS.

Y ocmo colofón de mi sermón de hoy, diré que se nos advierte. Una vez que has sido "curado", no vuelvas a enfermar. Sigues siendo una persona libre con capacidad de elección. No elijas el mal camino, pues acabarías perdiéndote. ¿Somos capaces de aprender la lección?

lunes, 8 de marzo de 2010

domingo, 7 de marzo de 2010

Fin de semana corto.




Los fines de semana pasan volando, como las semanas.

Este domingo dimos una vuelta por Pineda de Mar. Trobada de motos, que dicen aquí. Hace casi un año que no oia el rugir de muchas Ciriacas juntas. Hay que ver lo que me gusta ese sonido. Y aún no se nada de mi esperado viaje a Galicia. ¿Se acabará produciendo finalmente?

El caso es que pasamos un rato muy agradable con nuestros amigos de Girona.

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿Somos madres de los Zebedeo?

Hoy es bonita la lectura. Jesús, camino de Jerusalén coge a sus amigos y les cuenta lo que va a pasar. Les quiere ir preparando para lo peor. Y abrirles los ojos, qué narices. Adivinó que se estaban haciendo una imagen de él que no era la buena. Pensarían que empuñaría una espada y les llevaría a una guerra en la que saldrían victoriosos. Pero todo lo contrario. Les dijo que su destino era ser insultado, golpeado, humillado y asesinado.

Y parece ser, que la madre de los hijos de Zebedeo iba con ellos. Y, como hacemos todos (tiene relación con mi comentario del otro día sobre lo que se puede pedir a Dios), la buena mujer pidió lo mejor para sus hijos. Que uno se sentara a su derecha y otro a su izquierda.

¿Le escuchó Jesús? Por supuesto. Y tuvo los santos cojones (nunca mejor dicho lo de santos) de decirle a la buena mujer: ¡No sabes lo que pides!.

¿Cuantos de nosotros no ha pensado alguna vez que Dios tiene tapones en los oidos cuando de escuchar nuestras peticiones se trata? ¿Alguno se ha parado a escuchar la respuesta de Dios (=no sabes lo que pides, Nacho)?

¿No estaremos pidiendo peras al olmo la mayoría de las veces? Alguno ha pensado que Dios es cajero del Banco de España, jajajaja. Me entra la risa. Y supongo que me tendría que apenar cuando me cruzo con personas que reniegan de Dios porque no les ha dado lo que le pedían. Pero no puedo evitarlo. Me entra la risa. Les veo como Rompetechos hablándole a una farola pensando que habla con un policía municipal.

A mi me entra la risa, y ellos me tachan de loco.

martes, 2 de marzo de 2010

Sorpresa.

La verdad es que soy un afortunado. Últimamente ando un poco desquiciado con el trabajo. No me deja tiempo para nada. Ni siquiera para llamar a un persianista para que me arregle la persiana del comedor, que hace semana y media tengo totalmente bajada. Total, como de día no estoy... No hecho de menos la luz natural en casa.

Dando gracias a Dios por no tener que preocuparme (de momento) por el pan del día a día, hoy recibí una grata sorpresa. Me escribieron. Me gustó. Me sentí comprendido. A gusto.

Gracias.

La lectura de hoy va de humildad. Supongo que es un toque de atención. No es la primera vez que me dicen que debería ser más humilde.

No sé por qué me venía a la cabeza aquello de dar sin esperar nada a cambio. Estos tiempo de crisis parece que nos inclina a que vendamos nuestras habilidades para seguir adelante y tener un pan que llevarnos a la boca.

Me choca esta idea.

Soy de los que piensan que lo que te ha sido dado gratis, gratis lo debes dar. ¿Me imagino a mi mismo vendiendo mi sonrisa a 5 céntimos/min? Muchas personas me han confesado lo bien que les hace encontrarse conmigo y mi sonrisa a primera hora de la mañana, cuando todo son malas caras o caras recién levantadas.

Existen personas con dones que pueden curar, transmitir paz, etc. ¿Es lícito acaso que cobren por sus servicios? Desconfío de quien vende. Gato encerrado hay.

lunes, 1 de marzo de 2010

Lo prometido es deuda y algunas respuestas

" me gustaria saber, si crees en la iglesia, si eres cura, si eres de los Kikos , si vas a misa, si no ves las mentiras de la iglesia etc..."

Estas cuestiones que me parecen de lo más simpático, me las planteaba la chica a la que por fin puse cara esta mañana, que debo decir que me recuerda a mi amiga de la infancia en parecido físico.

Por supuesto que creo en la Iglesia, esa gran comunidad de la que me siento miembro y en la que, desgraciadamente, como personas pertenecientes a este mundo que somos, hay de todo, desde buenas personas a las más ruines. De todo hay en la viña del señor, y no por ello deja de ser su viña.

Me pareció curioso como el hablar en ocasiones del evangelio o, al menos, de lo que me transmite, puede crear la idea de que soy cura. No lo soy, sobre todo porque me gustan más las mujeres que a un tonto. Alguna vez pensé que, si se permitiera a los curas casarse, mi vocación sería esa misma. Pero como a día de hoy no es posible casarse y ser cura... seguiremos siendo lo que soy.

Tampoco pertenezco a ninguna comunidad neocatecumenal, que para el que no lo sepa, son llamadas por el resto como "Kikos", dado que uno de sus fundadores se llamaba Kiko Argüello. Desde mi reconocido desconocimiento de sus celebraciones, quien sabe si mi forma de ver al mensaje de Jesús comulgaría con su forma de ser. Tengo entendido que alguna de las canciones que he cantado en misa de niños son entendidas por los kikos como de "herejías". De momento, prefiero ser un poco más normal, del montón, si es que se me puede denominar así. Tengo la fe de que para creer en Jesús no hace falta hacerse "Diferente" al resto. ¿Igual sí que me estoy haciendo diferente y no lo sé?

A misa no voy. Desde que estoy en Tarragona (Girona también) no encontré una misa que me gustara. Estaba acostumbrado a celebraciones más curradas, enfocadas a niños, que me parecen más prácticas... Y lo que me encuentro al llegar a tierras catalanas son curas mayores, aburridos y a los que cuesta entender. Entiendo normal que las iglesias se vayan quedando vacías. Y las misas en catalán, que son las que tienen los horarios más normales.... no me gustan. No me sale responder en catalán.

En cuanto a si no veo las mentiras de la Iglesia.... El mundo está lleno de mentiras y no por ello renuncio a él. Últimamente me he aficionado a ver la serie "Los Tudor" donde el papel de la Iglesia sale muy contaminado por la política. Sí, la Iglesia no es lo que debiera ser, pero como reza el título del libro de Don Matías: "Amar a la Iglesia para cambiarla".

Evangelio según San Lucas 6,36-38.

Del cual resumo:

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará.

No sé quién nos ha enseñado que primero hay que recibir antes que dar. El Evangelio nos dice lo contrario.

Y tiene relación con el del anterior jueves. Pedid y se os dará. Al que busca, encuentra. Al que llama a la puerta se le abre... Alguien comentaba que Dios tenía tapones en los oidos, porque no nos daba lo que pedíamos.

Existen infinidad de historias y cuentos que nos advierten sobre lo peligroso que es no saber lo que pedimos. Anhelamos cosas que muchas veces no nos convienen. ¿Sabemos lo que pedimos? ¿Nos han enseñado a pedir? ¿Sabemos lo que tenemos y, más importante, sabemos gestionarlo?

PArece que diga que no hay que pedir. Al contrario. El que no llora no mama. Pero bien es cierto que, a Dios rogando y con el mazo dando. Dios nos da si ponemos de nuesta parte, pero si pensamos que las cosas nos vendrán estando sentados... estamos equivocados.

Si llueve y estamos expuestos, no parace razonable que pidamos que no nos mojemos. Hay cosas para las que no necesitamos de la intercesión divina. Ponte tú mismo a resguardo. Y si no hay un techo cerca, entonces sí podemos pedir que sobrellevemos la caladura de la mejor forma posible. Desde luego, me cuesta explicar lo que entiendo yo por lo que se puede y no se puede pedir. De lo que sí estoy convencido es de que, si tenemos buenas intenciones y buenas accionas, todas las cosas nos vendrán por añadidura, sin pedirlas. De ahí, que se diga que la medida que tomemos con los demás, nos será devuelta.

Pensé que me sería más fácil expresarme. Lástima, una de mis lecturas favoritas y fracaso en transmitir lo que siento al leerla. Debe ser mi falta de tiempo, que no me deja interiorizar primero para exteriorizar después.