Hoy jueves, al menos en la lectura de hoy, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para escuchar sus enseñanzas. Qué bonita palabra, enseñanzas. Tiene mucha más miga el evangelio de hoy, pero bien se podría resumir en esta frase. Imaginas a un montón de gente ignorante, pobres, desechos de la sociedad, algún delincuente tipo de los que roban para poder comer, de baja estofa… Pero lo suficientemente despiertos como para valorar lo que Jesús entonces les estaba enseñando. Esa gente, que cualquiera diría que no tenían oficio ni beneficio, estaba aprendiendo, y esa sensación de que aprendían algo importante para su vida les hacía pegarse unos con nosotros por conseguir un puesto cerca de Jesús para oírle de cerca.
Qué contraste con la actualidad. Las iglesias están vacías. Nadie considera ya que tenga algo que aprender de Jesús para VIVIR mejor esta vida que se nos ha regalado.
Había tanta gente, que Jesús, que estaba al borde del lago de Genesaret, le dijo a unos pescadores que estaban plegando ya, que acercaran su barca. Subió a la barca de Simón (al que llamaría posteriormente Pedro) y le mandó alejarse un poco de la orilla. Y desde allí siguió enseñando. Al acabar, le dijo a simón que fueran aguas adentro y echaran las redes. Simón, que estaba maravillado de todo lo que le había oído decir, le dijo que habían estado toda la noche bregando y no habían pescado nada, pero que le haría caso. Echaron las redes por el lado que les indicó Jesús y éstas comenzaron a llenarse de peces, tanto peso que tuvo que venir otra barca en su ayuda (la de los hermanos Zebedeo). Simón, ante la grandeza que estaba presenciando se arrodilló y le dijo a Jesús: “no te acerques a mi que soy un pecador”. Jesús le respondió: -“No temas, a partir de hoy te convertirás en pescador de hombres”.
Sólo me llama la atención la humildad de Pedro. No entendía porque, siendo un miserable como era, alguien podía congraciarle de esa forma. No se sentía digno de estar a su lado. A mi me falta esa humildad. Sin ser más digno que Pedro, tengo unas ganas enormes de aprender del mensaje que Jesús me deja todos los días.
Ayer, según venía en el Ave, pusieron la película “August Rush, el triunfo de un sueño”. La historia de un niño, en principio huérfanos, de padres músicos, que a los doce años desarrolla la extraordinaria habilidad de sentirse rodeado de música en su vida cotidiana, hasta tal punto de demostrar su habilidad para la música, como si fuera un pequeño mozart a la hora de componer. Le preguntaba que de donde venía su inspiración. Contestaba: –“¿inspiración? Pero si todo lo que nos rodea está impregnado de música, lo único que hago es pararme a escucharla” Está película la vi desde el punto de vista de Dios. Curiosamente, considero que la música es un instrumento que nos hacer sentir vivo a Dios. Y cuando veía la peli, me acordaba de esos momentos en que prestas un poco de atención a la vida, te paras a ver y escuchar y entonces eres consciente de que Dios está en todas partes, que te habla a través de los acontecimientos y de la personas y de ese sentimiento de que tanta vida te va a explotar si no compartes ese sentimiento.
Ayer recibí una carta de una amiga mia, de esas de toda la vida. Me ponía al día de sus circunstancias actuales, de los retos a los que se iba a enfrentar, de los cambios para bien que iba a tener su vida. Me alegré. Aunque me entristeció que todo eso que para ella iba a ser bueno iba a suponer la desaparición de oportunidades para vernos y seguir cultivando esa amistad en persona. No obstante, lo bueno que tiene mi blog, es que, aunque me vea menos con mis amigos, están al día de mi vida por lo que cuento aquí.
Hay veces que hasta me sorprendo de cosas que me preguntan y les digo: ¿pero te he llegado a decir algo? Si no lo sabe nadie. CLARO, NO LO SABE NADIE QUE NO HAYA LEIDO EL BLOG. A veces cuento primicias antes por el blog que en persona, je, je. Se entenran desconocidos antes que mis allegados
Qué contraste con la actualidad. Las iglesias están vacías. Nadie considera ya que tenga algo que aprender de Jesús para VIVIR mejor esta vida que se nos ha regalado.
Había tanta gente, que Jesús, que estaba al borde del lago de Genesaret, le dijo a unos pescadores que estaban plegando ya, que acercaran su barca. Subió a la barca de Simón (al que llamaría posteriormente Pedro) y le mandó alejarse un poco de la orilla. Y desde allí siguió enseñando. Al acabar, le dijo a simón que fueran aguas adentro y echaran las redes. Simón, que estaba maravillado de todo lo que le había oído decir, le dijo que habían estado toda la noche bregando y no habían pescado nada, pero que le haría caso. Echaron las redes por el lado que les indicó Jesús y éstas comenzaron a llenarse de peces, tanto peso que tuvo que venir otra barca en su ayuda (la de los hermanos Zebedeo). Simón, ante la grandeza que estaba presenciando se arrodilló y le dijo a Jesús: “no te acerques a mi que soy un pecador”. Jesús le respondió: -“No temas, a partir de hoy te convertirás en pescador de hombres”.
Sólo me llama la atención la humildad de Pedro. No entendía porque, siendo un miserable como era, alguien podía congraciarle de esa forma. No se sentía digno de estar a su lado. A mi me falta esa humildad. Sin ser más digno que Pedro, tengo unas ganas enormes de aprender del mensaje que Jesús me deja todos los días.
Ayer, según venía en el Ave, pusieron la película “August Rush, el triunfo de un sueño”. La historia de un niño, en principio huérfanos, de padres músicos, que a los doce años desarrolla la extraordinaria habilidad de sentirse rodeado de música en su vida cotidiana, hasta tal punto de demostrar su habilidad para la música, como si fuera un pequeño mozart a la hora de componer. Le preguntaba que de donde venía su inspiración. Contestaba: –“¿inspiración? Pero si todo lo que nos rodea está impregnado de música, lo único que hago es pararme a escucharla” Está película la vi desde el punto de vista de Dios. Curiosamente, considero que la música es un instrumento que nos hacer sentir vivo a Dios. Y cuando veía la peli, me acordaba de esos momentos en que prestas un poco de atención a la vida, te paras a ver y escuchar y entonces eres consciente de que Dios está en todas partes, que te habla a través de los acontecimientos y de la personas y de ese sentimiento de que tanta vida te va a explotar si no compartes ese sentimiento.
Ayer recibí una carta de una amiga mia, de esas de toda la vida. Me ponía al día de sus circunstancias actuales, de los retos a los que se iba a enfrentar, de los cambios para bien que iba a tener su vida. Me alegré. Aunque me entristeció que todo eso que para ella iba a ser bueno iba a suponer la desaparición de oportunidades para vernos y seguir cultivando esa amistad en persona. No obstante, lo bueno que tiene mi blog, es que, aunque me vea menos con mis amigos, están al día de mi vida por lo que cuento aquí.
Hay veces que hasta me sorprendo de cosas que me preguntan y les digo: ¿pero te he llegado a decir algo? Si no lo sabe nadie. CLARO, NO LO SABE NADIE QUE NO HAYA LEIDO EL BLOG. A veces cuento primicias antes por el blog que en persona, je, je. Se entenran desconocidos antes que mis allegados
3 comentarios:
JODERRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
COFETEEEEEEEEEEEEEEEEE
RANAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
La verdad Nacho que no nos paramos a escuchar lo que tenemos alrededor, partiendo que entre nosotros nos oimos pero no nos escuchamos y por eso perdemos tantas cosas buenas, un beso fuerte.
Es cierto que con la vida tan ajetreada que tenemos muchas veces tenemos muy pocas oportunidades de quedar con nuestros amigos. Aunque si nos esforzamos un poco siempre hay maneras para no perder el contacto. Tú acabas de descubrir que tu blog es una buena manera para que tus allegados sepan de tí.
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