No hay por qué ponerse así. Lc 4,24-30

Hoy no copio la lectura. Pero la resumo. Viendo Jesús como es despreciado en la tierra que le vió crecer (Nazareth), les habla con palabras irónicas hirientes. Les dice que si Elías, con todas las viudas que había en Israel, se fue sólo a ayudar a una de fuera, que si había cantidad de leprosos, sólo fue curado Naamán el sirio.... Vamos, que volvemos a lo del otro día, la miel no está hecha para el hocico del cerdo. Los fariseos estaban que trinaban con ÉL. Aunque también Jesús debía andar recalentado, porque vamos... se pasó un poquito hiriéndoles en su triste corazón.

Hay muchas personas que se consideran cristianas porque van a misa, otras, ansiosas que llegue la semana santa para descalzarse, darse latigazos en la espalda, cargar pesados trozos de madera que representan a lo que es Dios en sus vidas. ¿Y luego qué? Atendiendo a dos de los muchos ejemplos de cristianos que hay por el mundo y que he citado aquí, los primeros, a nada que la vida se les hace cuesta arriba, piensan que Dios les ha abandonado y reniegan de su existencia, los otros, no les toques las figuritas, que es como si les tocaras a ellos mismos, pero si algo se tuerce, ya están pensando en la siguiente "promesa" a la Virgen y ver que castigo mayor pueden someter a su cuerpo para que Dios les tenga en el pensamiento.

Y digo yo, ¿es que nadie escucha a Jesús? Esto es lo que nos dice hoy. Está enfadado, porque nos está diciendo que si no creemos en nosotros mismos, Él tampoco lo va a hacer por nosotros. Y veremos como Dios actúa en gente que no va a misa, en gente que no lleva figuritas en los hombros, y viendo todo esto... nos alejaremos mucho más del Reino en el que podríamos vivir.