Sois carne de mi carne

Como bien dice mi Tía de Valencia, somos todos Hijos de Dios, así, en mayúsculas, porque somos importantes para Él. Y aunque Jesús no dice eso así, en aquella sinagoga de Cafarnaún, sí decía que el coma de su carne y beba de su sangre, serán resucitados en el último día. Cierto es que en la última cena repródujo estas palabras con el vino y el pan, dando origen a lo que hoy conocemos como Eucaristía (=acción de gracias). Pero a mi hoy me dice algo más. Comer de su carne y beber de su sangre no sólo es acudir a comulgar. Es vivir como el pretendió enseñarnos a vivir.

Y todas las lecturas de esta semana parecen decirme lo mismo. Como Don Erre que Erre. Insistiendo. Al igual que nos preguntó ahce poco si seríamos capaces de tomar el cáliz que Él iba a tomar, refiriéndose a todo ese calvario que pasó por nosotros, me pregunto si yo estoy dispuesto a eso. De momento ya he partido por decir lo que siento y reconociendo ante los demás que me gusta Jesús, que ando muy lejos de ser como debería, pero que pretendo vivir mi vida con Dios en ella. Y que día a día conseguiré ser mejor y eliminar toda maldad, que sé que si está, sólo sale de mi. Y es difícil. Ya nos dijo:"mirad que os envío como corderos en medio de lobos". Habrá que ser astutos como serpientes.

Esta mañana según iba a coger el coche, paso por un portal cuya puerta que da al interior no da a fachada de calle. Que tiene una especie de soportal con un pequeño jardín o jardinera alta de 1,00 x 3,00 m2 aprox. Pues bien, en ese soportal (para entrar hay que abrir una verja) había durmiendo dos desechos sociales. Uno e ellos estaba ya despierto en su asqueroso saco de dormir mientras el otro, aún con los pantalones bajados, acababa de CAGAR en esa jardinera. VAYA PANDA DE GUARROS. Con gente así, se te quitan las ganas de tenerlos en consideración de personas. Y eso que yo no vivo en ese edificio. Le decía a Dios ¿A este CERDO quieres que le diga la hora? Me preguntaron la hora según pasaba y yo, con ese olor ahí, recién originado, salí huyendo. Me dieron ganas de coger un látigo y sacarlos de ahí como a los mercaderes del templo. Que Dios me perdone esta maldad. Tenía que haber dado marcha atrás, darles la hora y avergonzarles por su falta de civismo. Perdí mi oportunidad, pero no volverá a pasar.

Feliz fin de semana a todos.