Más de lo mismo

Algo se estaba cociendo en el cielo esta mañana. No sé que es lo que me estará esperando, pero tiene que ser ardiente. El lugar donde aparece el sol cada mañana, habitualmente tiene más luminosidad que la oscuridad ahuyentada antes de que asome el astro rey. Pero hoy, en lugar de esa luminosidad creciente, estab el cielo pintado de un rojo fuego que a los druidas de la antigüedad les haría estrujar más sapos de los habituales para ver qué tipo de presagio era ese.

El cielo está ardiendo. Reconozco que me gustaba el espectáculo. Como si Alguien estuviera poniendo orden allá arriba echando al fuego aquello que no valía para nada.

Como la lectura de hoy trata el mismo tema de ayer, no voy a comentar nada.

Según venía esta mañana, una chica del coche de adelante baja la ventanilla y arroja a la calzada el envoltorio de su paquete de tabaco. SERÁ GUARRRRRAAAAAAAA. Esto debe ser como lo de tener conciencia de pecado, que si no sabes distinguir lo que está bien de lo que está mal, ¿de qué vas a confesarte? A esta chica no le han proporcionado la menor educación y seguramente no de importancia al hecho de tirar basura. Pero aquí estoy yo, para llamarla GUARRAAAAAAA.

Ayer comí con mi amiga burgalesa que trabaja en Barna. Habitualmente me obligo a quedar con ella, al menos para comer, con el fin de no aumentar más la distancia que la vida, ya de por sí, pone por medio. Antes quedaba con ella después del trabajo. Pero me cuesta más porque luego llego a casa tardísimo y apenas descanso. Me gusta verla contenta como en la foto. La foto ha salido movida, qué le vamos a hacer. Es que la mesa era muy pequeña y mi cámara no es para tirar cohetes. Se ha quitado esas mechas que no me gustaban porque me parecía que le daban un aire de gitana. Ya decía yo que le encontraba guapa y no sabía por qué. Y mira por donde, tuvo que ser ella quien me apercibiera de que volvía a tener su color natural de pelo.

Comentando con uno que qué bien que la obra tuviera metro, así podía cogerlo a mediodía para comer con una amiga, me pregunta: -¿pero tú no tenías novia? Sí -contesté- ¿y qué? Cuando yo tenía novia -decía él- no se me ocurriría quedar con ninguna amiga porque no le haría gracia. Yo le contesté: Pues vaya novias más posesivas que tienes, no me parece normal ni sano no poder tener amigas si tienes novia. Se queda pensando y dice: "Será porque me he follado a todas mis amigas, ja, ja, ja". Y es verdad - me decía- no tengo una amiga a la que no me haya cepillado. Me pareció curioso. Entiendo el por qué del eterno debate de si entre chico-chica puede existir amistad sin sexo. Los hay santos varones como yo, que dicen que sí puede existir, y personas como esta que si no follan no se quedan a gusto. Será mi siguiente encuesta.

Hablando más de mi, quería comentar lo especial que fue para mi Confirmar mi Fe. En Pentecostes, el Espíritu Santo se metió en las entrañas de los apóstoles para que pudieran dar frutos por allen de los mares. Proclamar las buenas noticias a los pueblos, vamos, pero no esas que auguran que bajará el euribor, no, me refiero al mensaje de Jesús, que todo el está plagado de buenas noticias.

A lo que iba diciendo. Muchos realizan el acto del sacramento de la confirmación donde se les "posa" el Espíritu Santo mientas el obispo o "sustituto" en cuestión pone sus manos y nos aplica el óleo. No todos lo aceptan. Yo tuve la suerte de que mi vida cambiara a partir de ese momento. Vaya que si cambió. A partir de ahí empecé a cogerle el gustillo a las catequesis, que se llamaban Grupos de Profundización en la Fe. Reunirse todas las semanas y hablar de la vida y de nuestra postura desde el punto de vista de cristianos me gustaba. Nuestros miedos, nuestras esperanzas, los mensajes que nos transmitía a cada uno la lectura del Evangelio... Ese grupo ya se disolvió y lo echo mucho de menos. La vida es puñetera a veces. Uno sólo puede perderse fácilemente. De ahí mi interés en leer el Evangelio diariamente.

Aunque de siempre (desde que em confirmé) me gustó ir por libre. Me refiero a ir por libre a ese tipo de oración que se tiene con Dios a través de las pequeñas y grandes cosas, un buen café con un amigo/a, un caminata por el monte, por la playa, baños en el mar..., agradeciendo a Dios todo lo que me ha dado para mi particular felicidad. Todos estos instantes eran mi comunión con Él. Pero sólo con esto es fácil equivocarse y tomar el mal sendero sin tener como libro de cabecera el Evangelio. Y sólo es fácil hacerse pajas mentales. Donde esté una buena orgía con varios que se quite una paja mental. Por eso echo de menos mi antiguo grupo. Hace ya 4 años que se extinguió. Una pena.