lunes, 4 de agosto de 2008

¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? Mateo 14, 22-36

Es curiosa una cosa que me suele pasar. El sábado por la tarde nos fuimos a la playa. Tras la estupenda siesta reparadora del madrugar de la semana. A eso de las 18 h. Como intentando evitar esa sensación tan bien decrita por Moa del borreguismo vacacional. vamos a las 18 h para encontrar aparcamiento y porque a partir de ahí, la gente comienza a irse poco a poco. aún así, la playa larga estaba hasta arriba. Nos fuimos andando hacia al zona de camping, alejada del lugar de aparcamiento y, pot tanto, algo más libre. a la gente no le gusta andar, no sabe lo que se pierde. Se queda al aldo de donde llega el coche. Deberían perder por un día las piernas para saber degustar el placer de una buen paseo o caminata.

A lo que iba. En busca de un lugar donde dejar la toalla para luego darnos nuestro paseo por la orilla (6 km) antes de nuestro baño por la tarde, íbamos esquivando un montón de niños. ¿de donde proviene tanta natalidad? Y encima eres tú el que se tiene que esquivar. Los niños son como los burros. Miran al frente y tiran p'alante. No miran a los lados por si les viniera un obstáculo encima. Pero bueno, de eso no me quejo, no me entendais mal. Además, los niños me gustan, por lo que nadie piense que odio a los niños. Al revés, dejar que los niños se acerquen a mi, jeje.

Que me pierdo. A raiz de ver tanto niño, durante el paseo, mientras el sol y la brisa me acariciban la piel al andar, mi cabeza comenzaba a pensar, sola, como siempre, en mi mundo particular. Y pensaba lo mucho que me influía un niño en la imagen que me podía hacer de los padres. La mujer del hermano de mi novia tiene a su vez una hermana casada con otro y niños. Esto lo utilizo de ejemplo. La primera vez que los conocí me cayeron bien. Simpáticos. Pero a partir de la segunda vez les vi con sus niños. Y empezaron a perder encanto. sus niños, no es que estén maleducados. O quizá un poquito. No sabían estar en presencia de otros adultos. Uno debía tener 15 años, el otro 10. No eran muy pequeños quiero decir. Y viendo como les dejaban a sus anchas sin regañarles, sin ... no sé. Y viendo otros niños de otras personas, según se comportan los niños, admiro mucho a los padres y me caen mejor. Una amiga mía y su marido, tienen un par de niños magníficos. bien educados. Y ellos son un primor de personas. Estos son más pequeños y en edad de tocar mucho las pelotas. Aún así, una mirada de sus padres y se quedan calmos. Los niños, para mi, son el barómetro de sus padres.

Es domingo a mediodía, y tras la limpieza general de la casa, mientras preparo una estupenda ensalada fresquita de pasta y unas rodajitas de ibéricos para comer, estoy escribieno la entrada del lunes, osease, esta.

Como todo lunes, me gusta resumir mi fin de semana. El viernes quedamos a cenar en un indio que hay en Pere Martell con un par de amigos. Un madrileño y una gallega simpatiquísimos. El me cae muy bien, porque al igual que yo, se muestra como es en presencia de su novia. No cambia porque ella esté delante. Si pasa una tía estupenda, los dos sabemos admirarlo y compartirlo con nuestras parejas. El sabado por la mañana hicmos unos cuantos recados, comimos con su siesta y la playa. Por la noche no salimos. Eran las 22 h cuando estábamos recién duchados y cansados. Nos fuimos a la cama hasta el domingo. Por la mañana, mientras desayunábamos, nos vimos el último episodio de la serie "Vientos de Agua". Lloré al final. Un episodio de recuerdos, encuentros con el pasado y nostalgias renovadas. Aparición de muertos que formaron parte de tu vida. Uno se da cuenta de los errores y aciertos de su vida y puede pensar que es demasiado tarde ya. Al final puede la vida. Y eso me emociona. La vida que tanto defiendo y que a veces me puede la idea de la muerte.

Hoy, después de que la gente su hubo saciado, mandó Jesús a sus discípulos que subieran a la barca y fueran a la otra orilla mientras él se despedía de la gente. Después de las despedidas, se subió al monte sólo a orar (cuantas veces en el evangelio dice que se fue a orar, tomemos nota). Ya de noche, de madrugada, el barco andaba lejos de la orilla, sacudido por el viento. Jesús se fue acercando caminando por las aguas. Los discípulos al verlo, pensaron que era un fantasma y empezaron a temblar gritando de miedo. Normal, un tiempecito que no acompañaba, de noche y una figura ¿humana? acercándose por el agua... Jesús, al ver su acojone enseguida les dijo :"No temáis, soy yo". Pedro contestó: "señor, si eres tú, mándame ir a tu lado andando también sobre las aguas". Jesús dijo:"ven". Y Pedro se lanzó por la borda y comenzó a andar hacia él sobre las aguas. Pero al sentir la fuerza del viento le dió miedo y empezó a hundirse. "Señor, ¡sálvame!". Jesús le tendió la mano y le preguntó: "¿por qué ha dudado? hombre de poca Fe". Aunque sigue la lectura un poco más en que le reconocen hijo de Dios y que llega a la otra orilla y la gente se pega por tocarle el manto y curándose según lo tocaban, me quedo con el título del post de hoy.

Cuantas veces, tengo el día de una fe ciega. no me da miedo nada, nada me hace sentir mal, incluso el dolor de los demás lo hago mío, pero no hunde mi alma. Y pasa algo para lo que no he tenido suficiente oración y me comienzo a hundir. empiezo a dudar de Dios y de mi mismo. Entonces es cuando me doy cuenta de mi poca oración. Recuerdo un pasaje en el que los discípulos no pudieron echar un demonio. Vino Jesús y este lo echó. Y les dijo que es que ese tipo de demonios sólo salen con mucha oración. Y yo no es que ore mucho, pero pretendo tener conscientemente a Dios muy cerquita de mi, para que me permita andar sobre las aguas de la vida, poder echar una mano a aquél que se hunde y ojalá "echar muchos demonios" tanto de mi vida como de la de los demás. Y todavía no ha llegado el día en que no me hunda y pida a Dios que me eche una mano. Y veo que me dice como la famosa regla benedictina: Ora et Labora. A dios rogando y con el mazo dando. Y tantas otras citas que dicen lo mismo.

Me hace falta mucha oración.

5 comentarios:

Daphne dijo...

Tienes razón en lo de los niños.... aunque debo decirte que ser padre y actuar como tal, es decir, imponer una disciplina etc es difícil. Tengo una niña de casi dos años y ya he comprendido que ser madre es algo maravilloso, pero también muy difícil. Espero que saber educar bien a mi hija. A mí también me molestan mucho los niños maleducados. Por eso espero conseguir que la mía no lo sea.....

Sanve dijo...

Hola guapetón.

No envidio el finde tan estupendo que tuviste porque el mío, a pesar de que la "semana negra" seguía dando sus coletazos fue genial.

Te parece que te lo cuente mañana comiendo ántes de que lleguen tus suegros???

Un besito

Nacho dijo...

Daphne: Mucho ánimo en la educación de tu hija.

Moadiario dijo...

Totalmente cierto, lo de los padres y los hijos, muchas veces ganamos y otras perdemos en funcion de nuestros hijos... Yo intento q los mios no sean maleducados, pq ademas reconozco q hay momentos q tolero a los mios pq son mios, a los demás de lejos!!!! Odio cuando los llevan a una comida o barbacoa con más adultos y niños y les llevan las maquinitas de las narices, entonces tienes q explicarles a los tuyos pq no se las has llevado!!!!
Me ha hecho mucha gracia, eso de q te entretiene pasar por todos los pasillos del carrefour!!! jejejeje
Besitos...

mery dijo...

jejeje ¿conseguir que? quizás yo hable por experiencia pero quien tenga un hij@ que se prepare para dura experiencia de la adolescencia.... donde son una olla de hormonas apunto de explosión.... un beso cofetero...