Vino Juan y los pecadores le creyeron. Mt 21,28-32

Son las 23:31 de la noche del lunes. Tras escribirle una breve misiva a mi amiga del alma, me pongo a actualizar el post del martes. Estoy cansado. Pero el motivo del blog es dedicar unos minutos al día para saber qué me quiere Dios.

Jesús les propone a los sumos sacerdotes la siguiente parábola: Un señor le dice a uno de sus dos hijos: "vete a la viña a trabajar"
-No quiero-dice el primer hijo. Al rato se arrepiente de lo contestado al padre y decide ir a la viña.

Al segundo hijo le dice el padre: "vete a la viña a trabajar".

-Vale padre. Pero en lugar de eso, hace caso omiso y no acude a la viña.

¿Cual de los dos hizo lo que quería el padre?
El primero.

Pues de igual forma os llevan publicanos y prostitutas ventaja en el Reino de Dios. Vino Juan, le oyeron y le creyeron. En cambio vosotros no hicisteis caso. Visteis que ellos sí y no recapacitasteis.

Es aquí donde me llevan ventaja los que ya viven el reino de dios. Los hay que viven en armonía y respeto. Otros que ven que esa vida tiene futuro y copian y adoptan esa forma de vivir el reino de dios. Pero otros preferimos hablar de dios, que si patatín y patatán, el cielo por aquí y el cielo por allá. Nos olvidamos de que lo realmente importante es esta vida que parece que la regalan. Y no porque no la regalen, que es un regalo. Digo que parece que la regalan porque se le da poca importancia. Vida solo hay una. Y no merece la pena desperdiciarla malviviendo y odiando.

Hay que vivir.

Hoy me llamó mamá. ¿Qué pasó? ¡Está nevando en Salamanca! ¿Para eso me has llamado? Ha tenido que venir hasta una pala a despejar la nieve de la calle. Ya queda menos para que vengáis. Sí, mamá. Espero que esto pase y podais llegar. Todo está blanco. Vale mamá. Un beso.

Sí, ya queda menos para ver a mi mamá.