Buena apariencia, triste realidad. Mt 23, 27-32

Introducción

Hoy miércoles sigue Jesús dándonos la tabarra. Con lo simpático que me caía. En realidad sigue con los fariseos hipócritas. Y cuando se pone así, quiere decir que nos pongamos el disfraz de fariseos (algunos no hace falta que nos lo pongamos, porque lo llevamos puesto todos los días) y hagamos nuestro el “sermón de la montaña”. Sigue diciendo de los fariseos, de nosotros, en mi caso concreto de mi (qué redundante soy), que no damos, perdón, no doy pie con bola. Nos preocupamos por dejar los sepulcros bien encalados, que se vean bien por fuera, cuando en realidad por dentro no son más que un montón de huesos y podredumbre.

Sigue dando importancia una vez más a que tenemos que cuidar mucho el interior, que el exterior ya vendrá por añadidura. Algo así como el anuncio de los yogures que te cuidan por dentro (por cierto, un inciso para saludar desde aquí a Moa, je, je) y se nota por fuera. José Coronado sin saberlo ha venido siendo el Juan Bautista Moderno, traduciéndonos el mensaje de Jesús en un lenguaje más comible= los yogures.

Me da que pensar. Si estos días Jesús está como Don Erre que Erre… A cuantos fariseos les estuvo recriminando su conducta de vida tantas veces y… ¿Cuántos le harían caso? Yo sólo espero que aunque considere pesado que me diga una y otra vez lo mismo tome nota y cambie aunque sea un poquito. No quiero que porque me lo repita le haga oídos sordos. Los fariseos de entonces se vanagloriaban de que si hubiesen existido en época de sus padres, no habrían sido cómplices como ellos del asesinato de los profetas. Jesús les contesta que con esa aseveración lo único que hacen es volverse a manchar las manos de sangre. Esto sólo me indica que no debe ni pasárseme por la cabeza pensar que en otra época hubiese podido ser mejor cristiano. Me ha tocado vivir en este tiempo. A los primeros cristianos les mataban disfrutando de sus muertes en el circo. Hoy se ríen de nosotros y nos matan de una forma más moderna. Nos rechazan como a los primeros cristianos rechazando nuestra Iglesia. Antes alguno se haría pasar por cristiano en plan espía para luego delatar al grupo. Ahora se cuelan en nuestra Iglesia indeseables que dan al mundo una imagen negativa de nuestra Iglesia, aumentando el rechazo. No es cristiano lo que voy a decir ahora, pero no podemos hacer con esos “jerarcas espías” lo mismo que haría un clan mafioso ante un infiltrado, si no, vaya si cambiaría la imagen de la Iglesia.

Ayer tuve la suerte de poder entrar por casualidad al blog todo un punto. No sé el nombre de su preciosa autora, pues usa el pseudónimo de Demo (o nick, vete a saber cuál será la denominación correcta). Caí en su blog una vez por un comentario que dejó ella en el mío hace mucho tiempo. Le empecé a leer, o más bien a ver sus fotos. Si Namy es una princesa, Demo es la reina. Y más atrevida que Namy, bajo mi punto de vista de ignorante en cuanto a la moda. Aunque no siempre atina con algo que le quede bien (atendiendo a mi gusto particular), la mayoría de las veces me sorprende con trajes, vestidos y zapatos (sueno a marujón, tampoco me fijo tanto en la ropa, soy hombre al fin y al cabo). Me parecen tantas veces tan originales… Y lo bien que los sabe llevar. A veces me recuerda a Ágatha Ruiz de la Prada, pero sin caer en lo estrambótico de ella. Pues tenía ganas de hacerle una crítica. No hacia su gusto al vestir, que me parece muy exquisito y correcto, sino a lo que dicen sus post de ella. Aunque más bien tendría que decir que es cómo me hace sentir su blog

Cierto es que los post de uno, sobre todo los míos, pueden no hacer otra cosa que despistar. Si alguien pretendiera definirme por mi blog, diría que soy un loco, lo cual no dista mucho de la realidad, un poco tonto y mucho idiota. Pero estoy en ello, corrigiéndolo, día a día, poquito a poco. Al menos la parte de tonto e idiota. Lo de loco, si acaso, cuando me muera.

Demo tiene unos post escuetos. Pero me parecen muy completos. Yo para hacerme entender necesito de grandes parrafadas. Soy torpe para el resumen. Ella en pocas palabras te lo dice todo. Cuando no es una tontería de esas que pone como hacemos todos por poner algo, son reflexiones en voz alta de cuatro frases. Joder, si para poder decir yo lo mismo tengo que escribir un libro. Y cuando he dicho lo de las tonterías, no son como las mías, me parecen hasta interesantes.

Le cogí tanta afición a su blog que este agosto, de repente, me metí y me salió un mensaje del blogger diciéndome que no estaba invitado. Vaya por Dios, me dije. Qué disgusto. Fijaos que con esta muchacha no he congeniado como con otras, no establecí nunca ningún lazo de confianza. Pero eso no me eximió de cierto sentimiento de rechazo, con su consiguiente mal sabor de boca. Ayer, tras probar otra vez, ¡SORPRESA! Accedí a su blog como si nada hubiera pasado. Me pregunto si es que hizo algo al irse de vacaciones que pareció como si lo hubiese privatizado. No sé. Le pregunté en un comentario que pasó. A ver si contesta.
De momento, le doy mi enhorabuena por su blog.

Partiendo de ese sentimiento de rechazo nace mi aversión a los blogs privados. Nunca tuve muy claro lo que es un blog, pero me parece que por definición personal debe ser público. Si utiliza un medio que pueden ver millones de personas a la vez, quizá usar el medio y restringirlo para unos pocos sea infrautilizarlo, por tanto, utilizarlo mal.

Vamos, que no me gusta que privaticéis vuestros blogs, incluso aunque tenga la suerte de ser invitado. Otra razón que se me ocurre para no privatizar un blog es al carácter personal de que nos guste que nos doren la píldora. Observando otros blogs, veo que prácticamente la mayoría de los comentarios animan, o están con nosotros, que cuanta razón tenemos, etc, etc. Cuando hay un comentario que muestra desacuerdo y viene de una pequeña crítica, enseguida saltamos contestando, nos llevamos un mal cáliz del asunto y no dejamos de pensar en el momento en que el asunto quede zanjado. Igual ocurre lo mismo a nivel personal, cuando la crítica viene de alguien de nuestro entorno que lee el blog y se ríe de nosotros o a nuestra costa. Pues qué queréis que os diga. Que tenemos que aprender que en la sociedad en la que vivimos, nuestra conducta es un escaparte al resto. Y no a todos les gustará nuestra forma de ser, decir o pensar. Que tenemos que estar abiertos al diálogo. No formar un gueto y encerrarnos en nuestro círculo y que le den por saco al resto de la humanidad. La endogamia puede ser buena para protegernos de “enfermedades” de fuera, pero nos quedaremos sin evolucionar.

Por ejemplo, si yo tuviera mi blog privatizado, no podría agradecerle a Raquel el comentario que me ha dejado ayer. Raquel, desde aquí te doy la bienvenida a mi blog. Siéntete como mi invitada especial hoy.