Jesús, que sabe perfectamente de qué pie cojean les dice: "os responderé a esa pregunta si me respondeis a esta otra: ¿El bautismo de Juan de donde viene, del cielo o de los hombres?".
Tocados y hundidos. Si respondían que del cielo, les recriminarán que no hagan caso a lo que dice y si dicen que de los hombres, corrían el riesgo de que los muchos seguidores les cogieran y les pusieran finos a hostias. Al final decidieron responder: NO SABEMOS.
Y Jesús contesta: ENTONCES YO TAMPOCO OS DIRÉ QUIÉN COJONES ME HE CREIDO QUE SOY.
Alguno me dirá que vaya traducción más salida de tono. Y es que es verdad. Esa respuesta vale tanto para creyentes como para no creyentes. Los creyentes, a la menor, dejamos de creer. Pedimos pruebas, hacemos promesas. No nos vale lo que se nos regala. Los lunes los vemos más como una tortura que como una bendición. Se empieza la semana, un buen día apra empezar a cambiar nuestro corazón. Este lunes es un pasito más hacia la Navidad. Nos empeñamos en decir que creemos pero con ciertas credenciales. ¿Qué más quiero yo de ti, Señor, si me lo has dado todo? Ayer estaba en casa con las dos, Rosqui y la srta. Pepis. No sé qué era lo que estábamos viendo (igual hasta me lo he soñado) . Pero me acordé de un momento que tuve el viernes por la tarde, mientras estaba en la playa. (la de vías, que no es menos playa que la que es regada por las olas del mar). Y me entró un dolor de corazón, de esos que te vienen pocos en tu vida, pero cuando te vienen, te duelen. Un dolor que te mata, o debería decir mejor, que te revive, que te hace sentir vivo. Sentí a Dios. Sí señor. Sentí la vida. Me vi de repente bendecido por los muchos regalos que me vienen de Dios. Y digo DIOS con todas las letras. Porque digo DIOS y me quedo con el toque de atontao o lunático. ¿Te ha fumado un tripi Nacho? Cuando un sentimiento de felicidad como ese te explota dentro de repente, ... ¿Qué cojones tengo que preguntarte de donde te viene tu autoridad? ¿Es que no soy capaz de sentir que lo que dices es VERDAD? Me llegó de lleno. Si en ese momento me hubiese muerto, lo habría hecho de felicidad.
También me he asustado. Recuerdo, en mis tiempos de adolescencia, durante una oración de grupo, uno de nosotros, de los más escépticos, a eso de mitad de la oración comenzó a llorar. Decía que había sentido a Dios. Entonces recuerdo que pensé "anda que...este se ha fumado un tripi y no sabe lo que dice". Aunque en el fondo le envidiaba. Y aunque esa sensación parece que no le sirvió para cambiar su actitud ante la vida, yo experimenté eso en casa ayer. Y quiero sacarle provecho. Llorar si es preciso, pero no olvidar que Dios está conmigo y no soy más que otro regalo de Él para los demás, como los demás lo son para mi.
Y en cuanto a los no creyentes que piden pruebas para creer... ¿qué puedo decir? Que deberían ponerse cara a cara con Dios y tener la osadía de preguntarle que quién le ha dado esa autoridad. A ver qué les dice. Seguramente les plantee una cuestión para que le respondan antes de decirles quién es en realidad.
El post de hoy me ha salido muy íntimo. Muy raro para algunos, seguro. La culpa la tiene "el regalo de Dios". Que me ha entrado de golpe y haciendo ruido para que yo me entere.
Gracias
3 comentarios:
COLLONS Y TAN INTIMO.
BIEN PENSADO TODO LO TUYO.
QUE HAGO TE DIGO SAPITO O TE DIGO DON NACHO HOY?
JAJAJAJAJAJAJA
SAPITOOOOO BUEN LUNESSSSSSS
Menuda BALAZA has disparado hoy, profI. Muy tocada aunque no hundida.
Buen día.
Nachooooo!!! los tripis no se fuman, se toman con güisky!!!!!, me ha encantado lo que has escrito, éste también eres tú.
Mil besos
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