viernes, 7 de noviembre de 2008

Los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz. Lc 16,1-8

Por fin viernes. Esta mañana me toca reconocimiento médico. Después me imparten la charla de prevención que se da a todo iniciado en la empresa. Hasta el momento en que estoy escribiendo esto no tengo confirmado que quede a comer con 1 ó 2 de antiguos compañeros. O ninguno.

Acabo de descubrir que en http://www.evangeli.net/ viene íntegra la lectura del día y una homilía pequeña de la lectura. Lo digo por si alguien (que ya sé que va a ser que no) tiene interés en leer el evangelio sin tener una biblia a mano.

Hoy Jesús nos cuenta la historia de un señor rico que llama a su administrador diciéndole que ha odio quejas de él, que le entregue el balance porque se va a la puta calle. El administrador, que no tenía otro oficio y no sabía hacer otra cosa, viéndose de patitas en la calle, pensó en la mejor forma de que alguien le acogiera. Inmediatamente llamó a aquellos que debían dinero a su señor. ¿Tú cuanto debes? 100 señor. Toma tu recibo, apunta 80. ¿Y tú?-dirigiéndose a otro-yo 50 señor. Toma tu recibo, apunta 30.

El rico, al darse cuenta de eso, felicitó al administrador por su astucia. Y concluye Jesús diciendo que “más astutos son los hijos de este mundo que los hijos de la luz”.

Siempre se dijo que es fácil joder al personal. Si queremos hacer mal a alguien, seguro que se nos ocurren mil formas de hacerlo. Pero si queremos hacer el bien… Yo no sé si seré malo o bueno, pero si soy consciente de que si fuera malo, hundiría a la persona víctima de mi. Y menos mal. Nunca me gustó pegarme con nadie. Sobretodo porque me conozco. Si doy el primer golpe no es para recibir otro. Sería para matar. Por eso prefiero no atacar. De ningún modo. Aunque no viene a cuento me hizo gracia una frase que oí en la radio que dijo Napoléon. Dijo que la batalla con una mujer es la única que se gana huyendo. Pues algo así hago yo con todo, no sólo con las mujeres. Prefiero huir, total, nunca salgo perjudicado. Mientras que sé que si formo parte del enfrentamiento, los dos (o los contendientes que sean) saldríamos dañados.

Otra lectura que tomo es la de hacer el bien. Aunque el administrador lo hacía de forma totalmente interesada (quería que le devolvieran el favor) la bondad de hacer el bien es que terminará revirtiendo sobre uno. ¿Porqué siempre estás sonriendo?-me han preguntado muchas veces. Pues porque-digo yo-me gusta ver sonrisas en los demás.

4 comentarios:

LA MAMI dijo...

TU LO QUE ERES ES UN GALLINAAAAAAAAAAAA
JAJAJAJJAJAJAJJA.
BUEN FIN DE SEMANA
PRIMERA EN COMENTAR
NO TE QUEJARAS
BESITOS COFETEEEEEEEEEEEE

Moadiario dijo...

Ah, pues seguro q te reconocería en cualquier sitio por tu sonrisa!!! me gusta q me lo pongas fácil!!! jejejeje
Yo tengo q trabajar más esa parte de mi, q si tengo razón lo peleo hasta el final.... muchas veces es mejor dejarlo correr... tengo q evolucionar!!!
Besitos y buen viernes!!!

Reales dijo...

Yo también soy cobarde, aunque me gusta serlo, prefiero quedar como lela que como lista, aunque la sonrisa me queda indeleble en mi interior diciendo: "les he vuelto a engañar".
Mil besos

pensar en positivo dijo...

Féliz finde "sonrisitas"!!!...
Disfrutaloooooo!!!
Besossssssss!!!