Bendito Insomnio

Ayer no podía domir. Mi amiga llamó que no podía quedar. No pasa nada-le dije-saldremos solos la srta. Pepis y yo.

Un café en la Rayuela, una caña con dos tostitas de jamón en la abadía, no vuelvo a ir, un aguardiente de guinda en el clásico Bolero y una caña de Paulaner en The Holy Cross. Hablamos mucho y nos reimos también.

A las 0:45 estábamos en casa. A las 2:45, me desperté mirando el reloj. A las 3:40 no aguantaba más en la cama. Es la primera vez que me desvelo sin ninguna razón. Y pensaba en mi amiga lejana, ella ssí que tiene verdaderas razones para no conciliar el sueño.

Ni corto ni perezoso me levanté. Encendí el ordenador y pensé coger algo de sueño. Bendita la hora en que decidí levantarme y conectarme. No me volví a acostar por lo menos hasta las 7:10 de la mañana. Eso explica el sueño que llevo encima. Y llevo tarareando todo el día la segunda estrofa de la letra de una canción de Misa de Niños. "Unnn gran chaaaarco noos separa y no nos podeeemos ver ni hablar, peroooo, nunca nuncaaaaaaa, podría rompeeeeeeeeeeeeeeer, nuestra amistad"

¿Cómo pudo volar de esa manera el tiempo? Cada vez que doy una cabeceo en el día de hoy por la falta de sueño me viene una gran sonrisa a la cara. Coincidí con ella al conectarme. Ya puedo decir que le pongo cara y ojos. La muy canalla me pilló desprevenido y me ganó la primera guerra psicológica. No le di muestras de mi orgullo herido, jeje, porque nunca me gustó perder ese tipo de guerras. Pero una y no más, ¿me has oido? La próxima vez iré mejor preparado, no seré yo quien baje primero la mirada, jajaja.

Estuvimos, ¿cuanto? un montón. Batimos nuestro propio record. 3h 30 min. que para mi fueron un suspiro. Desde luego, es un verdadero regalo contar con su amistad. Sin embargo, ese tiempo no dió para mucho. Me hubiera gustado contarle más cosas, pero el tiempo, lamentablemente, es limitado. Al menos valió para darnos una pincelada sobre quienes y cómo somos. Me hizo reir, me sentí muy a gusto, me puso colorado, jajaja. Un primor de mujer, vamos.

Estoy emocionado. Una pena no tener unos brazos largos para darle un abrazo. ¡¡¡ Cómo me apetece!!!

El martes iré a Burgos, para ver a otros amigos, entre ellos Sanve. Se van a cansar de tanto abrazo mío, jajaa, a ellos que puedo, no pienso perder oportunidad. Y es que a veces pienso que tengo los sentimientos demasiado a flor de piel. Ni que fuera mujer, con lo MACHO que soy yo, jajaja.

Pero me gustan los abrazos. Todavía recuerdo uno muy especial que me dió una valenciana, a la que le mando un beso.

Y una gallega muy, pero que muy querida, me enseñó un tipo de abrazo que estoy empezando a practicar, sobre todo ahora que hace frío. Me refiero a los abrazos de debajo del abrigo. Probadlos, son estupendos.