¿Agobiado?

Tengo ganas de que lleguen las vacaciones. Salamanca me espera. el peluquero también.

Un día lo iré a pasar a Burgos. Y compraré morcilla, que acabé con las existencias.

Esta mañana, tras mucho andar por aquí y por allá, no caí en la cuenta hasta las 12h que teníamos un día gris. Un día de esos en lo que no es recomendable estar melancólico, porque hoy ha hecho un día que lo potenciaría en demasía.

Iba en el coche con la topógrafo y le digo: -¿Te has dado cuenta del día más triste que hace?.

-Llevamos así por lo menos 4 días, sin ver el sol.

Joder, pensé para mi. No me había dado cuenta hasta ahora. He estado tan liado y preocupado que ni me he dado cuenta de que hace 4 días que no vemos el sol.

¿Cómo he podido dejar pasar inadvertidos 4 días? ¿Me habré portado igual con las personas que me rodean? Seguramente también.

Alguno dirá que mejor para mi, que darse cuenta del día gris que hace no es bueno. Pero a mi me preocupa. Empiezo a tomar conciencia de que si esto se hace habitual, la vida se me escurrirá de las manos.

Cuando brilla el sol, al menos se te puede ocurrir que hace un día estupendo y tú ahí, jodido, trabajando. Pero te das cuenta del estupendo día que hace. No ser consciente del día que tenemos conlleva aparejados un montón de aspectos que no contribuyen para nada a nuestra feliz consciencia de estar vivos. Y yo sé que estoy vivo cuando siento a Dios, y una forma de sentirle es ser consciente del día que te regala para ser vivido. Ya sea gris como hoy o como estos cuatro días atrás o soleado.

Desde luego llevo una semana mala. Ahora mismo estoy en casa. Me fui de la oficina. Allí no me concentro con tanta gente. Aquí avanzaré más. Ayer me quedé hasta la 1:36. Y cuando te levantas a las 6:00 no se duerme mucho que se diga. ¿Hasta que hora estaré hoy pegado a este portátil?

De momento me doy un peuqeño descanso para publicar en el blog. Lo tengo abandonado.

Intenté refugiarme en la lectura de hoy. Pero también era gris, como el día. Trata la genealogía de Jesús. ¿Qué puede decirme eso a mi? ¿Que Jesús también desciende del mono? Pues considerando que así lo siento y que padeció, sonrió, comió, buscaba soledad, se enfadó y muchas otras cosas más que hacemos el resto, pues no es necesario que me relaten su genealogía para que me crea que fue como tú y como yo. Que cuando le pinchaban con un alfiler, le dolía.

Esta lectura no me dice nada. Quizá me prevenga eso de la decadencia de Babilonia. todo lo que una vez estuvo arriba, puede llegar a estar abajo. He llegado a ser importante y, no sé por qué, estoy rozando mínimos. ¿Me estará llegando la época de decadencia como a Babilonia?

En estos tiempos estoy descubriendo nuevos blogs. Estoy forjando nuevas amistades. Bueno, debería hablar en singular, pues los avances en la confianza y el cariño que crecen día a día se dan de momento con una persona en particular.

Hablando de cariño, el otro día me dijeron algo que me llegó al alma. Me lo dijo mi reencontrada amiga de la infancia: "Siempre tuviste una amiga y podrás contar con ella toda la vida". Me llegó porque se trataría de la amiga con más antigüedad. Hasta la fecha, no podía decir esto antes, porque mis primeros amigos de la infancia se perdieron cuando me fui a Salamanca.

Mira que me pasan cosas buenas. No tengo por qué ignorar el día gris que hace. Ni el frío. Claro que de ese no te olvidas cuando lo sientes en tus orejas y en tus congeladas manos. Hay que ver cómo se agrietan con el frío.

A veces he soportado los comentarios de mi jefe diciéndome que mira que estoy fondón. Evidentemente nunca le tomé en serio, pues sé que es humor. Pero el otro día, en un café, me dice la Srta. Pepis según entramos al sitio y mientras me quito el abrigo: "Hala, vaya barriga estás echando-mientras pasa su mano por mi único abdominal- voy a tener que dejarte por uno más joven, pues me tenías mlacostumbrada a esos abdominales".

¿Tú te crees? Vaya forma de levantarle a uno la moral. Lo que digo, vaya día gris.