Nadie es profeta en su tierra

Vaya día de miércoles que tuve. He dormido apenas 5 horas. Sé que hay gente que duerme esto de forma habitual, pero a mi me cansa intervalos de sueño tan cortos. Llego al viernes muerto.

No quería pasar este post sin agradecer los comentarios que dejáis compartiendo vuestra opinión. Me gusta saber en qué cosas estáis de acuerdo y en desacuerdo.

Moa decía que es bueno ser un poquito celoso. Me gustaría me matizara su opinión. Yo no creo que los celos sean buenos, solo sirve para alimentar el egoísmo del otro. A mi me gusta practicar lo que se llama la técnica del pájaro con la jaula abierta. Jamás podría prohibir a Ana ver a otras personas o hacer cosas que a ella le gustaría hacer. El pájaro que tiene la puerta abierta es libre de salir, al igual que es libre de volver. Los pájaros, como las personas, no estamos hechos para vivir encadenados, ni a las personas ni a las cosas, por lo que muchas veces nuestra infelicidad se debe a los grilletes que nos hemos puesto nosotros mismos.

Si el pájaro se va y no vuelve, es que no estaba hecho para vivir a tu lado, ¿no? ¿Por qué retenerlo a la fuerza y hacerse la ilusión de que quiere estar contigo?

Me ha hecho gracia, Moa, eso de que los “bajos instintos” que afloran y estropean la amistad. Te diré que mis bajos instintos se ponen altos en seguida pero basta con un poquito de cabeza para saber lo que está bien o no. Yo creo que hay que tener claro los sentimientos hacia las personas para saber estar en el sitio que corresponde. Y cuando hay confusión de sentimientos, pasa como cuando se llega a un cruce sin señales, mapas o gps. No se sabe qué dirección tomar y hay probabilidad de equivocarse, incluso de cambiar de rumbo al que se llevaba porque nos ha parecido mejor camino el nuevo que el que veníamos recorriendo. Y todas las opciones deben ser comprensibles y aceptadas, pues forman parte de la naturaleza humana.

Hoy viernes, Jesús está en su tierra, donde judíos como él se preguntan que este que habla de Dios y que se cree el Mesías es o no el hijo del carpintero, si no es el que iba con sus hermanas, si… tomaba forma el dicho de que “nadie es profeta en su tierra”. Me llama la atención una cosa del evangelio de hoy. Y es que Jesús no hizo ningún milagro allí porque decía que no había suficiente Fe. ¿Qué puede significar esto? ¿Era Jesús realmente el autor de los milagros? ¿O sería la Fe de los que creían en Él los verdaderos autores de los milagros? Personalmente me inclino más por la segunda opción. En nosotros está el milagro de creer en el mensaje y transformar nuestra vida, vencer nuestros miedos y rodearnos con nuestra actitud de un entorno mejor para todos. Ya lo decía nuestra amiga Teresa de Jesús, “solo Dios basta”. Dios es nuestra gasolina para funcionar, es nuestro motor para funcionar, es nuestro chasis para funcionar, Dios es todos nosotros. Recuerdo de pequeño en la catequesis que me decían que tenía que aprender a ver a Dios en los demás. Pero hoy la lectura me dice otra cosas. Que tengo que aprender a ver a Dios en mi propia tierra, es decir, en mi mismo. Sólo cuando descubra que Dios está también en mi, podré hacer grandes cosas con la ayuda de Dios, podré hacer MILAGROS.

Aún no sé cuando cogeré vacaciones. Ahora os empezáis a ir todos y os despedís hasta septiembre. Las vacaciones son un buen momento para encontrar a Dios. Desaparecen los agobios del trabajo, el estrés… un tiempo para encontrarse a uno mismo y, en definitiva, encontrar a Dios. ¿Cómo lo podré encontrar yo si apenas cojo vacances? ¡Cuánto os envidio! Os pongo este texto sacado de no me acuerdo dónde.

Dios está presente en todas partes,
especialmente en la gente.
Su alegría está en la sonrisa de un bebé.
Su amor por nosotros, en el afecto de un niño.
Su vigor, en la energía de un adolescente.
Su poder, en las fuerzas de un atleta.
Su Belleza, en el rostro de una joven.
Su interés, en la devoción de unos padres.
Su sabiduría, en la presencia de los ancianos.
Cada persona tiene, dentro de sí,
algo de la bondad de Dios.