Yo os daré descanso. Mt 11,28-30

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

¿Cortito verdad? Pues está íntegro. Me gusta que sean cortitos, porque los escribo enteros y así torturo a todos los que no les gusta mi vena religiosa. Ayer me llamaron atontao, de mi propia sangre como quién dice. Es hoy y todavía lo tengo grabado "ATONTADO". Y todo porque leyó "...a la luz de Dios", y se me echó a reir a la cara. ¿Por qué me ofenderé si ya conozco cómo es?

Retomando el tema de la lectura, debo decir que me gusta. Tan repetido es eso que se suele decir que qué difícil es ser cristiano, que si es duro estar al pie del cañón todos los días, que eso de controlar los bajos impulsos termina cansando que si patatín que si patatán. Eso es MENTIRA. Si el yugo es suave y la carga ligera.... ¿cómo vamos a sentir que es duro vivir con ese yugo y esa carga? ¡TODO LO CONTRARIO! Lo asombroso es ver cómo elegimos yugos más pesados y cargas insufribles. Con lo fácil que es dejar fluir ese amor que todos llevamos dentro, dejarnos llevar por los verdaderos buenos sentimientos humanos, que están ahí como los malos, pero por alguna extraña razón nos gusta presumir de lo malos que somos. Y esto lo digo por mi.

Y es que podría parecer una ofensa que le llamen a uno pan de mermelada o cosas así. ¿Es posible que te guarden respeto con esos apelativos? ¿No es mejor que te teman, que digan cuidado con este y sus prontos?

Ayer me eché unas risas. Desde luego tiene sus ventajas no comer solo. Un charnego y 3 de castilla, imaginad la conversación. Todos contra el charnego (nacido catalán pero de padres no catalanes). Haciendo bromas contra los catalanes, qué risas. Mi amiga Elena lo hubiera disfrutado.

Va a ser una pena el día que empecemos la obra, porque ya no comeremos allí. La cantidad de chicas que van a comer allí y nos hacen la delicia en la sobremesa, por no hablar de la camarera muy seca que el viernes estuvo simpática con nosotros dos y hoy, aunque no éramos su mesa, nos deseó bon apetit. Y a la otra que le pedimos dos manzanas y un plátano. El plátano no muy maduro, jovén, el de la corbata sabe cómo me gustan, jajajja.(decía el charnego) Fue un mediodía de muchas risas. Uno se toma la tarde de trabajo de otro modo.

Últimamente no dejo de pensar en el día 23. Dos semanas que estaremos los tres en Salamanca. Sin internet. Como dice la srta. Pepis, estoy obsesionado con el internet. Y es que he adquirido tanta confianza con algunas personas que me da pena no saber de ellas en quince días. Sí, cierto es que tendré ocasión de ver y echar unas risas con otras de carne y hueso, pero sé lo que siento y me digo. ¿Todo será igual a la vuelta? ¿Será malo entablar tanta confianza a partir de la red con personas que no sabes si miran bien o miran mal? Personalmente y analizando el tema creo que no. Cuando de dos personas que se conocen por internet se crea una confianza recíproca ¿puede llegar a ser malo? ¿y si a esas personas, en tu estantería de amigos, que son pocos, las colocas al mismo nivel que a los amigos de toda la vida? Igual haya alguno que piensa que es de ingenuos o que lo normal es que sea todo un engaño, pero yo pienso que hasta tu amigo de la infancia puede llegar a salirte rana. ¿Por qué no apostar por estas nuevas amistades?

¿Tan mal está mi situación social de amistades que empiezo a valorar tanto las cibernéticas? Y es que es lamentable mirar a tu alrededor en al ciudad donde vives y saber que no tienes a nadie a quien llamar y con quien quedar. Si miro ese lado tendría que deprimirme.

Y luego está el tema del blog. Los amigos que ya tenía, que me conocen y me leen, opinan sin vergüenza y no me importa. Son mis amigos y tienen derecho a criticarme. Pero aquellos que gracias al blog he ido conociendo, igual no convendría que supieran cuales son los sentimientos que vengo experimentando, porque soy muy consciente de que me leerán y, según sea su relación conmigo, interpretarán de una u otra manera lo que digo. ¿Eso será bueno? Y siguiendo el criterio de la RAE (Real Academia Española) debería referirme a esa personas en femenino, llamarlas por su nombre: AMIGAS.

Y con todo lo dicho, tengo que decir que sigo siendo muy feliz. Y todo, qué duda cabe, gracias a DIOS. El cual os ha puesto, creáis o no, en mi vida.