martes, 30 de septiembre de 2008

Martes sin Evangelio. Pero la cita es Lc 9,51-56

Por fin- Se acabó la fiesta del fin de semana. Aunque he rezado, (sobre todo para que la fiesta saliera bien, ya que era el responsable organizador de todo el fiestorro, jajaja) no he tenido ocasión de reflexionar la lectura del martes, por lo que no extrañéis que no me extienda mucho. Seguro que cierto sector de mis amigos lo prefieran así.

El sábado no madrugué. Me levantaría sobre las 9:00 y a las 11 ya estaba en el lugar del evento. Ana ni me ha visto el pelo durante el fin de semana, pues, aunque fui a casa a comer, ella tenía comida de despedida de otro compañero que vuelve deja el puesto aquí porque ha encontrado otro mejor en su tierra, el País Vasco. Después de comer procuré dormir una siesta pero los nervios del fiestón no me dejaron dormir, por lo que me quedé algo frustrado.

Llegué al lugar del evento algo tarde, sobre las 22:20, ya que me faltaba cierto material del que me podía quedar corto (imaginad que os quedáis sin vasos en plena fiesta, que follón, todos bebiendo a morro, o de boca en boca desembocando todo en una orgía sin control…) que tenía que recoger en otro lugar y fui por él, que me pillaba de paso.

Todo fue según lo programado, aunque tengo cierto disgusto personal porque hubiera podido ser mejor. Quedamos bien de cada a la galería, que es lo importante, pero yo sé que se pudo hacer mejor. Y menos mal que no llovió, hubiese sido la hecatombe.

Al final no llegué a casa hasta las 22:15 aprox. La buena noticia es que pese a la edad, aguanté como un jabato. Casi 36 horas seguidas sin dormir y en pie. Yo creo que el truco está en que lo único con alcohol que bebí en todo el finde fue una caña el sábado por la mañana, cuando acudí para comprobar todos los preparativos de la fiesta del sábado noche al domingo.

Hubo mucha asistencia, más de la deseada, pero no impidió el correcto desarrollo de la fiesta. Vinieron compañeros de mi empresa. A observar cómo se organiza un fiestón de estas características en condiciones.

Y no me cuento mucho más. El lunes me levanté a las 8:40, sin madrugar como de costumbre, me desperté sin despertador. Y me fui a trabajar.
En el evangelio dice que Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Mandó discípulos por delante para resolver la intendencia (dónde alojarse, comer) pero cuando les preguntaban que a dónde se dirigían y contestaban que a Jerusalén, no querían recibirle. Santiago y Juan le preguntaron al Maestro -"Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos? Jesús les regaño por semejante idea. Como dije, sin mucha reflexión diría que menos mal qué Jesús les regaño, pues estoy seguro que serían capaces de ordenar tal cosa, por lo mismo que estoy seguro de contar con la ayuda de Jesús yo también. Y es que debemos aprender a usar los dones que hemos recibido. Para el bien, por supuesto. Nada de venganzas.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Lc 9,18-22

La lectura de hoy tiene que ver con la de ayer. Pero esta vez es Jesús quien nos pregunta quién creemos que es él.

Dice que estaba orando con los doce cuando les pregunta Jesús a sus discípulos: ¿quién dice la gente que soy yo? Unos que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que uno de los antiguos profetas. ¿y quién creéis vosotros que soy yo? Pedro, el adelantado de la clase le dice: El Mesías de Dios. Jesús les prohibió decírselo a nadie, pues tenía que ser desechado por los ancianos, despreciado por el pueblo, ejecutado y resucitado al tercer día.

Es curioso que la respuesta que le dieron los discípulos era la misma que le dieron a Herodes a quien este anduvo preguntando.

En cuanto la leí, pensé que era una de tantas que no me iba a decir nada, y que me iba a limitar a interpretar porqué Jesús les prohibía decirles a la gente quién era Él realmente.

Debo agradecerle a mi amiga Yuria la inspiración que me dio ayer al leer su blog.

Hoy Jesús nos pregunta quién creemos que es Él. Y aquellos que tengamos la suerte (otros lo llamamos el Don) de verle como el Mesías de Dios, ¿debemos mordernos la lengua de proclamarlo a los 4 vientos? Pues según se mire. Me viene a la mente esa frase que se utiliza cuando se arma un follón, que es la de “se armó la de Dios es Cristo”. Nunca mejor traída esta frase para entender la lectura de hoy como se me ha revelado. ¿Qué voy a ganar discutiendo con la gente que Jesús es Dios mismo enviado entre los hombres como un hombre más, patatín, patatán? Lo único que conseguiré será discusiones absurdas, argumentos ridículos por ambas partes y acaloramientos sin llegar a ningún consenso. (Debo añadir que en temas de Dios no tiene sentido llegar a consenso ninguno, es una forma de hablar)

Sí quiere Dios que le demos publicidad, pero sin la de “Dios es Cristo”. Nos pide la coherencia de quien cree en él. Que padezcamos, que seamos desechados por los ancianos, que nos tomen por locos, que muramos y resucitamos. Es decir, que practiquemos el amor de Dios, que sólo así podremos ser los testigos que dice Él. Experimentar el amor de Dios, dejando que el Amor actúe en nosotros. La mala noticia que nos da es que debido a la maldad del hombre, no todo va a ser un camino de rosas. Pero es que obrando mal vamos a estar peor, regando esa maldad que no conseguimos matar del todo los que fumigamos todos los días.

Y como colofón, eso se consigue mediante oración. Fijaos que la lectura comienza como tantas otras “Jesús estaba orando”.

Para quien me llama besuguillo le diré que ya anda cerca el fin de semana que me trae de cabeza. Atando los últimos preparativos de la fiesta del fin de semana para que nada falle. Y espero que no llueva, porque la fiesta será un fracaso. Voy a dormir poco, por lo que no creo que amanezca post mio el lunes. Tendré resaca del enorme fiestón que estoy organizando. Y la cuenta atrás ha comenzado hoy viernes a las 8:00 h. Así hasta las 2:00 del próximo lunes. Ya les gustaría una fiesta así a los de la ruta del bakalao esa.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Herodes quería ver a Jesús. Lc 9,7-9

El virrey Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Herodes se decía:-"a Juan le mandé decapitar yo, ¿quién es este de quien oigo semejantes cosas? Y tenía ganas de ver a Jesús.

Parece curioso desde un principio que Herodes quiera ver a Jesús. ¿Qué interés podría tener Herodes en ver a Jesús? ¿Y por qué Jesús, sabiendo que Herodes quería verle (Jesús lo sabe todo) no fue a visitarlo?

Puede dar miedo aplicarse a uno mismo estas preguntas. ¿Deseamos ver a Dios? Si así fuera, ¿por qué Dios no se manifiesta? Es posible que nuestra curiosidad malsana acerca de Dios sea lo que no nos deja verle. A quien quiere ver a Dios en los demás, doy Fe que verá a Dios, pues como dice la canción que tanto gusta a los niños por los gestos: "Es Jesús, está en ti, está en mi, está en todos mis hermanos" Y sólo hay una forma de verlo.

Y es que es eso, cuanto más lo escribo más claro lo siento. Quien quiere ver a Dios en los demás, quiere amar a los demás. Dios es amor. Y no lo ve quien quiere ver a un Dios al estilo de divinidad con poderes que nos saquen de la porquería producida por nosotros mismos. Qué duro sueno. Cada día me gusto menos.

La del Besuguillo del otro día, ya era hora que te manifestaras. ¿ves cómo no era tan difícil?

Ayer fue fiesta en Barcelona, pero me tocó ir a trabajar. No obstante la tarde me la tomé libre. De ahí que pudiera coincidir por primera vez en el blog de la Mami con Elisabeth. Lo curioso de ese chat es que cada vez que escribes la palabra "coincidir" sale subrayada. ¿por qué será?

Y ya acabaron las fiestas de Tarragona. Tenía ganas. Otro año nos iremos de vacaciones en esa fecha si podemos.

La TV desde una tormenta que hubo el lunes no va. ¿se habrá estropeado la antena? A ver si preguntamos al vecino, que mañan hay Cuéntame y me lo voy a perder. Admiro el personaje de Antonio Alcántara. Da el tipo de uno que sabe perfectamente lo que está bien y lo que está mal, amigo de sus amigos. Dice las verdades a la cara. Le decía el otro día a su amigo Desi, que le pone los cuernos a su mujer con su prima del pueblo, que cómo iba a estar enamorado con la cara panli que tiene. el Desi le contestaba diciéndole que cómo se atrevía a hablarle así. Imanol Arias le contestó que le hablaba así porque era su mejor amigo, y quién mejor que su mejor amigo para decirle las verdades le gustasen o no. Y es que a veces hay que demostrar lo verdaderamente amigos que somos deciendo cosas, aunque no gusten. Pero si no se las decimos nosotros, ´quién se las va a decir?

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar. Lc 9,1-6

Qué bueno es esto de las lecturas. Cuando uno cree que no le dice nada, otro viene con una inspiración divina. Debo agradecer a Reales el pequeño GRAN comentario que me dejó ayer. Cierto es que a los amigos los elige uno, pero debo añadir que su comentario me ha abierto la mente y puedo decir que a la familia también. Pues desde el momento que alguien es amigo mío, forma parte ya de mi familia. Y así me lo enseñaron mis padres y amigos míos que me han tratado como un miembro más de su familia. Aunque no entraré en traiciones, pues considero que se pueden dar tanto en familia consanguínea como en la que no lo es.

Y la lectura de hoy tiene mucho que ver con esto. Pero hay que leerla con amor, pues lo que voy a decir cogido literal puede resultar antievangélico. Jesús envía a su familia a predciar el evangelio y comienza dándoles una serie de instrucciones. Como que lleven lo puesto, que una vez que alguien les de alojamiento, se queden allí hasta que se vayan de la ciudad, que allá donde no sean recibidos se sacudan hasta el polvo de los pies… etc.
Y es esto de “sacudirse hasta el polvo de los pies” lo que siempre me ha llamado la atención. Esta expresión si se analiza puede resultar dura si se toma literal. Si al salir de una ciudad te sacudes hasta los restos del polvo que puedan haber quedado en los pies, polvo que es de esa ciudad, estás diciendo como que no quieres nada que ver con esa ciudad, ni siquiera su polvo. Y eso entiendo es así. Pero no debe interpretarse como una retirada de ayudar a alguien que desprecia tu apoyo. No hay que cogerlo por ahí. Nuestro afán de hacer el bien debe ir más allá del rechazo. Está (o debería decir que yo lo encuentro) vinculado al mal que nace del corazón del hombre y a una historia muy bonita que contó Mar en su blog acerca de ese viejo samurai, que no atacando a su adversario, ante la mirada tonta de sus discípulos, esquivaba los golpes que con odio le intentaba propinar su rival. Al final le venció por cansancio del otro. O algo así. Y cuando le preguntaron que por qué no le devolvía los golpes, el viejo samurai les dijo que cuando alguien te regala algo y no lo aceptas, vuelve a él, al igual que el mal. Si el mal que nos desean no lo hacemos nuestro (cultivándolo en nuestra alma), se queda en el otro, y es el otro el que sucumbirá al mal. A eso entiendo (y siento que me dice) que se refiere lo de sacudirse HASTA EL POLVO DE LOS PIES.

martes, 23 de septiembre de 2008

Mi madre y mis hermanos son estos. Lc 8,19-21

Qué cansado estoy hoy. Es lunes por la tarde mientras escribo el post del martes. Y es que ayer era la bajada de las bestias. Fiesta esperada por todos los borrachos de Tarragona. Unos gigantes, un águila, un burro y el león de Tarragona son bailados a ritmo de pasodobles, siendo el pasodoble estrella el de Amparito Roca. Al llegar a la plaza del Rei (en castellano rey), se toca 13 veces el Amparito Roca. Salen de la catedral y todo lleno de gente empujándose y dando saltos.

Ana y yo bajamos a las 0:00 de casa con objeto de participar en semejante espectáculo. Al principio puede no llamar la atención. Miles de adolescentes salidos de debajo de las piedras petan las calles. Todo por saltar (no digo bailar) alrededor de las figuras protagonistas de las fiestas.

Al principio de acercas a una calle aledaña, intentando ver algo del desfile de gente sudada y borracha. Suele ser algo incómodo, pues los que están más en contacto con el desfilar de borrachos, reciben algo más de empujones. Ana y yo, sin amedrentarnos, nos fuimos acercando hasta formar parte de la circulación. Después de pasar el burro nos metimos al lado del León de Tarragona. Tuve la oportunidad de ser los cuartos traseros del León por unos minutos, bailándolo y girándolo 180 º al son de Amparito. Una vez dentro del jolgorio se hace más ameno y divertido. Eso sí, participas en una mezcla de sudores, cerveza y mamadeta que tienes que ducharte al llegar a casa. Hoy me levanté cansado, claro, me acosté casi a las 2:00 y me levanté a las 5:50. Hoy a la cama prontito.

La lectura de hoy es algo abstracta. Habla de la gran familia que formamos todos. Le dicen a Jesús que está su madre y sus hermanos afuera esperándolos y Él les contestas que su madre y sus hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. No tengo que comentar nada. Hoy no estoy inspirado.

Tras las largas parrafadas que he echado anteriormente no viene mal un post cortito.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Nada hay oculto que no llegue a descubrirse. Lc 8,16-18










Fin de semana corto? Me tocó trabajar el viernes por la tarde. Y eso se nota. Son las fiestas de Tarragona. Santa Tecla. Al año que viene, si puedo, cojo vacaciones. No veais cómo se pone mi calle de gente. No oía los conciertos de la plaza porque debajo de mi ventana se les ha ocurrido poner a un tiparraco poniendo a todo trapo la música. Hasta las 0:00 no paraba. No podía casi ni oir la TV con su volumen a tope. Pensaba que acabaría loco. Ya sólo quedan 2 días. A ver.




Sales a la calle y estás en la marabunta. Tienes que pegarte con la gente para volver a casa. ¿Dónde se meten estas personas el resto del año? Debe venir mucha gente de fuera.




El sábado cogimos la moto y quedamos con mi amigo Rafa, cuya moto tiene apenas 2 meses. Nos acercamos hacia su zona. Estuvimos en Caldes de Montbui. De allí nos fuimos a comer a Santa Perpetua de la Mogoda. Muy bien. Él ya conocía el sitio. Luego hicimos una rutilla de curvas desde Sant Sadurní hasta Gavá. Parecía que nos íbamos a meter en la boca del lobo. Se cernía sobre nosotros uans nubes negras que no presagiaban nada bueno. Pero afortunadamente, sólo se quedó en el susto y el olor a ozono. Hicimos parada en la ermita de Bruguer (pero que yo sepa no era el de las pinturas). HAbía una boda. Lo peculiar de esta boda es que había un porcentaje alto de invitadas en edad de merecer. Ay amá qué ricas. En bodas que haya estado no había tanto bombón junto. Aprovechando que no había llegado la novia ni el novio, metimos las narices en el interior. Muy bonita y sencilla me pareció. Le saqué este par de fotos. Después, llegamos a Gavá y Rafa se fue para su casa y nosotros para Tarragona por las curvas del Garraf. En la foto en la que estábamos esperando a Rafa, moto y Ana, decía Ana que parece que sólo le falta la silla y la sombrilla. Lo ha dicho ella yo no.




Por la tarde salimos a dar un paseo. Y nos encontramos con Xabier, excompañero de trabajo de Ana que estaba de visita con Sonia. Qué simpática me cayó esta Sonia. Me hizo acordarme de ti, Juani. Xabier domina el castellano, pero con Sonia habla en inglés. Al preguntarle de dónde era, resultó ser portuguesa. "Pero cóño!"-le dije. Le obligué a hablarme en portugúes el rato que estuvimos juntos. Aunque no le entendiera. Nos caímos muy bien. Y era todo un placer oirle hablar en portugués. Además, le gustaba Lisboa, como a mi, y Madredeus. Ella era de Aveiro. La costa de Salamanca mira por donde.




Daphne, también me acordé de ti. Al final de la Rambla Nova ahbía unos talleres para chavales de paleontología. Vale, no es lo mismo que la arqueología, pero iba de cosas que se estudian tras desenterrarlas, ¿no? ¿Ves como sabiendo más la gente de ti das pie a que se acuerden?




Por la noche salimos con unos amigos a cenar. Todo estaba hasta el culo. Uno de los sitios que pudimos sentarnos era el Cantábrico. Ya he ido como tres o cuatro veces. Nunca me gustó, pero a los amigos de Ana se conoce que sí. No sé que tendrá, pero había venido ahsta gente de Barcelona a cenar allí. Lo digo porque una de sus excompis de trabajo que trabaja ahora en Barna y estaba aquí de cena se encontró con una compañera de trabajo.




Tenía mucho sueño y, tras cenar, me fui a casa. Serían las 0:30, pero ya no era persona. Ana se quedó. Creo que fueron a tomar un café, debí contagiarles mi cansancio. Fue acostarme y roncar como un bendito. Ni sentí entrar a Ana. Ni el ruido de la calle abarrotada pudo conmigo.




La lectura de hoy es una de mis preferidas. Jesús dice: "Nadie enciende un candil para guardarlo bajo una vasija o debajo de la mesa. Lo pone en un candelero para que de luz a los demás. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse. A ver si me escuchais bien. Al que tiene, se le dará. Y al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener".




Muchas veces pensé que el que no ve y le enciendes una luz, suele ponerse una venda en sus ojos, porque la luz le molesta. Prefiere seguir viviendo en la oscuridad, que por lo menos, está acostumbrado y no tiene que esforzarse más. El que ve el camino, siente un deseo irrefrenable de mostrarlo a los demás. Por eso a veces preferimos taparnos los ojos. Ojos que no ven, corazón que no siente. Y tampoco podremos guiar. ¿Por qué a veces nos negamos a tirar del carro? ¿Por qué muchas veces pensamos que somos los únicos que nos esforzarnos en que las relaciones con los demás vayan bien? Una habitación en penumbra, como puede ser mi vida, parece limpia. Pero horror. Es iluminada por la luz, y aparece toda la porquería que no se veía en la semioscuridad. Pero no por ello debemos preferir la oscuridad.




domingo, 21 de septiembre de 2008

Fin crónica vaija a Praga

Sábado. La crónica de Praga es de despedida. Agoté la batería de la cámara, por lo que no hay fotos ya. Nos levantamos como siempre. De forma natural y a las 8:15 estábamos desayunando. Superdesayuno. Hicimos el hatillo y a recepción a dejar la llave. O sé si fue porque éramos españoles, pero hasta que no entraron en la habitación y vieron que todo estaba correcto no nos dejaron marchar. Era gracioso ver al recepcionista en plan agente secreto con el walkie talkie. Tras darnos el Ok, nos fuimos hacia el metro. Compramos billete para el aeropuerto. 26 kc en lugar de 30 kc. Cojonudo. Aunque tuvimos tentación de colarnos (no hay torniquetes de paso), dijimos que por un euro no nos íbamos a arriesgar a que nos multaran por ir sin él. Al llegar a Dejvicka, tardamos 5 min en encontrar la parada del 119, bus que nos llevaría al aeropuerto. Rodeados de italianos, fuimos dudando de donde bajarnos. Pasamos por la Terminal 4, al rato por la tres. Anda, que como te equivoques de Terminal… Pero no, la 1 era la nuestra. Nos bajamos en la 2. La mayoría siguió en el Bus hasta la 1. total, la 2 y la 1 eran edificios que hacían L. Vimos un Mc Donalds en el aeropuerto. Ana me mira y me dice que ya sabe donde vamos a comer. Sí, me gustan las hamburguesas de estos sitios. Aunque prefiero el Burguer King. Aunque no suelo ir a menudo, a veces, cuando las circunstancias lo favorecen, Ana me lleva a algún sitio de estos. Me pirran, que le voy a hacer. Y lo digo en alto y con la cabeza bien alta.

Eran las 11:00 y nuestro avión no salía hasta las 14:00. Hasta las 11:45 no salío que podíamos ir al check-in. No pudimos obtenerlo por Internet allá por marzo, como la ida. No lo permitía el aeropuerto de Praga. Estuvimos sentados delante de los monitores vigilando cunado saldría nuestra ventanilla de check-in. En esto que pasa un chica de unos 19-20 años. Igual tenía más, pero no lo creo. Su vestidito de pasarela, cortito, piernas largas, maquillaje de modelo, uñas arregladas y con una línea muy fina de brillantina sesgada a la línea que separa la parte blanca de la más rosa de la uña. Perfectamente maqueada, zapatos de tacón alto, pero no cerrados, a modo zuecos (no sé como se llaman este tipo de zapatos). Y guapísima de cara. La vimos pasar hace 20 min, cuando había un grupo de 5 o 6 hombres de unos 45 años que se quedaron pasmados mirándola. Como yo, qué leches. Pues bien. Justo pasa de nuevo esta chica por nuestro lado cuando decide sentarse justito a mi lado. Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen.

Pues es poner su largas piernas a mi alcance de mano cuando Ana, escojonándose de la risa me dice “mira el monitor”. Acaba de salir el check –in. Cagüen la leche. Fue sentarse ella y nosotros ir a la cola de la ventanilla que acababa de habilitarse.

Al obtener la tarjeta de abordaje (mira, como los piratas, al abordaje!!!!), pasamos el control. Una vez al otro lado, ya no había Mc Donalds. Buscamos el sitio más barato. Un Relay. Allí gastamos absolutamente todas las coronas que teníamos (al cambio unos 10 euros). Nos cogimos un bocata que eligió Ana. Un sándwich que elegí yo, patatas fritas chips, y unas chocolatinas de postre. No hace falta decir que menos mal que no le dejé elegir a ella los dos bocatas. El suyo tenía un sabor raro, de esos que les gustan a los guiris, jajaja. Menos mal que antes de abrirlos dejamos el mio para el final y compartimos mitad y mitad, como hacemos siempre. Suele ella equivocarse al elegir los platos. Siempre acaba gustándole lo que he pedido yo.

Una vez comido y darnos cuenta de que nos habían cambiado la puerta de embarque, nos cambiamos.

Al llegar casi la hora nos levantamos para entrar de los primeritos. Y, ¿Adivináis quien se puso justo una persona por detrás de mí? SI. La modelo impresionante. Me empecé a reir. Y le digo a Ana¿ Y ahora, qué? ¿Ya no te ríes? Jajajajaj. Si es que esto de tener a Dios de la parte de uno, jajajajaja (esta vez nos reimos los dos).

Al pasar por la pasarela que nos llevaba al avión, con cierta pendiente hacia abajo, yo tuve que parar a guardar el DNI en la cartera. El objetivo era claro. Había que dejar que la modelo adelantara. Seguro que era todo un espectáculo ver esas piernas (y ese culito) bajar por esa pendiente y con esos tacones. No me equivocaba vaya espectáculo. L pongo un diez. Mira que esa pendiente no se la salta un gitano. Pues esta lo bajó, no con cierta dificultad, pero lo bajó con éxito.

Otra casualidad de la vida es, no, no se sentó a mi lado en el avión, Dios me quiere, pero no tanto. Se sentó en la misma fila. No tenía que mirar ni para adelante ni para atrás. Simplemente mover la cabeza 90º. Tanta casualidad me hizo un día simpático.

Al llegar a Barna todo el mundo aplaudiendo tras el aterrizaje. Ana y yo nos miramos estupefactos. Al llegar a Praga nadie aplaudió.
Y aquí acabó nuestro viaje a Praga.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Andaba precdicando el Evangelio del Reino de Dios. Lc 8,1-3












Y llega la crónica del viernes de Praga. A comentarios ironónicos debo contestar que saqué 200 fotos, por lo que no pongo todas, sólo algunas que ilustren la crónica.

El viernes, el desayuno fue olímpico, mucho de todo. Al igual que el día anterior, nos levantamos temprano. Temprano pero sin reloj, con la luz del sol, despertar natural. Aún así, sólo llevábamos día y medio y, aunque se dormía espléndidamente bien, la idea de pasar un día más por ahí zascandileando sólo reforzaba la sensación del cansancio que llevábamos acumulando. Parece que no, pero eso de estar todo el día por ahí sin dormir siesta…

Hoy tocaba el barrio judío y ciudad nueva. (Josehof y Stare Mesto). Como siempre (debería decir como el día anterior) fuimos por Wenceslao y volvimos a visitar el mercado de frutas. También pasamos por el reloj astronómico. A las 11:00 en punto lo vimos funcionar (un montón e gente y grupos organizados apabullaron el sitio para ver a los autómatas del reloj). Por las ventanitas de arriba pasaban santos mientras el esqueleto del lateral tocaba la campanilla. Yo esperaba algo más sorprendente, hologramas, fuegos artificiales, luces láser…

Luego, en lugar de tomar la calle que da directamente al barrio judío, fuimos bordeando el río. Llegamos a bordear el famoso cementerio judío. No pagamos para entrar. No me hizo falta para sacar la estupenda foto que pongo. Tampoco entramos en ninguna sinagoga. Las vimos por fuera y punto. No daban ganas con tanto turista entrar en un templo.

Siempre que entro en alguna catedral de España y veo algún tipo de puesto que vende cualquier cosa, ya sean tickets para visitar capillas y demás como postales del templo, recuerdo la parte del Evangelio en que Jesús echaba a los mercaderes del templo. Siemore he pensado que los católicos no habíamos captado el mensaje. Que seguramente nos lo tenía que haber hecho a nosotros como lo hizo en su día con los Judíos. Pues bien, en Praga me di cuenta que los Judíos tampoco habían aprendido la lección. Negociaban con los templos como podrían negociar con su propia madre. Desde luego, ya tenemos algo en común los judíos y los cristianos, no respetamos lo sagrado. Me hierve el alma la “alegría” con la que turistas invaden templos y no mantienen un comportamiento correcto, de respeto y de silencio. Un templo no es una plaza pública. Pero bueno, tampoco se le pueden cerrar las puertas de los templos ni cobrar por entrar. Será opción personal.
La foto de esa boda no tiene nada que ver con la de ayer. Esta es una foto de otra boda donde estaban de botellón debajo de un puente, tal y como lo cuento. Igual no encontraron sitio para celebrarlo, qué se yo.

Como llevábamos paseando un rato, psicológicamente yo andaba ya cansado. Tenía la sensación de llevar días y días en Praga. Curiosamente, girando a un lado y al otro, veíamos que todo estaba rodeando y cerquita a la plaza vieja. No quedó calle sin callejear. Buscábamos un sitio que venía en al guía. Una especia de cafetería con pastelitos, pan, etc. La encontramos. Fue uno de los momentos estelares de todos los días en Praga. La foto donde salimos Ana y yo está tomada en el bakershop. Allí retomé fuerzas y me lo pasé bomba. Me explico. Muchos fueron los factores que contribuyeron a esa sensación de bienestar. Pedimos un café espresso (como dicen allí). El lugar estaba atendidos por 4 camareras. Todas muy simpáticas. Una e ellas nos puso los cafés y nos cobró. Salieron más o menos como en España. Así SÍ. Luego nos preguntó si queríamos un poco de leche. Nos puso dos jarritas en inoxidable con leche y espuma.

Nos llevamos las jarritas y las tazas a una barra de frente al escaparate, ideal para tomarte un café viendo la vida pasar mientras recuperas fuerzas. En esa barra había azucarillos, y canela. Eso de echar la leche con espuma a la taza y espolvorear canela encima…. Uhmmm, igual a como me lo ponen cunado me lo tomo enfrente de la oficina. Sólo que esta vez me lo preparé yo. Qué delicia. Empezaba a notar el cosquilleo de las piernas, cansadas de andar despacio haciendo turismo. Hubo un momento en que me quedé mirando hacia adentro con la mirada perdida. De repente me di cuenta de que estaba mirando en dirección a una camarera que estaba preparando una sopa o caldo. Ella se dio cuenta, me miró y me sonrió. Yo le sonreí. De repente se fue con el caldo hacia el otro lado de la barra, que formaba una L. Le seguí con la mirada. Me volvió a sonreir, también con sus ojos. Intercambió palabras con otra camarera. Esta, al minuto, me empezó a mirar. Y de repente, me sentí observado por tres camareras a intervalos, como si me hubieran descubierto. Una guerra psicológica a tres bandas. Ana flipaba. Como siempre me decía que tenía una imaginación desbordante. Me lo decía como quien dice que si soy guapo para ella es porque está conmigo y que no llamo anda la atención. En esto que entra una fantástica mujer, una cliente. Debería tener unos 37-39 años, no sabría decirlo muy bien. El pelo largo cortado a capas (extrañamente siempre me ha gustado), vestía sencilla pero con elegancia. No es que tuviera un físico excepcional, pero desbordaba sexualidad por todos sus poros. Llevaba una extraña rosa blanca de la mano, como dándole un aire bohemio y romántico, como si fuera una artista que toma un café de Montmatre.

Entró y me dio la espalda. Yo me quedé observándola dándole un codazo a Ana por el detalle de la rosa. Estuvo un rato ahí, esperando. Parecía como que la camarera no le hubiera visto. En esto que se cansa y se da la vuelta para tomar rumbo al otro lado de la barra para solicitar su pedido a otra camarera. Es en ese momento cuando se encuentra conmigo y sonríe como diciendo “no me atienden” sintiéndose sorprendida por mi. Consigue hablar con otra camarera y vuelve al mismo sitio de antes, volviéndome a dedicar su preciosa mirada. Elije lo que quiere y se va con la camarera al extremo más alejado, donde estaba la caja, para pagar.

Hasta aquí todo normal. Nuestros cruces de miradas, aunque yo le he dado bombo y platillo eran casuales, no buscadas. Tras un rato sin verla me decidí girar algo la cabeza y mirar hacia la caja, a ver si seguía allí. Estaba ya pagando. Esta vez le miré directamente y ella levantó la mirada hacia mí. De los 360º miró sólo en la dirección en al que estaba yo. Como esta vez miraba en plan guerra psicológica, ella no fue menos. Me sonrió, pareció que gané, que retiraba su mirada cuando sólo fue un amago. Volvió a sostenerme la mirada. Con descaro. Me hubiera ganado de no ser porque requería su atención de nuevo la camarera. Según escribo esto me acuerdo de Melocotón, a la que le mando un beso desde aquí, si no le ha asustado tanta parrafada y me ha leido.

Y debo decir, mi querida desconocida de la rosa blanca de Praga, que me pareciste guapísima y muy interesante.

Tras mi rápida recuperación, seguimos explorando el barrio judío. Después insistimos en buscar un sitio que nos habían recomendado para comer. Lo encontramos. Pedimos una de las famosas superensaladas checas que tanto me gustan, costillas de cerdo y el conocido goulash. Y mis dos pintas. La foto da muestra de los manjares y de la pitanza que nos íbamos a dar. Todo fue comido a pachas. Ana pensaba que no podríamos con todo, pero estaba tan bueno que no fue problema.
Sabíamos que se podía pagar con tarjeta, pero cuando se lo preguntamos al camarero por pura cortesía, este puso cara de “ya me quedé sin propina”. Dudó un momento miró a su jefe que pasaba por allí y este le asintió con la cabeza.. Nos había tratado tan bien que le jodía quedarse si recompensa. Cuando nos trajo el recibo y vió que le dejamos una buena propina, su cara radió felicidad, y se despidió más amablemente si cabe deseándonos un buen día. En este sitio nos trataron muy bien.

La tarde la dedicamos a pasear por los parques, nos sentamos en una de las islitas del moldava, luego paseamos por la ciudad nueva, la parte menos turística y con gente autóctona. Se notaba. Nos sentíamos más a gusto. Ya al anochecer (las 19 h) mientras buscábamos un pub superfamoso de 1485, pasamos por varios bares que tenían buena pinta. Cuando lo encontramos y entramos, usamos su WC gratis. Aunque tenían a una señora con un mostrador con dinero, para que le dejaras algo. ¿Qué consumes en un bar y tienes que pagar para echar lo que has bebido? No señor. No le dejamos nada. Tampoco le consumimos nada. Aunque era muy grande, estaba todo lleno de grupos enormes de turistas, mesas reservadas y unos precios carísimos. Le dieron por ahí.

Nos fuimos a tomar unas cervezas a un sitio por lo que habíamos pasado con gente del lugar. Nos miraron un poco raro al principio, porque debíamos ser los únicos no habituales del lugar. Pero nos trataron muy bien y fueron las cervezas más baratas de todo Praga (en donde habíamos estado claro)

Después nos fuimos a casa (al hotel), reventados de andar por ahí.

Ya sólo queda la crónica del sábado, el día del regreso, que tuvo otro momento curioso.

La lectura de hoy es sencilla y curiosa. En principio con poco mensaje. Jesús iba de región en región y de ciudad en ciudad predicando el evangelio del Reino de Dios. Iba acompañado de sus doce discípulos y de mujeres a las que había curado, como María Magdalena (a la que las malas lenguas dicen que Jesús le ponía la inyección, ya me entendeis) de quien espantó muchos demonios, Juana, esposa del intendente de Herodes y otras muchas.

A cuento de la lectura de hoy viene algo que me pasó ayer. Por mis palabras he llegado a decepcionar a alguien, a quien le había dado una imagen falsa de mi. El hablar de la lectura diaria del evangelio para saber qué quiere Dios de mi en mi blog, quizá ayude a ver el evangelio de una forma diferente a como hemos estado acostumbrados por los curas malos que todos hemos tenido. Mi forma de entender el evangelio es única y no tiene por qué ser buena. Al igual que cuando se malinterpreta nuestras palabras o nos tergiversan, ¿Quién dice que yo no tergiverso el mensaje de Dios?

Pretendo ser más humano, comprensivo, humilde,… Pero no soy perfecto, llego a decepcionar incluso a los que más quiero aunque no lo pretenda. Estoy aprendiendo a ser. Y me equivoco. Mucho. Meto la pata. Mucho. Pero aún así, puedo ser herramienta para llevar el Evangelio del Reino de Dios de “ciudad” en “ciudad”, sin haber aprendido aún la lección.

Aquellos que veáis en mi ciertos signos de humildad, por favor, desterradlos. Mi camino hacia la humildad todavía es largo y tortuoso. Si no, preguntadle a Ana, que podrá enumeraros mis defectos uno por uno.
Pero como el que escribe esto no es un alias, sino una persona que existe y se muestra como es, espero que mis palabras escritas o habladas, según aquellos que tengo al suerte de ve en mi día a día, sepáis verlas con el filtro de la comprensión y procurando entender que lo que digo no es por hacer daño, aunque lo parezca. No seré perfecto, pero he aprendido la dura lección de desterrar de mi la maldad de hacer daño aposta. Y es un huerto que cuido todos los días, porque la mala hierba crece en cuento te descuidas. Así que si ofendo, no lo deseo ni quiero.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Hoy hay cuéntame. A ver cuanto tiempo tarde en quedarme dormido.
Otra serie a la que me enganché y me perdí el episodio la semana pasada es SIN TETAS. Lo grabaremos y lo veremos el fin de semana.

A quien poco se le perdona, poco ama. Lc 7,36-50



















Qué sedado que vine ayer a trabajar. Con el constipado que me tengo estoy como atontado. Vine pseudodurmiendo. Y medio pensando en la lectura de hoy que se las trae. Rumiándola. Me ha gustado esa sensación de estar intentando adivinar qué quiere decirme Dios hoy. Aún ahora que estoy más despierto, tengo la nariz colorada y la cabeza algo embotada. A veces sensación de frío, a veces de calor, sobre todo durante el segundo plato a mediodía.

Un conocido jeta de la vida, fariseo él, insiste mucho a Jesús para que vaya a su casa a comer.Es tanta la insistencia que Jesús accede. Una mujer, cuando ve que va a la casa de este, acude a comprar (o ya lo tenía) perfume y se va a postrar ante él en cuanto se sentó a la mesa. Le cogió os pies y se los comenzó a lavar, los enjugaba con sus cabellos (un poco asqueroso pienso yo, vaya costumbres que tenían entonces) y los untaba en perfume. No sé quién me explicó alguna vez o quizá lo leí en algún sitio, que en la época, ese perfume que usó esa mujer era carísimo. Y como tal, sólo se usaba en ocasiones muy pero que muy especiales. Y para esta mujer era tener a Dios ante sí ese momento tan especial. Bueno, que me pierdo. El caso es que el fariseo, al ver que su invitado estaba complacido con esta mujer dejándole a él en un segundo plano, (siendo el anfitrión) pensaba para sí que si Jesús supiera lo puta que era aquella mujer (por decirlo de alguna manera) no le prestaría tanta atención.

Como siempre, Jesús, que lo sabe todo, le cuenta una historia al fariseo: Estos eran dos hombres que debían a su Señor 100 y 50 denarios respectivamente. Como no tenían con qué pagarle, el Señor les perdonó a los dos la deuda. ¿Quién crees que amará más a su Señor?. El fariseo, dice –el que más le debía, supongo. Has acertado-decía Jesús-pues por la misma razón a quien poco se le perdona es porque poco ama. Chúpate el pie lorito. Qué extraña conclusión y cuanta verdad que enseña hay en ella. Los que nos equivocamos en la vida, la experiencia, y ser consciente de que de los errores se aprende y hemos sido perdonados, aprendemos mejor a comprender a los demás y a ponernos su camisa y ver lo que rasca. Si lavara con Perlán…. En fin, amemos mucho, aún a riesgo de equivocarnos y herir a alguien. Pero sobre todo, perdonemos mucho también, como han hecho con nosotros cuando hemos metido la pata. Anteayer mismo, el día después de mi cumple, llegó un sms felicitándome por mi cumpleaños de un número desconocido. Si no fuera porque firmó el sms no hubiera sabido quién era. Era de una amiga (que fue mi primer amor platónico, por cierto, pero eso es otra historia) que tuve. Cuando la vida nos reencontró no estaba ella en su mejor momento. En cuanto le fueron bien las cosas dejó de contar con nosotros y perdimos el contacto por dos años. Le llamé. Estuvimos hablando y poniéndonos brevemente al día. Fue bueno restablecer el contacto. Y tuvo que ser ella, porque había cambiado de número y yo sólo tenía el viejo.
Por fortuna le van bien las cosas ahora. Me alegro.

Pero vayamos a la crónica del jueves pasado en PRAGA.

El miércoles por la noche a las 22 h estábamos durmiendo. No sé si fue por eso o porque allí a las 6:00 entraba una luz potente de mañana, que a las 8:00 estábamos desayunando. Aunque no eran como los desayunos que me metía en Edinburgh, me puse dos salchichas, lonchas de queso, fiambre (algo extraño), bizcochos, un café, pan, por supuesto tostado y varios vasos de dos bebidas que tenían, una que era bebida de naranja, con sabor a zumo de naranja y otra que llamaban “bebida multivitaminas” de una naranja más fuerte y un sabor más parecido al jarabe.

Que me puse como un cerdo, vamos. Es muy cómodo que te entre el desayuno en el precio del hotel. Así, tras desayunar, puedes subir a la habitación, lavarte los dientes y ponerte en condiciones de salir a la calle. A la salida del restaurante, había un papel en la puerta que ponía: “Por favor, no se lleven comida del restaurante”. Lo ponía en dos idiomas, inglés y CASTELLANO. Vaya fama que nos hemos creado los españoles. Seguro que al principio alguno dijo que no sabía inglés. No estaba ni en francés ni en cheko, ni en alemán… jajajajajaja. Si es que somos líderes de la supervivencia sin gastar un duro.

Fuimos por la avenida que nos llevaba hasta el museo nacional, donde había una exposición de cuando Praga era lugar de residencia de tanques. No la vimos, por supuesto. Estaba lleno de excursiones de colegios. Desde el museo bajamos por la plaza Wenceslao. Nuestro rumbo era pasar por la plaza de la ciudad vieja con rumbo a Hradzany o como se diga. El día de hoy lo íbamos a dedicar a este barrio y el castillo. Antes de llegar a la Plaza descubrimos un mercadillo mitad de turistas mitad de frutas. Mu bonito. A la gente le llamaba la atención unas brujas que se reían mientras pataleaban.

Cruzamos por el puente y subimos por las escaleras que el pasado día bajamos. Menos mal que refrescaba un poco, porque se suda de cojones subiendo las escaleritas. Allí tomamos típica foto con guardia de la puerta, como en el Palacio de Buckingham. Fuimos a la taquilla y compramos una entrada de recorrido corto. Por 250 kc cada uno. Yo pagué la mitad, porque llevaba mi carnet de la Universidad de Burgos y dije tener 26 años, je, je. Si es que estoy hecho un chaval.

La verdad es que fue un timo. La mayor parte del recinto del castillo se puede visitar gratis. La catedral de San Vito también. Y lo que daba derecho la entrada era al Palacio (una sala y poco más, vaya timo), la callejuela del oro y no sé qué capilla, además de unos viñedos en terraza que se ven desde fuera sin entrar. Lo que sí me gustó de la callejuela del oro es un pasillo donde hay una colección enorme de cascos, yelmos y armaduras de todos los tiempos con alguna sala de tortura. Pero son todo tiendas. Anda que pagar por ver escaparates…

Una vez pateado todo el recinto del castillo, acudimos a sus jardines a descansar en un banco. Fuimos al WC, que este sí era gratis, moderno y limpio, como debe ser. Vimos a un par de novios. Esta es la novia, que me pareció guapísima y me gustó su vestido, alejado del clásico vestido de novia. Le hice un minibook, mientras su fotógrafo contratado hacía su trabajo, sólo publico una de ellas. Bajamos hacia el puente. Antes de llegar, nos metimos en un soportal a comer. El camarero checko un poco tontito. Cuando le dejamos propina al final, el muy cabrón se volvió de lo más simpático. Nunca me gusto comprar la simpatía. Me tomé dos pintas, qué buenas. Ana pidió una superbrocheta de carne de ternera y cerdo con una salsa estupenda y yo una superensalada que le había visto a otro con virutas de pato o algo así. La verdad es que quedamos llenos. Y el camarero decía que era poco para él. Lo que quería era que le hiciéramos gasto. Y a mi no me gusta pedir un plato que se vaya a quedar entero.

De allí nos fuimos dando un paseo por Mala strana, a bajar la comida. Tomamos dirección a la colina de flint (no se llama así, pero la llamo yo así de broma). Un gran monte con grandes cuestas donde hay un funicular que te lleva arriba. Nosotros lo subimos a pincel, paseando por sus diferentes caminos, entre grandés árboles y respirando a verde. Qué bien olía en aquél ¿parque? Una vez arriba vimos por fuera una mini torre Eiffel, que no pagamos por subir. Estuvimos descansando en un balancín gigante, mientras nos columpiábamos. Después bajamos de nuevo a la ciudad, pasando de nuevo por la plaza de la ciudad vieja. Innumerables turistas. Le saqué unas fotos a unas ranas de madera para mandárselas a Mar, que colecciona ranas.

Nos sentamos en una terraza de las más caras, debajo del puente archifamoso, el café de Marcial. Nos tomamos dos vieneses. Al cambio nos gastamos 7 €, (3,5 € cada uno). Era caro, pero mereció la pena el sitio y el rato de relax.

Después poco más hicimos, más que dar vueltas y vueltas, sortear turistas y ver tiendas. Descubrimos una tienda de adidas con al antiguo logotipo, que siempre me gustó más. Casi me compro algo, pero era cara y pasé del tema.

Ana consiguió comprar una caja de ¿galletas? Típicas para repartir entre sus compis, que debe ser costumbre hacerlo cada vez que viene alguno de algún sitio.

Volvimos al hotel por calles por las que no habíamos pasado, más de la ciudad. Aunque parecía la 1:00 de la mádrugada, eran sólo las 21:30, pero el cansancio que teníamos encima era enorme. Un poco desubicado de horario. Me despistó Praga en el tema horarios.

Por cierto, Daphne, no me sonó a regañina lo del gentilicio. Sólo que yo siempre lo he dicho bien y debo rodearme de tontolavas que les gusta decir lo que puse. Y a ver si te manifiestas un poco más, por lo de ir conociéndote y eso. No sabes la de miles de caras que te he puesto ya, jajajaja.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿A quién se parece esta generación? Lc 7,31-35
























Comienzo hoy miércoles con las crónicas del pasado miércoles del viaje a Praga, con alguna foto representativa de ese día, que como hice muchas (no quemé la cámara de milagro), no puedo poner todas.

Antes de nada me gustaría comentarle a Daphne que de acuerdo. El gentilicio de Tarragona es Tarraconense. Pero uno no sabe nunca como acertar.

Debo decir que la foto de ayer de la fachada del hotel no es donde me alojé. Pero me pareció que colaría, pues muchos creen que debo ser un monje franciscano o carmelita renegado.

Para ir de casa de Tarragona al hotel en Praga utilizamos cinco medios de transporte. El coche de Tarragona a Barcelona, el tren de Sants al aeropuerto y el avión hasta Praga. Del aeropuerto de Praga al hotel fuimos mediante autobús, hasta Dejviaká, donde comienza el metro hasta una parada próxima al hotel.

Como íbamos sin ningún chavo (corona cheka, Kc), al salir en el aeropuerto nos dirigimos a uno de los 5 cajeros que hay a tal efecto. Sacamos 2000 Kc, para ir tirando. El muy jodido del cajero nos dio un billetazo de 2000 kc. Con él nos fuimos a coger el autobús. El sistema público de transporte allí no funciona como aquí. Si alguno sabe más, que me corrija, yo sólo cuento mi experiencia. Allí en teoría coges un billete y o cancelas al subir. Algo parecido a cunado coges el regional de RENFE de Tarragona a Barcelona. Como no teníamos monedas, esperamos a que viniera el primer autobús de la línea 119. Observamos como la gente subía por todas las puertas laterales que tenía este. Subimos y al chofer antituristas quisimos pagarle los tickets con las 2000 kc, pero el muy cabrón nos abrió la puerta y nos tuvimos que apear. Quizá normal, dado que al cambio son como 85 euros en un billete y pretender pagar dos billetes de 1 € aprox.

Le hicimos la faena al de la cafetería del aeropuerto, que le compramos dos botellas de agua y, de forma simpática y algo forzada nos cambió el billete. Menos mal que hablaba inglés. El siguiente autobús aceptó un billete de 200 kc. Menos mal.

Al llegar al metro, había máquinas de cancelación de billetes, pero no había barreras. Cualquiera podía pasar sin billete. En principio. En el autobús no había ningún tipo de inspección. En el metro tampoco. Al bajarnos pensamos que podíamos haber venido gratis, pero quita, no sea que te pesquen (si es que hay alguien que pesque) y la multa sea gorda. No cogimos billete en el metro porque valía el mismo del autobús. Hay que decir que el metro es algo simplón y mal señalizado. Si no fuera porque es simplón, nos hubiéramos perdido. A las 15:00 estábamos en el hotel comiéndonos unos bocatas que nos habíamos traído al efecto, bebiéndonos las botellas que habíamos comprado en el aeropuerto para cambiar el billetazo.

En la foto veis la cama de la habitación. Muy cómoda. Dormí como un santo varón. Nos fuimos a dar un paseo. Bajamos directamente hasta el río, el Moldava, y fuimos subiendo aguas arriba por la orilla observando las barcazas restaurante que recordaban mucho a los bateaux del Sena.

También estaba este edificio que había visto en una guía. Me pareció chulo buscarlo. Después de agotar el recorrido del río, de Stare Mesto (disculpad que no ponga los signos circunflejos y demás faltas de ortografía, no hablo ni escribo cheko, pero será algo parecido, je, je).

En lugar de ir hacia la plaza de la ciudad vieja donde está el famoso reloj astronómico, cruzamos el puente anterior al Carlos IV famoso. Ya tendríamos tiempo en los dos días siguientes de cansarnos del puñetero puente.

Estábamos en Mala Strana, o pequeño barrio. Subimos por Kampa, donde nos sacamos estas fotos de animales de plástico. Publicidad de un museo de arte. Después llegamos al otro lado del puente de Carlos IV y, antes de cruzarlo, nos dirigimos a buscar un sitio que nos habían recomendado para comer. Sitio que no encontramos. Subimos por una cuesta del copón bendito hasta llegar al monasterio de Loreto. También en la foto. Comenzaba a atardecer. Buscamos por allí una taberna típica que venía en la guía, “El Buey negro”. En la puerta ponía “O Cervelho Volá”. Creo que fue el realmente típico, misas de madera, bancos corridos y gente del lugar. Al entrar el tío intentó preguntó ¿Italianos?- No- dijimos- Ah, spagnolos. ¿Cerveza? – Sí. Nos puso dos pintas. Debo decir que nos habíamos sentado en una mesa al lado de otros habituales de allí, que nos miraban sonrientes. Sin intención de pedir nada para comer, miraba una carta de la mesa con cosas de comer. Intentaba traducirlas. Los de la mesa le hicieron una seña al camarero que nos trajo una traducida al castellano. Muy amable, aunque nos puso colorados. Le intentamos explicar que sólo estaba haciendo prácticas de traducción. Los de la mesa, en inglés me dijeron si necesitábamos ayuda. Muy simpáticos estos checos. Cuando acabé mi pinta, me pusieron otra, preguntándome antes. Le dije “ano”, el tío sonrió al verme hacer mis pinitos en cheko. Al irnos, le dije “Na Sheledanou” o algo así, que significa “Adiós”. Nos dijo Adiós en castellano con el pulgar hacia arriba, como alabando mis esfuerzos. Qué bien me cayó. Nos cobró 80 kc por las tres pintas, (3 euros). Muy barata la cerveza, cosa que del café no puedo decir lo mismo.

Al salir de allí les usé el WC. Hay que decir que Praga está lleno de WC donde te cobran por echar un pis. Me acordé de los catalanes, que te cobran el hielo al pedirte un café con hielo. Como decían unos españoles que iban detrás de nosotros “joder, me han cobrado 10 kc por mear y encima el wc estaba hecho una mierda y oliá mal”.

Seguimos por los alrededores del castillo, vistas de Praga y bajamos por las escaleras hacia el puente famoso con santos a los lados. Ya era prácticamente de noche. Al día siguiente tocaba visitar el castillo y alrededores por dentro. Cruzamos el puente, y llegamos hasta la plaza de la ciudad vieja, donde el reloj astronómico famoso. Yo me estaba meando y tuve que pagar 10 kc por aliviarme. Menos mal que al otro lado del puente había unos servicios.

En un par de calles por detrás de esta plaza encontramos un sitio donde decidimos cenar. La foto es de allí. Nos pedimos una salchicha para cada uno y una ensalada de pollo para compartir. Y, como siempre, me bebí dos pintas. La foto es de este sitio. Nos atendieron muy bien y no llegó ni a 10 € cada uno. La ensalada estaba muy cuidada. Me acordé de la mierda de ensalada de pera que me pusieron en Barcelona la otra vez. Esta vez me quedó buen sabor de boca. Aquí si que saben hacer ensaladas, baratas y con un millón de cosas.

Después de cenar y dejarle propina (hay que ver lo simpáticos que se vuelven al dejar propina) nos fuimos hasta el hotel. A las 22:00 estábamos en la cama, aunque nos parecía que era más tarde. Lo bueno de nuestro hotel es que estaba a 15 min andando del centro. Los coches iban a toda hostia, allí me parece que el 50 se lo saltan a la torera.
Los semáforos sonaban como los antiguos temporizadores de luz de los portales. Como chasquidos más rápidos cuando está verde y más lentos cuando están en rojo.

A todo esto, tenemos chica nueva en la oficina. Será la ayudante de nuestra administrativo. Empezó el lunes, y por lo pronto, parece muy buena persona. Yo a su lado soy un ogro. Es así dulce, de mirada simpática, de no levantar una voz, de saber estar,… Para dos días que lleva me está cayendo muy bien. A ver cuanto tara la otra en merendársela con patatas





Por cierto, llevo un trancazo en cima desde el domingo... El martes tuve que venirme en tren a Tarragona. Así hoy he ido en tren dormitando. Espero estar mejor hoy.
La lectura de hoy es bastante extraña. Dice Jesús que esta generación (la nuestra) ni creemos ni dejamos de creer. Algo así como que no conseguimos definirnos. VAgamos, andamos perdidos y criticamos todo sin estar en ningún lado. Y lo peor, nos reímos del que se define.

martes, 16 de septiembre de 2008

A ti te lo digo: ¡LEVÁNTATE! Lc 7,11-17




Pues sí. Ya he vuelto. El viaje a Praga ha estado bien.Y tras el viaje, el domingo estuvimos en Tárrega con amigos de Ana (debería empezar a decir "nuestros" porque si no, va a parecer que no tengo amigos en Tarragona, je, je) Aunque la realidad es que amigos hechos por mi no tengo a nadie. Se conoce que se celebraba en Tárrega unas fiestas cuyo tema central era el teatro y espectáculos callejeros varios. Como preámbulo a mi cumpleaños no estuvo mal, ya que hoy lunes, que quería cogérmelo de vacaciones para tener un cumpleaños en condiciones, pero la coyuntura laboral no me dejó tomarme el día libre, no obstante, si iré pronto a Tarragona esta tarde, que ya se siente por las calles a Amparito en boca de muchos. Para los ajenos a las fiestas de Santa Tecla de Tarragona, deciros que el momento que más pasiones levanta es la bajada de las fieras (que me corrija Daphne si me equivoco). Unos bichos a modo gigantes que se bailan mientras se va de unas calles a otras, todo ello amenizado con un pasodoble que se repite una y otra vez hasta la saciedad llamado "Amparito Roca". El año pasado lo vi por primera vez. Me llamó la atención como un pasodoble emociona más que la tradicional sardana, que también es bonita. Aquí, amparito se baila y se tararea por una ingente masa de borrachos o a punto de estarlo. Una pasada. Fiesta total.

Por cierto, ya tengo 33 añazos. Según mi novia no tiene importancia, porque la crisis de los cuarenta la estoy sufriendo desde que me compré a Ciríaca.

Lo malo de las fiestas de Tarragona es que las calles del casco antiguo se llenan de orines, borrachos guarros y basura diaria por las calles. Si ya de por sí los tarragoninos son gente sucia, imaginad en tiempo de fiestas patronales. Por no hablar del ruido nocturno. Pero bueno, es lo que tienen las fiestas y no podría quejarme. Son para divertirse y para trasnochar el que pueda, que al menda lerenda le tocará madrugar.

La lectura de hoy martes es de lo más curiosa, para venir uno de vacaciones. Jesús, con sus discípulos y mucha gente que le seguía se disponía a entrar en la ciudad de Naín cuando se topan con una comitiva fúnebre, que sacaban en un féretro a un muerto de la ciudad para enterrarlo.

Jesús, sin decir nada se acerca al ataúd para tocar al muchacho. La madre del difunto y los porteadores se paran mientras escuchan a Jesús –“a ti te digo, levántate”. El muerto se levanta y su madre enseguida lo abraza llorando. La multitud grita entusiasmada proclamando a Jesús como el profeta enviado por Dios. Llama la atención que en este suceso, nadie le pidió nada. Cuando todo estaba perdido y todo era negro para amigos y familia del difunto, viene un fulano y resucita al muerto. Y lo cojonudo es que nadie le pidió nada. Todos estupefactos, claro. La de veces que me ha dejado estupefacto la vida con milagros igual no tan espectaculares como este, pero sí de vital importancia para mi. Y todo sin pedirlo. Como para no dar gracias a Dios todas las mañanas al abrir los ojos.




Otra forma de ver este texto es que estando muertos nos toca Jesús y nos dice "¡LEVÁNTATE!". Seguramente el muerto que revivió no desaprovechó la nueva vida que Jesús le regaló. Hagamos igual. Levanténomos y vivamos la vida según su mensaje.




Yo, por lo pronto, empecé antes de tiempo lléndome a Praga. Aquí os adelanto la foto de la fachada del Hotel. En adelante y por no marear tanto con la lectura a mi amiga elena, mañana desarrollaré un poco qué tal fue el miércoles, día de viaje y tarde en Praga. Y cada día contaré el resumen del día, así, día a día. (Total, fueron una tarde y 2 días, porque el tercer o cuarto, según se mire, fue de viaje.




Ayer lunes, como dije al principio, fue mi cumpleaños. Me vine pronto para Tarragona para estar un poco más con Ana y celebrarlo. Cuando me preguntaban que qué me habían regalado, yo contestaba que amor y felicidad.




Desde las 19:10 hasta las 20:10 estuvimos haciendo cola para que nos dieran un helado del Farggi. Aprovecho para saludar a Namy, una fan de estos helados. Te diré Namy que el helado en cuestión era una creación (mira, creadores, como Dios, ja, ja) de Farggi para las fiestas de Tarragona. Helado de mandarina con base de caramelo, todo ello regado con chocolate líquido y Chartreuse, licor que elaboraban unos monjes de tarragona que ya no existen. ¿o sí?




Tras la cola observando la cantidad de personas que deambulaban por la Rambla Nova, nos deleitamos con el helado. Apenas duró 3 min, ja, ja, ja, estaba bueno el jodío. Después fuimos a un bar pastelería que está al lado de la tienda que me recuerda a Reales, "Diosas". Ahí suelen tener unos pastelitos redondos de chocolate con virutas de chocolate también. Nos lo vamos a meter entre pecho y espalda en cuanto publique este post. Algo de pastelito había que comer en mi cumpleaños, ¿no? Hay una bebida típica en las fiestas de Tarragona que se llama "mamadeta". Le he dicho que si se portaba bien, le invitaba a una "mamadeta" para acabar el día, ja, ja, ja.







lunes, 15 de septiembre de 2008

primera y segunda

Lo iba olvidando y dedico un post a un tema algo banal.

¿A alguien no se le revuelven las tripas al ver el nuevo logo de la primera o de la 2? ¡SON UNA MIERDA PINCHADA EN UN PALO!

Ya cuando los cambiaron una vez no me gustaron demasiado, pero me decía, bueno, no están mal tampoco. Pero con esto han perdido la identidad. Y seguro que habrán pagado una pasta a un diseñador de pacotilla para semejante chapuza.

VAYA MIERDA pienso cada vez que veo Televisión Española

Hola Mery

Gracias por tu comentario. Espero que no te vayas muy lejos. Pensé que no volvería a saber de ti.

Un beso

martes, 9 de septiembre de 2008

Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles. Lc 6,12-19

Los martes qué malos son. Sobre todo cuando uno pretendía cogérselo de vacaciones y las circunstancias de la obra le aconsejan a uno que no se vaya aún. Del miércoles no hay anda que decir, que cojo el avión para Praga. Y qué repetitivo se vuelve uno cuando se va de viaje, Praga por aquí, Praga por allá… No es que pretenda fardar, pero es la novedad.

Hoy es el día del nombramiento, del llamamiento. Jesús nos recluta para sí. Según la lectura de hoy se hace rodear de sus primeros doce apóstoles, para luego reunirse con otros de otros lugares. Dice que se acercaban a Él, que muchos trataban de tocarle, porque se desprendía de él una fuerza curativa increíble.

Increíble debía ser, que ya hoy nadie se le acerca. Al contrario, es popular desmerecer a todos sus discípulos, porque no hacen lo que dicen o se han desviado del mensaje de Jesús. Ayer comentaba la cantidad de personas diferentes que hay en la curia, como en el mundo. La Iglesia la forman todo tipo de personas con distinto tipo de vocaciones. Si de doce, uno vendió a Jesús (se llamaba Judas), ¿de qué nos extraña hoy día que haya tanto malaje en la jerarquía de Iglesia? ¿Acaso por esas serpientes (con perdón de las serpientes, es una forma de hablar) van a desmerecer el resto de los apóstoles?

No se puede decir creo en Dios y no en la Iglesia. Al igual que Dios nos llama a cada uno de nosotros, no podemos pensar que deja de llamar a los otros. Cuando nos llama a todos, ya nos está, aunque no queramos, convirtiendo en una comunidad, esto es, nuestra querida y mal llevada Iglesia.

Imagino que cuando Jesús les fue llamando, a algunos cambiándole el nombre, como a Simón, al que llamó Pedro, cada uno fue sintiendo su llamada como las tarjetas de crédito, de forma personal e intransferible.

El domingo por la tarde, tras la siesta nos fuimos a dar un paseo. Fuimos a tocar ferro, que para los de fuera de Tarragona, les diré que significa acercarse al balcón del mediterráneo, al principio de la Rambla nova, donde a unos 30 m del nivel del mar se puede disfrutar de la brisa marina oteando los barcos en el horizonte. Allí hay una heladería que hace esquina. Os tomamos sendos helados. El mío de Crema Catalana y Caramela (vainilla con piñones y caramelo). Según proseguíamos nuestro paseo degustando a lametazos el helado, pusimos rumbo a mi terraza preferida de Tarragona. No es por hacerle publicidad, pero me gusta el rincón. Se trata del Pla de la Seu, al ladito mismo de la Catedral. Aunque los asientos no me gustan, de tela y madera, que pueden resultar muy bonitos a la vista pero son incómodos de cojones para la espalda. Forma de hablar, no es que tenga los cojones en la espalda.

En ese rincón se disfruta de un silencia y una tranquilidad que no tienen otras terrazas, donde el bullicio estresa más que relaja.. Igual no es una terraza a la francesa, de esas en que la gente se sienta no de frente a la persona con la que habla, sino mirando a la gente que pasea delante. Cuando pasas por una terraza con toda la gente orientada a mirarte, parece como que estuvieras en una pasarela, o en un zoo, donde tú eres el animal. Es entonces cuando me niego a ser el animal y según paso le clavo la mirada al que más me mire. Siempre y cuando no pase un culito que me distraiga, je, je.

Yo suelo pedir siempre los helados en cucurucho, nunca en tarrina. Me gusta darle lametazos. Hay veces, mientras hago surcos con la lengua entre la bola y la pared del cucurucho con la lengua, recogiendo helado y saboreándolo, alguna se me queda mirando fijamente. Igual me paso de escandaloso sacando tanto la lengua para comer el helado y llamo demasiado la atención, pero es como me gusta comerlo. Como me gusta mascar chicles haciendo ruido con la boca abierta. Sé que es molesto para los de alrededor, pero es como más se disfruta un chicle.

Mañana a las 14 h ya estaré en la Rep. Checa. A ver qué tal nos tratan.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Hoy es el cumpleaños de María. Mt 1, 1-16.18-23

Leyendo a Arturo Pérez Revete, hablaba sobre curas y sotanas. "Una vez conocí a un cura guerrillero que iba por los montes con escoptea, hasta que se loc argaron las tropas gubernamentales. Y a otro que tuvo más suerte y llegó a ministro sandinista. También conozco a uno que vive humildemente trabajando en un barrio muy pobre del Sur, a otro que baja cada día a picar a la mina, y a otro más que es capitán castrense y cuando visita su pueblo, donde viste sotana por aquello dle prestigio y porque allí vive su madre, se le cuadran los guardias civiles
Quiero decir con eso que hay tantos tipos de cura como de seres humanos, y que unos llevan sotana y otros no la han visto ni por el forro desde el día de su ordenación"
He querido transcribir parte de este artículo para todos aquellos que aún creyendo en Dios, dejaron de creer en la Iglesia por toparse con un cura que mejor se hubiera dedicado a otra profesión.
La lectura del lunes empieza con la genealogía de Jesucristo, partiendo de David (sí, ese que luchó contra Goliath). Después narra la parte en que justo antes de que José repudiara a MAría, se le aparece un ángel en sueños y le dice que concebirá un hijo fruto del Espíritu Santo y le pondrá por nombre Jesús.
Lecturas como esta han levantado polémicas y levantan polémicas hoy día. Discuten sobre el sexo de los ángeles como discuten de la virginidad de María. ¿es que es realmente importante que María fuera vírgen? Quizá por estas discusiones no me gustaría estudiar teología y volverme un teórico sin corazón. Un teorico que diría que María tenía que ser vírgen para que se cumpliera tal o cual escritura. No quiero estudiar teología si me va a cambiar el modo de "sentir" a Dios. ¿Son importantes los milagros? Desde luego, Jesús tuvo que hacer milagros para que personas empíricas pudieran creer en un mensaje tan imposible de llevar a cabo. Y aunque mi Fe no se basa en los milagros que hizo, soy consciente de que esos milagros han hecho que yo supiera de él 2000 años después.
Empieza la semana. Mañana estaré de vacaciones. Aunque lo decidiré hoy. EL miércoles salimos para Praga. Y eso es pasado mañana. Dicen que nos gustará el sitio.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Sábado, sabadete

El sabádo por la mañana, a las 9:00 estábamos haciendo ya el desayuno. Leche, Colacao y Tostadas con Margarina de Maiz y mermeladas. Desayuno de fin de semana. Solemos poner la TV. Ahora vemos la serie V en la cuatro. Después cambiamos a antena 3 donde vemos una serie de unos adolescentes en un complejo internado típica americanada. Es muy mala, no sabemos por qué la vemos, con mucho clichés y tonterías. Pero noas ayuda a hacer tumbing mientras digerimos el desayuno. Así se nos suelen hacer las 11:30 de la mañana. Es genial esa sensación de no tener ninguna obligación de lenvantarse. De la cama al sofá y del sofá ¿a la cama? je, je.

Tras recoger el desayuno (y la cama), como hacía un día de nubes grises y cuatro gotas de vez en cuando, decidimos irnos a correr. Estuvo bien. Me revitalizó. Eso sí, noté en los estiramoentos que había pasado mucho tiempo desde la última vez que estiré. Ana paró antes que yo. Yo terminé muy bien el recorrido completo. Aunqe hacía algo de calor, cuando caían unas gotas del cielo, se notaban frescas sobre la piel (corro sin camiseta). Lo bueno de vivir en Tarragona es que tienes un paseo marítimo al lado de casa y un espigón en el puerto para estos menesteres. Es un lujo correr respirando el aroma del mar y mirando el horizonte.

Cuando pasamos corriendo delante de las terrazas del puerto deportivo, se produce un contraste. Gente en la terracita con su cerveza, su racioncita y tú´ahí, corriendo, sudando. Notando como se clavan las miradas de las féminas en tus defectos. (o en tus virtudes, quién sabe, que alguna parece que pasa mucha hambre, jajajaja)

Como no tengo otro modo, le deseo uno días estupendos a Dahpne, que sale de viaje.

El episodio de Cuéntame estuvo bien. Me gustó. Aunque a partir de las 23 h me entraba algo el sueño, Ana me golpeaba. A ve is encima de que le obligo a verlo me voy a quedar dormido, "y eso no"-me dice. Hubo una escena en la que Carlitos, que se fue a la casa de su novia del pueblo, estaban jugando a un juego con una botella, quitándose la ropa. Los padres de la chiquilla se habían ido. Cuando Carlitos estaba en calzoncillos, de repente, se oye ruido. ¡Los padres! Han vuelto. Carlitos se mete debajo de la cama (al final le pillan, qué vergüenza pasó) Ana me dice: A ti nunca te pasó eso. Y estuvimos recordando nuestros escarceos en su casa. Una vez nos pilló mi hermana. Que nos pilló en casa, pero vestiditos, que uno es un profesional y no deja que le pillen in fraganti. ´Pero claro, a ver qué dice uno que hacía en casa con lo bueno que hacía en la calle.

Luego, el cura del pueblo no quería casar a paquita porque estaba embarazada. Y el cura de la ciudad tuvo que rogarle que le dejara a él casarse.

Muchas cosas de la vida misma. Chismorreos de pueblo, conductas moralistas de entonces... Me gusta Cuéntame.
El miércoles nos vamos a Praga. Hasta el Sábado. A ver qué tal. Hemos hecho caso a la sexóloga de la Mami, jajajaja.

viernes, 5 de septiembre de 2008

A vino nuevo, Odres nuevos. Lc 5,33-39

El viernes, qué día. Día de me voy por la tarde a casa que estoy hasta las pelotas de toda la semana. Me he venido en Ciriaca a Barcelona. Qué bien. Qué bonita es. Cómo disfruto del viaje. Cómo disfruto bajar por la diagonal en ella. Cómo me gusta parar en un semáforo con otros que pasan el tiempo buscando algo en los entresijos de mi Ciriaca. "Se mira pero no se toca" pienso para mi. Antes de que se ponga verde aceleran todos como con prisa. Meto primera y salgo suave, con el ronroneo de Ciriaca. Les persigo. Les alcanzo. Les dejo alejarse. No me dejan disfrutar del ronquido de león. Hoy me acercará a Sabadell. Tengo que sacar unas fotos para el estudio de una obra. Al ir con la moto será fácil dejarla en cualquier sitio.

Ayer estuve comiendo con mi Tía, y con Sanve y JC. Vaya comida. Qué disgusto. ¿Sabéis aquello de que queréis que algo salga bien y luego todo se tuerce? Menos mal que la compañía arregló la cosa, pero todo lo demás una verdadera porquería. Por lo pronto decir que, esperando a mi Tía los tres, nos sentamos dentro del restaurante. Ya volvían a tener menú del día y podría degustar de nuevo su deliciosa ensalada de frutas, que suele tener un montón de cosas verdes, granates, tomatitos cherry (o de esos chiquititos redondos), queso, pera…

Pero llegó mi Tía. Quería fumar y dentro no se podía. Primera concesión. Afuera hacía calor. Nos levantamos y nos sentamos fuera. Mi Tía encendió su primer cigarrillo. Yo comenzaba a exudar mis primeras gotas en la frente (del calor que hacía fuera, imaginad la vergÜenza que da que de vez en cuando te resbalen gotas de sudor por la cara estando con personas mirándote a la cara directamente). Estos que tienen la enfermedad esa de no dejar de sudar… qué mal lo deben pasar los pobrecitos.

Segunda concesión. De todos es sabido que el humo va a los guapos, por lo que tuve que aguantarme el humo. ¿Y qué fue lo que remató la velada? De tanto hablarle a mi Tía de la fabulosa ensalada de frutas, nos traen una mierda pinchada en un palo. No sé si es que han cambiado el exquisito cocinero con gusto de antes por un pelapatatas. QUÉ DISGUSTO. No volveremos a ese sitio. ¿Y lo rojo que me he puesto? Encima mi Tia repitiendo ¿y esta es la fabulosa ensalada de la que me has hablado?

Y encima me dice que ha venido porque cuando le dije que quedábamos me notó un tono un poco como de “supongo que no vendrás”. Entonces uno no sabe qué pensar, si es que ha venido para darme en las narices o para demostrarme que me equivoco.

Me alegré de verte, Tía.

Me decía mi amiga Elena que últimamente era un poco rollo, que ya no contaba lo que me pasaba, que me centraba demasiado en el evangelio. Pues el post de ayer me pareció interesante, porque según resumía contaba el evangelio, me explayaba en la asociación de ideas que me venían a la cabeza en relación a él.

Hoy por ejemplo, los escribas y fariseos le dicen a Jesús que los discípulos de Juan ayunaban, mientras los suyos estaban ahí, come que te come. Esta mañana no me decía nada esta lectura. Pero tras estar con amigos comiendo este mediodía me dice mucho. Jesús les contesta que los amigos del novio, mientras el novio esté con ellos podrán comer y beber, ya tendrán tiempo de ayunar cuando el novio se haya ido (refiriéndose a Él). Luego cuenta eso del trozo de tela nueva para arreglar un remiendo en una vieja y lo de que el vino nuevo no se guarda en odres viejos.

Nos lamentamos de muchas cosas, unas más serias que otras, pero no sabemos verle el sentido de vivir a la vida. Tengo muy claro que Jesús está presente. Como rezan algunos paredones al borde de la carretera que pone: “JESÚS VIVE”. Cómo me gusta encontrarme con estas letras. Es más, parece que me las encuentro en los momentos que parece que lo he olvidado. Es entonces, al leerlo, cuando me viene una sonrisa a la boca. De esas de oreja a oreja. ¡Coño! Es verdad. Si Jesús vive y está a mi lado, ¿Por qué no empiezo a “comer y a beber”? Entiéndase esto no como coger kilos y borracheras, sino como un coge la vida y estrújala hasta sentirte vivo. Disfruta de tus amigos. No vivas para el trabajo. Mima a tu pareja, corretea con tu gato, ese que te recibe en la puerta cada vez que entras en casa. Tómate un helado de chocolate, de esos que tanto te gustan. Ora, que no hay nada como compartir con Dios esos ratos de vida que te da.

Le pedí el teléfono a JC, que en un mes comenzará a trabajar cerca de donde trabajo yo. Quedaremos a comer juntos. Esta vez por separado, un día con él, otro con Sanve. Se acabó eso del trío.

Cómo me gusta esto de agrandar el abanico de amistades. Ya era hora joder. Lástima que no vivan en Tarragona. No podía tenerlo todo ¿no?
Por cierto, según reza el título, para los que hayais venido de vacaciones y os hayais encontrado con otras circunstancias. ¿os sugiere algo?



jueves, 4 de septiembre de 2008

Cuéntame

hoy hay Cuéntame. BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN

Dejándolo todo, lo siguieron. Lc 5 ,1-11

Hoy jueves, al menos en la lectura de hoy, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para escuchar sus enseñanzas. Qué bonita palabra, enseñanzas. Tiene mucha más miga el evangelio de hoy, pero bien se podría resumir en esta frase. Imaginas a un montón de gente ignorante, pobres, desechos de la sociedad, algún delincuente tipo de los que roban para poder comer, de baja estofa… Pero lo suficientemente despiertos como para valorar lo que Jesús entonces les estaba enseñando. Esa gente, que cualquiera diría que no tenían oficio ni beneficio, estaba aprendiendo, y esa sensación de que aprendían algo importante para su vida les hacía pegarse unos con nosotros por conseguir un puesto cerca de Jesús para oírle de cerca.

Qué contraste con la actualidad. Las iglesias están vacías. Nadie considera ya que tenga algo que aprender de Jesús para VIVIR mejor esta vida que se nos ha regalado.

Había tanta gente, que Jesús, que estaba al borde del lago de Genesaret, le dijo a unos pescadores que estaban plegando ya, que acercaran su barca. Subió a la barca de Simón (al que llamaría posteriormente Pedro) y le mandó alejarse un poco de la orilla. Y desde allí siguió enseñando. Al acabar, le dijo a simón que fueran aguas adentro y echaran las redes. Simón, que estaba maravillado de todo lo que le había oído decir, le dijo que habían estado toda la noche bregando y no habían pescado nada, pero que le haría caso. Echaron las redes por el lado que les indicó Jesús y éstas comenzaron a llenarse de peces, tanto peso que tuvo que venir otra barca en su ayuda (la de los hermanos Zebedeo). Simón, ante la grandeza que estaba presenciando se arrodilló y le dijo a Jesús: “no te acerques a mi que soy un pecador”. Jesús le respondió: -“No temas, a partir de hoy te convertirás en pescador de hombres”.

Sólo me llama la atención la humildad de Pedro. No entendía porque, siendo un miserable como era, alguien podía congraciarle de esa forma. No se sentía digno de estar a su lado. A mi me falta esa humildad. Sin ser más digno que Pedro, tengo unas ganas enormes de aprender del mensaje que Jesús me deja todos los días.

Ayer, según venía en el Ave, pusieron la película “August Rush, el triunfo de un sueño”. La historia de un niño, en principio huérfanos, de padres músicos, que a los doce años desarrolla la extraordinaria habilidad de sentirse rodeado de música en su vida cotidiana, hasta tal punto de demostrar su habilidad para la música, como si fuera un pequeño mozart a la hora de componer. Le preguntaba que de donde venía su inspiración. Contestaba: –“¿inspiración? Pero si todo lo que nos rodea está impregnado de música, lo único que hago es pararme a escucharla” Está película la vi desde el punto de vista de Dios. Curiosamente, considero que la música es un instrumento que nos hacer sentir vivo a Dios. Y cuando veía la peli, me acordaba de esos momentos en que prestas un poco de atención a la vida, te paras a ver y escuchar y entonces eres consciente de que Dios está en todas partes, que te habla a través de los acontecimientos y de la personas y de ese sentimiento de que tanta vida te va a explotar si no compartes ese sentimiento.

Ayer recibí una carta de una amiga mia, de esas de toda la vida. Me ponía al día de sus circunstancias actuales, de los retos a los que se iba a enfrentar, de los cambios para bien que iba a tener su vida. Me alegré. Aunque me entristeció que todo eso que para ella iba a ser bueno iba a suponer la desaparición de oportunidades para vernos y seguir cultivando esa amistad en persona. No obstante, lo bueno que tiene mi blog, es que, aunque me vea menos con mis amigos, están al día de mi vida por lo que cuento aquí.
Hay veces que hasta me sorprendo de cosas que me preguntan y les digo: ¿pero te he llegado a decir algo? Si no lo sabe nadie. CLARO, NO LO SABE NADIE QUE NO HAYA LEIDO EL BLOG. A veces cuento primicias antes por el blog que en persona, je, je. Se entenran desconocidos antes que mis allegados

miércoles, 3 de septiembre de 2008

La gente andaba buscándolo.Lc 4, 38-44

Al salir Jesús de la sinagoga entró en casa de Simón. La suegra de este tenía la fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre y se le pasó. Ella levantándose enseguida se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los lelvaban y Él los curaba. Se retiró a un lugar solitario y la gente andaba buscándolo. Cuando lo encontraron no querían dejarle marchar. Pero Él les dijo: "también en otros pueblos tengo que anunciar el Reino de Dios.
Cuantas cosas nos dice hoy miércoles. De forma generalista podría decir que es normal que si conocemos a alguien con quien estamos a gusto, lo queramos para nosotros solos. Suele pasar en parejas celosas que quieren a su media naranja para ellos solos, no dejando que queden con amigos, con amistades que se alejan de nosotros porque la vida es puñetera. y no nos gusta que, aunque no se pierda la confianza, aparezcan nuevas amistades de nuestro querido amigo. yo en este sentido suelo ser muy celoso. Siempre me gustó considerarme el mejor amigo y no me suele gustar que mi amigo tenga otro "mejor" amigo. No obstante hay que comprender que las excelentes personas que quisiéramos para nosotros, debemos aprender a compartirlas.
Otra cosa que destacaría es cómo por el interés te quiero Andrés. Jesús estaba en plena campaña electoral y no dejaba de obrar milagros, más concretamente, curaciones. Y aquí todos acudían a Él. Y seguramente, una vez sanos, si te he visto no me acuerdo. Si nos fijamos en la suegra de Simón, sin caer en el típico comentario machista, una vez sana, se puso a servirles. La de veces que acudimos a Dios con nuestras oraciones. Cuando se da el caso de que nos sentimos escuchados (el escucha siempre, pero la mayoría de las veces no sabemos pedir ni recibir), una vez atendidos nos olvidamos. Personalmente debería decir "Señor, cúrame par servirte". En otros palabras más amenas la traducción sería recibir los dones que se nos ha dado y utilizarlos en beneficio de los demás. Un Don que me cuesta horrores no perder es el de la sonrisa. Cada vez y con el paso de los años, debido a mi profesión, debo ir por el mundo con cara de perro. Y a fuerza de poner cara de perro se va desterrando la sonrisa de mi cara. Recuerdo de niño que me decían los mayores: "NAcho, no pierdas nunca esa sonrisa". Ahora lo entiendo perfectamente. Mi amiga Berta tiene una sonrisa que siempre me pareció al estilo de la mía. Siempre te recibe con una sonrisa. Gracias a ella comprendo lo que me decían. Suele ser innato en mi recibir siempre con una sonrisa de oreja a oreja, como mi amiga Berta. Y la alegría que transmite su sonrisa no se paga, para todo lo demás Mastercard.
En fin, yo soy también como la gente, ando buscando a Dios, y espero que cuando lo encuentre, no me lo quede para mi y lo comparta con los demás.