El regreso

Pues sí. Aquí estoy otra vez. Antes de lo esperado. Acabo de poner Internet en casa. Si dicen que se tienen sueños húmedos para expulsar lo que no nos sale de los cojones (perdonadme la grosería), yo tenía ya pesadillas por no poder escribir todos los pensamientos que ya me había acostumbrado a dar salida.

Agradezco mucho la calurosa bienvenida que me habéis dado. Sobretodo quisiera agradecer a todas aquellas que han mantenido contacto conmigo por correo electrónico. Si ya me cuesta hacer amigos en persona, que sobre todo son compañeros de Ana del trabajo, me he acostumbrado a teneros como ciberamigas, y tengo más confianza con vosotras que con los de carne y hueso que no me acaban de ver como amigo si no como el novio de su amiga.

Según me leo, sueno patético y parece que llevo una vida triste. Pero soy como tristón, el perro del anuncio (aquí reales se echaría una sonrisa), parezco triste pero soy el tío más guay de todo el paraguay, ¿verdad, Mar?, ja, ja, ja. Mar es la tía más guay del mundo. Vamos, que a medida que te haces mayor, cuesta más hacer amigos. Echo de menos los tiempos del cole en que hacía amigos como rosquillas.

Ayer jueves era el día de Santo Tomás Apóstol, apoyado el Mellizo. Ya sabeís, la archiconocida historia del apóstol que no creyó hasta que vió. Tuvo que meter los dedos en el costado y ver las llagas de las manos de Jesús para creer. Sólo entonces le reconoció Señor suyo y Dios suyo. ¿Y qué pasa con el resto de los apóstoles? Está claro que su caso es como el de Tomás. Hasta que no se les presentó Jesús no creyeron en su resurrección. Por más que María Magdalena les dijera que le había visto, ellos se mantuvieron escépticos, normal, una mujer… ¿Quién le va a hacer caso?

“Señor mío y Dios mío” es suficiente. Como dirían los matematicos, CNYS (condición necesaria y suficiente). Teniéndole como patrón de mi barco, que es mi vida, no debo temer a nada. Me gusta especialmente una lectura de la semana pasada, en la que Jesús sube por vez primera a una barca de pesca con sus recién discípulos. El tío se echa a dormir en plena tempestad. Los pescadores acojonados pensando que se iban a ahogar mientras veían a un Jesús plácidamente dormido con carita de niño bueno sin preocupaciones. No aguantan el cague y le despiertan: ¡QUÉ PASA? ¿A QUÉ VIENE TANTO ALBOROTO? Los pescadores (recién pescados por Jesús, qué paradoja), le dicen que vana zozobrar y morir ahogados.

¡HOMBRES DE POCA FE!. Y calmó al viento a la lluvia. Los pescadores se quedan asombrados y se preguntan que quién es este tío que hasta el viento y las aguas que quedan tranquilas le obedecen. Nunca me llamó la atención este detalle. Lo que me llama la atención es como unos tíos, hechos y derechos, que han empezado a seguir a Jesús se acojonan a la primera de cambio. PERO SE ACOJONAN TENIENDO A JESÚS AL LADO. Coño, ¿no me voy a poder acojonar yo que no he metido la mano en su costado?

Una vez más doy gracias a Dios por la Fe que me ha dado y le pido todos los días que no me aleje de su mano.

Es curioso como el otro día, un Director de Obra, con el que he hecho buenas migas, (lo normal es que me cuadre en su presencia y le bese el culo), me hablaba desanimado por cosas de la via. Y ahí estaba yo, jodido por el sueño y con la sensación de estar puteado, hasta anímicamente bajo y animándole. Por teléfono le transmití todo lo bueno que tiene la vida. Fue colgarle y poder hundirme de nuevo. Al día siguiente me llamó con energía y optimismo y el hundido era yo. Aunque me hice el cansado. Y lo único que me levanta es saber que estoy vivo, que tengo a Dios de la mano, y que por turbulentas que vengan las aguas, SIGO VIVO Y MERECE LA PENA LUCHAR POR VIVIR.

Esto de tener Internet es la leche. Estas dos semanas atrás que estoy de noche, casi no veo a Ana. Llego a casa y ella duerme. Me levanto y ella ya marchó a trabajar. Ella vuelve pero yo ya no esto en casa. No nos vemos. Hablamos por teléfono como cuando yo estaba en A Coruña, o en Burgos y ella en Salamanca o Tarragona. Es curioso vivir con una persona y tener el trato por teléfono. ¿para esto me vine a vivir con ella?

Pues hoy ella ha probado el Internet. Se le olvidó mirar en el trabajo la programación y lo hizo desde casa. Ella sola encendió el router, conectó el portátil y probó nuestro recíen estrenado Internet. ¿Ves como interesa tener Internet en casa? Le dije, ja, ja, ja. Claro, como ella tiene Internet en el trabajo…

Ahora puedo meterme en la página del galiciachapter, en el foro harley y quedar con la gente para el fin de semana, cronicasmoteras para lo mismo… podré ver los videos de el intermedio de la 6 con el ortega cano que tanta gracia me hacen… y explayarme a gusto en mi blog. Que tenía ganas.

Hoy quería haber hecho un post superinteresante por ser el primero hecho tras el parón. No me ha gustado mucho, pese a lo largo que me ha salido. No creo que haya levantado ninguna polémica, que es a veces lo que busco.

Gracias MAMI por tus cuidados.