jueves, 18 de septiembre de 2008

A quien poco se le perdona, poco ama. Lc 7,36-50



















Qué sedado que vine ayer a trabajar. Con el constipado que me tengo estoy como atontado. Vine pseudodurmiendo. Y medio pensando en la lectura de hoy que se las trae. Rumiándola. Me ha gustado esa sensación de estar intentando adivinar qué quiere decirme Dios hoy. Aún ahora que estoy más despierto, tengo la nariz colorada y la cabeza algo embotada. A veces sensación de frío, a veces de calor, sobre todo durante el segundo plato a mediodía.

Un conocido jeta de la vida, fariseo él, insiste mucho a Jesús para que vaya a su casa a comer.Es tanta la insistencia que Jesús accede. Una mujer, cuando ve que va a la casa de este, acude a comprar (o ya lo tenía) perfume y se va a postrar ante él en cuanto se sentó a la mesa. Le cogió os pies y se los comenzó a lavar, los enjugaba con sus cabellos (un poco asqueroso pienso yo, vaya costumbres que tenían entonces) y los untaba en perfume. No sé quién me explicó alguna vez o quizá lo leí en algún sitio, que en la época, ese perfume que usó esa mujer era carísimo. Y como tal, sólo se usaba en ocasiones muy pero que muy especiales. Y para esta mujer era tener a Dios ante sí ese momento tan especial. Bueno, que me pierdo. El caso es que el fariseo, al ver que su invitado estaba complacido con esta mujer dejándole a él en un segundo plano, (siendo el anfitrión) pensaba para sí que si Jesús supiera lo puta que era aquella mujer (por decirlo de alguna manera) no le prestaría tanta atención.

Como siempre, Jesús, que lo sabe todo, le cuenta una historia al fariseo: Estos eran dos hombres que debían a su Señor 100 y 50 denarios respectivamente. Como no tenían con qué pagarle, el Señor les perdonó a los dos la deuda. ¿Quién crees que amará más a su Señor?. El fariseo, dice –el que más le debía, supongo. Has acertado-decía Jesús-pues por la misma razón a quien poco se le perdona es porque poco ama. Chúpate el pie lorito. Qué extraña conclusión y cuanta verdad que enseña hay en ella. Los que nos equivocamos en la vida, la experiencia, y ser consciente de que de los errores se aprende y hemos sido perdonados, aprendemos mejor a comprender a los demás y a ponernos su camisa y ver lo que rasca. Si lavara con Perlán…. En fin, amemos mucho, aún a riesgo de equivocarnos y herir a alguien. Pero sobre todo, perdonemos mucho también, como han hecho con nosotros cuando hemos metido la pata. Anteayer mismo, el día después de mi cumple, llegó un sms felicitándome por mi cumpleaños de un número desconocido. Si no fuera porque firmó el sms no hubiera sabido quién era. Era de una amiga (que fue mi primer amor platónico, por cierto, pero eso es otra historia) que tuve. Cuando la vida nos reencontró no estaba ella en su mejor momento. En cuanto le fueron bien las cosas dejó de contar con nosotros y perdimos el contacto por dos años. Le llamé. Estuvimos hablando y poniéndonos brevemente al día. Fue bueno restablecer el contacto. Y tuvo que ser ella, porque había cambiado de número y yo sólo tenía el viejo.
Por fortuna le van bien las cosas ahora. Me alegro.

Pero vayamos a la crónica del jueves pasado en PRAGA.

El miércoles por la noche a las 22 h estábamos durmiendo. No sé si fue por eso o porque allí a las 6:00 entraba una luz potente de mañana, que a las 8:00 estábamos desayunando. Aunque no eran como los desayunos que me metía en Edinburgh, me puse dos salchichas, lonchas de queso, fiambre (algo extraño), bizcochos, un café, pan, por supuesto tostado y varios vasos de dos bebidas que tenían, una que era bebida de naranja, con sabor a zumo de naranja y otra que llamaban “bebida multivitaminas” de una naranja más fuerte y un sabor más parecido al jarabe.

Que me puse como un cerdo, vamos. Es muy cómodo que te entre el desayuno en el precio del hotel. Así, tras desayunar, puedes subir a la habitación, lavarte los dientes y ponerte en condiciones de salir a la calle. A la salida del restaurante, había un papel en la puerta que ponía: “Por favor, no se lleven comida del restaurante”. Lo ponía en dos idiomas, inglés y CASTELLANO. Vaya fama que nos hemos creado los españoles. Seguro que al principio alguno dijo que no sabía inglés. No estaba ni en francés ni en cheko, ni en alemán… jajajajajaja. Si es que somos líderes de la supervivencia sin gastar un duro.

Fuimos por la avenida que nos llevaba hasta el museo nacional, donde había una exposición de cuando Praga era lugar de residencia de tanques. No la vimos, por supuesto. Estaba lleno de excursiones de colegios. Desde el museo bajamos por la plaza Wenceslao. Nuestro rumbo era pasar por la plaza de la ciudad vieja con rumbo a Hradzany o como se diga. El día de hoy lo íbamos a dedicar a este barrio y el castillo. Antes de llegar a la Plaza descubrimos un mercadillo mitad de turistas mitad de frutas. Mu bonito. A la gente le llamaba la atención unas brujas que se reían mientras pataleaban.

Cruzamos por el puente y subimos por las escaleras que el pasado día bajamos. Menos mal que refrescaba un poco, porque se suda de cojones subiendo las escaleritas. Allí tomamos típica foto con guardia de la puerta, como en el Palacio de Buckingham. Fuimos a la taquilla y compramos una entrada de recorrido corto. Por 250 kc cada uno. Yo pagué la mitad, porque llevaba mi carnet de la Universidad de Burgos y dije tener 26 años, je, je. Si es que estoy hecho un chaval.

La verdad es que fue un timo. La mayor parte del recinto del castillo se puede visitar gratis. La catedral de San Vito también. Y lo que daba derecho la entrada era al Palacio (una sala y poco más, vaya timo), la callejuela del oro y no sé qué capilla, además de unos viñedos en terraza que se ven desde fuera sin entrar. Lo que sí me gustó de la callejuela del oro es un pasillo donde hay una colección enorme de cascos, yelmos y armaduras de todos los tiempos con alguna sala de tortura. Pero son todo tiendas. Anda que pagar por ver escaparates…

Una vez pateado todo el recinto del castillo, acudimos a sus jardines a descansar en un banco. Fuimos al WC, que este sí era gratis, moderno y limpio, como debe ser. Vimos a un par de novios. Esta es la novia, que me pareció guapísima y me gustó su vestido, alejado del clásico vestido de novia. Le hice un minibook, mientras su fotógrafo contratado hacía su trabajo, sólo publico una de ellas. Bajamos hacia el puente. Antes de llegar, nos metimos en un soportal a comer. El camarero checko un poco tontito. Cuando le dejamos propina al final, el muy cabrón se volvió de lo más simpático. Nunca me gusto comprar la simpatía. Me tomé dos pintas, qué buenas. Ana pidió una superbrocheta de carne de ternera y cerdo con una salsa estupenda y yo una superensalada que le había visto a otro con virutas de pato o algo así. La verdad es que quedamos llenos. Y el camarero decía que era poco para él. Lo que quería era que le hiciéramos gasto. Y a mi no me gusta pedir un plato que se vaya a quedar entero.

De allí nos fuimos dando un paseo por Mala strana, a bajar la comida. Tomamos dirección a la colina de flint (no se llama así, pero la llamo yo así de broma). Un gran monte con grandes cuestas donde hay un funicular que te lleva arriba. Nosotros lo subimos a pincel, paseando por sus diferentes caminos, entre grandés árboles y respirando a verde. Qué bien olía en aquél ¿parque? Una vez arriba vimos por fuera una mini torre Eiffel, que no pagamos por subir. Estuvimos descansando en un balancín gigante, mientras nos columpiábamos. Después bajamos de nuevo a la ciudad, pasando de nuevo por la plaza de la ciudad vieja. Innumerables turistas. Le saqué unas fotos a unas ranas de madera para mandárselas a Mar, que colecciona ranas.

Nos sentamos en una terraza de las más caras, debajo del puente archifamoso, el café de Marcial. Nos tomamos dos vieneses. Al cambio nos gastamos 7 €, (3,5 € cada uno). Era caro, pero mereció la pena el sitio y el rato de relax.

Después poco más hicimos, más que dar vueltas y vueltas, sortear turistas y ver tiendas. Descubrimos una tienda de adidas con al antiguo logotipo, que siempre me gustó más. Casi me compro algo, pero era cara y pasé del tema.

Ana consiguió comprar una caja de ¿galletas? Típicas para repartir entre sus compis, que debe ser costumbre hacerlo cada vez que viene alguno de algún sitio.

Volvimos al hotel por calles por las que no habíamos pasado, más de la ciudad. Aunque parecía la 1:00 de la mádrugada, eran sólo las 21:30, pero el cansancio que teníamos encima era enorme. Un poco desubicado de horario. Me despistó Praga en el tema horarios.

Por cierto, Daphne, no me sonó a regañina lo del gentilicio. Sólo que yo siempre lo he dicho bien y debo rodearme de tontolavas que les gusta decir lo que puse. Y a ver si te manifiestas un poco más, por lo de ir conociéndote y eso. No sabes la de miles de caras que te he puesto ya, jajajaja.

7 comentarios:

Daphne dijo...

Qué fotos más bonitas! Me ha encantado la crónica... es que me recuerda a cuando yo visité la ciudad de viaje de fin de carrera...ufff han pasado años!!!!

Eso de que me manifieste me ha sonado a fantasmas, je,je...!!! Venga te diré que estudié Historia y que soy arqueóloga.

Mis sueños dijo...

Hola Nacho muy bonito tu viaje, y sí que hay que amar más y perdonar más, un saludo.

LA MAMI dijo...

CHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA COFETEEEEEEEEEEEEEEEEEEE QUE AFOTOS MAS BONITAS.
YO QUIERO IR A PRAGA.
BESOS RANITA, BESOSSSSSSSSSSS

Moadiario dijo...

Nacho, yo debo aprender mucho todavía, pq amo mucho, pero perdono poco!!! es un trabajo q tengo q hacer....
Las fotos divinas, la de la novia, estoy de acuerdo contigo, iba preciosa ella y el vestido fantástico...
La crónica del viaje muy detallada, me gusta...
Sobre la fama de los españoles fuera, te contaré q una amiga fue de viaje de fin de curso a los Chateaux franceses y fueron a un supercentro comercial, al entrar el grupo por megafonía decían en francés a los dependientes y de seguridad: "tengan cuidado con el grupo de españoles q acaban de entrar"... Toma ya!!! vergüenza ajena!!!
Besitos y curate ese catarro!!!

eclipse de luna dijo...

Bonitas fotos, bonita cronica.todo muy bonito..nos quieres dar envidia o algo? ja ja
Un besito y una estrella.
Mar

Reales dijo...

Creo que ya he vuelto, acabo de llegar de París y aún queda mucho por hacer en casa así que aún no actualizo, tan solo decirte que no puedes imaginar cuanto te he echado de menos.
Mil besos

Juani dijo...

realmente da ganas de ir a visitar praga, por cierto como andas de tu resfriado
saluditos