Hoy es bonita la lectura. Jesús, camino de Jerusalén coge a sus amigos y les cuenta lo que va a pasar. Les quiere ir preparando para lo peor. Y abrirles los ojos, qué narices. Adivinó que se estaban haciendo una imagen de él que no era la buena. Pensarían que empuñaría una espada y les llevaría a una guerra en la que saldrían victoriosos. Pero todo lo contrario. Les dijo que su destino era ser insultado, golpeado, humillado y asesinado.
Y parece ser, que la madre de los hijos de Zebedeo iba con ellos. Y, como hacemos todos (tiene relación con mi comentario del otro día sobre lo que se puede pedir a Dios), la buena mujer pidió lo mejor para sus hijos. Que uno se sentara a su derecha y otro a su izquierda.
¿Le escuchó Jesús? Por supuesto. Y tuvo los santos cojones (nunca mejor dicho lo de santos) de decirle a la buena mujer: ¡No sabes lo que pides!.
¿Cuantos de nosotros no ha pensado alguna vez que Dios tiene tapones en los oidos cuando de escuchar nuestras peticiones se trata? ¿Alguno se ha parado a escuchar la respuesta de Dios (=no sabes lo que pides, Nacho)?
¿No estaremos pidiendo peras al olmo la mayoría de las veces? Alguno ha pensado que Dios es cajero del Banco de España, jajajaja. Me entra la risa. Y supongo que me tendría que apenar cuando me cruzo con personas que reniegan de Dios porque no les ha dado lo que le pedían. Pero no puedo evitarlo. Me entra la risa. Les veo como Rompetechos hablándole a una farola pensando que habla con un policía municipal.
A mi me entra la risa, y ellos me tachan de loco.
5 comentarios:
Hola Nachete.
Pues a mi esta lectura también me hace mucha gracia, cuando la buena mujer como tú dices quiere tener bien colocaditos a sus dos hijos en la otra vida. Y Jesús le dice, seguro que lleno de calma y de risa por dentro: "No sabes lo que pides". Y es que no lo sabía.
Nacho, yo quiero allí un apartamento. Tú ¿Cómo lo ves? Es que todo comunitario,... nunca me ha ido eso mucho.
muak.
alguien alguna vez me dijo que no era importante lo que se pide
sino la manera en que lo pides
o las formas...
La verdad es que Dios tiene que estar ya harto de tantas peticiones absurdas, algunas no lo serán tanto, claro... Lo que pasa es que al igual que con Santa Barbara, que muchos se acuerdan de ella solo cuando truena, pues con Dios igual, aquí muchos están solo para pedir, pero para dar... nada, ni las gracias.
Anda que lo de: "Les veo como Rompetechos hablándole a una farola pensando que habla con un policía municipal", tú crees que estas personas están así porque Dios no les escuchó, y no les dió lo que le pidieron??? Jajaja, es que Nacho, lo cuentas así... que me da la risa.
Besos.
...yo conocí una fiel seguidora de Dios...al que nunca pidió nada...incondicional amante de su palabra...generosa y sencilla...se despojo de cuanto tuvo...ese Dios tan egoísta se la llevo con él cuando era más útil aquí en la tierra...y yo, reniego de Dios a pecho descubierto, sin haberle pedido nada...infinitos besos de bolsillo...
El concepto de Dios secuestrador merecerá un post a parte, Arcademonio. Gracias por tan buen comentario.
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