miércoles, 27 de febrero de 2008

No he venido a abolir la ley sino a dar plenitud

Ayer fueron asesinadas 4 mujeres. 17 en lo que llevamos de año. Si hacemos la cuenta 1 cada 3 días. Si seguimos a este "ritmo de producción", este año haremos desaparecer a 122 mujeres, eso sí, como dicen los capos de la mafia, haciendo que parezca un accidente para que nadie le de importancia. Esto tiene mala pinta. Para mujeres y para hombres. Las mujeres pierden la vida y los hombres pueden perder la "vida". La pongo entrecomillas porque un hombre inocente puede ver truncada su "felicidad" si, por ejemplo, durante un proceso de separación o divorcio, una mujer con mala sombra decide por influencia de su abogado, denunciarle por malos tratos para sacar mayor tajada, sin importarle lo más mínimo hundir al hombre con el que ha compartido buenos momentos ( y malos tamibén, que por algo se separan). Dado que en mi experiencia laboral he viajado mucho, viviendo solo, en una ciudad o pueblo que no era el mio, me decía un tío mío que tenía que tener mucho cuidado con las mujeres. Claro, seguro que pensaba que cada fin de semana cualquier mala mujer podría aprovecharse de mi para sacarme los cuartos. Me contó el caso de que tres chavales de entre 20 y 21 años fueron denunciados por una chica de 18 años por violación. Hasta que fue el juicio, no recuerdo si a los tres días, una semana o un mes, los chicos fueron enchironados con otros delincuentes. En el juicio se demostró que la chica mentía. Sí tuvo relaciones sexuales la misma noche con los tres, pero no fue forzada. No recuerdo el detalle físico que reveló que mentía. Pero fue ese detalle lo que logró que ella al final confesara que se lo había inventado todo y que los chicos eran inocentes. Evidentemente, el tiempo que los chicos pasaron en al cárcel no se lo quita nadie. Y el como les miran en el barrio con la etiqueta de violadores, tampoco les es plato de buen gusto, aún probándose su inocencia. Pintan bastos señores.

Si hace 2000 años un revolucionario tuvo que explicar que no vino a hacer cumplir la ley, sino a dar plenitud, ahora las cosas no son diferentes. No se trata de cambiar leyes, si no de hacer cumplir las que existen. Otra noticia que escuché ayer fue que desde el Vaticano se ha consultado a los obispos la necesidad de reducir la homilía durante la celebración de la misa, (los sermones vamos). Se conoce que sospechan ya que eso puede ser la causa de que muchas iglesias se queden vacías. También sobre la conveniencia de tomar la comunión de rodillas. Centrándome en lo de los sermones, seguro que más de uno de los que dejaron de ir a misa por este motivo (el sermón suele ser un coñazo) aplaudan la medida, aunque no provoque el que vuelvan a la iglesia los domingos y fiestas de guardar. Personalmente, pienso que puede ser slución, aunque yo no me metería en el timepo que dura la homilía sino en la calidad de la misma. Y entiendo calidad por un lenguaje que nos es cercano, traducirnos el evangelio de modo que lo entendamos y, sobre todo, formación para hablar en público. Yo he sido más de misas de niños y he tenido la suerte de tner amigos sacerdotes jóvenes que se preparaban muy bien el evangelio de los domingos para transmitirlo a los niños de forma que lo entiendan. Y como todos llevamos un niño dentro, pues nos es útil también. Y por emdio de cuentos, escenificaciones, chistes... ¿quién se va a aburrir? Y es que hay que currarse el tema. Que transmitir el mensaje, si ya es difícil con nuestros actos, más difícil es de palabra. Y nadie nace enseñado. Que ser cura no basta para dar un sermón, a ver si esto se lo mete en la mollera ese Estado Cardenalicio. Que por cada uno bueno, a mil malos, motivo que hace que la gente huya de esa Iglesia que pide a gritos cambios. Voy a dejar de despotricar que al final me voy a exaltar y no es bueno.

Pero voy ha hablaros de un hombre que a través de sus libros me hizo comprender mejor el mensaje de Jesús y de sentirme Iglesia. Este señor no tenía un blog, pero era algo parecido. Escribía una columna en los periodicos todos los domingos. Y fueron tantos los lectores que compraban el periódico por leerle a él que al final le hicieron recolectar todos esos artículos en un libro con el fin de que no se perdieran en el tiempo. Sacó 5 libros. Los llamó razones para.... Y el otro día vi que estaban todos recopilados en un único libro de 1200 páginas llamado "Razones". Cada artículo va de anécdotas suyas personales, encuentros con personas y lo relacionaba todo desde un punto de vista cristiano. José Luis Martín Descalzo se llamaba (todos los buenos mueren demasiado pronto. Un ejemplo de como traduce este hombre hasta aquello que sólo mencionarlo nos hace cambiar de página son estos Diez Mandamientos de la ley de Dios. Seguro que a más de uno le sorprende y piensa que incluso va contra lo que a él le enseñaron de pequeño y torturaron para que se aprendiera para no ir al infierno. No me enrrollo más. Ahí va y espero que a más de uno le despierte aquello que pensaba que estaba muerto.

2 comentarios:

LA MAMI dijo...

Me abrumas, reguapo. Y cuanta razon tienes en todo lo que dices.
Demas esta poner mi granito de arena.
ESTA TODO DICHO.
NO, TODO NO, me comprare el libro.
Que pases un buen dia.

Nacho dijo...

Antes de comprar el libro, para que te hagas una idea general sobre este hombre puedes ver http://es.geocities.com/humanismo9/ donde han extraido algún pensamiento suyo.

Ayer de casualidad me vino a la cabeza, lo puse en el google y me salió esta página. Me trajeron recuerdos adolescentes (etapa de la vida en que más nos impresionan las cosas) que quise plasmar hoy.

Nos "vemos".