Vamos a hablar algo de nosotros

Así amanecía hoy en Tarragona. La verdad es que la foto pierde mucho. Hoy estoy extrañamente más animado de lo normal. Y al igual que el toro día no tenía razones para estar nervioso, hoy tampoco las hay para estar animado.

Tendré que aprovechar mi estado de ánimo para contagiar a cualquiera que se cruce hoy en mi camino.

Hoy comeré con mi amiga Vero. Me va a ayudar a confeccionar un regalo para mi novia, pues hay que hacerlo por internet y yo no tengo. La invitaré a comer, que aunque ella hace gustosa todo lo que le pido, no voy a quedarme en un simple gracias.

En el evangelio de hoy Jesús ora por nosotros, los suyos. Pidiendo que seamos uno como lo es el con el Padre. Qué pena me daría estar en su pellejo y ver que estamos más divididos que otra cosa. Lo importante que saco hoy es que Él está de nuestro lado y pide por nosotros y no nos deja solos, por lo que tiraremos p'alante. Ya lo decían en Barrio Sésamo: Sólo no puedo, con amigos sí.

Hoy me preguntaba mi Tía algo que mi madre lleva insistiendo por lo menos 8 años. ¿Para cuando voy de boda? Este puente pasado me decía que ya estábamos en mayo, que qué fin de semana iba a ser. Le tuve que contestar como todos los años: "dije para mayo..., para mayorcito, ja, ja, ja". Ahora hasta nos damos un beso mi suegro y yo cuando nos saludamos y nos despedimos, como si fuera mi padre. ¿no es eso estar ya casado?

En el post de hoy voy a intentar exponer mi forma de ver tan sagrado sacramento, que podrá estar equivocado según quienes me lean.

Llevo la friolera de 15 años con mi novia. Y creo que será para siempre mi novia, je, je, ojalá. Llevamos saliendo desde los 18 añitos. qué gracia me hace lo de saliendo. Hace ya mucho tiempo que dejé de irla a buscar a su casa, ja, ja, ja, o quedar en el parque, a medio camino, para que le diera pena que estuviera allí esperando pasando frío y fuera puntual. Ni con esas. Era ir a buscarla a su casa y claro, entra al portal o sube. Y yo me negaba, porque significaba que la daba licencia para tardar más. Aún así nunca dejé de ser puntual.

A lo que iba, que me pierdo. Yo siempre he tenido un pequeño alma de rebelde (o así me gusta considerarme a veces, ir a contracorriente). Quería casarme a los 21 - 23 añitos y tener hijos temprano para "fardar" por ahí de tener una familia formada a tan temprana edad. Pero lo que es la vida. Como económicamente no era viable, fue pasando el tiempo. Y ahora mismo me he vuelto un poco egoísta. De momento tenemos un gato, Rosquilla, que en realidad es una gata. Evidentemente nos coarta un poco las vacaciones, pero siempre la podemos dejar con los abuelos, ja, ja, ja. A mi madre le hace gracia cuando le decimos a Rosqui "¡hala!, ahí te quedas con los abuelos!" (Mis padres)

Los niños, independientemente de que cambian por completo la vida (para bien, por supuesto), son un gasto. De ahí mi egoísmo. Soy muy consciente de que tener un hijo trae más alegrías que inconvenientes, pero aún así... Ya fui precavido y me compré la Harley hace dos años, porque como tuviera hijos, seguro que hasta que no tuviera los 50 no podría cumplir mi sueño, y sería uno más de esos cincuentones que se compran la Harley. Y eso iba contra mi espíritu rebelde (de chichinabo, porque no soy tan rebelde)

De lo que sí estoy seguro es que desde que eche el ojo a mi Ana, supe que quería pasar el resto de mi vida con ella, y ahí estamos los dos, empezando aún a salir. Estos 15 años se me han pasado volando. Estoy muy seguro de que Dios, desde mis oraciones, ya bendijo nuestra unión hace tiempo, por lo que no me da prisa el celebrar el sacramento del matrimonio. Debo decir que si me caso, será por la Iglesia. Esa Iglesia en la que creo y tan mala imagen tiene. Pero de todo tiene que haber en la viña del Señor. Alguno dirá que blasfemo, pero en verdad os digo lo que siento. En la celebración del sacramento del matrimonio, el sacerdote representa al resto de la comunidad cristiana que no ha podido asisitir al evento. Los verdaderos Ministros son los novios. Y desde ese principio de Ministros, me considero casado a los ojos de Dios. Y es a él al que ruego todos los días a que me permita morir en compañia de mi Ana (me sale alguna lágrima en los ojos). Si es que me pongo bobo. Me da pena pensar que algún día ella o yo dejaremos de estar juntos. Es en estos momentos en los que agradezco creer en Dios. Si fuera ateo y pensara que somos extintos, que morimos y ya está, lo que seguramente haría sería como la peluquera de la película "El marido de la peluquera". Me quitaría la vida ahora que soy feliz. Eso me llevaría a la tumba y no malos recuerdos.

Pero afortunadamente, soy creyente y creo en la palabra de Jesús. Y quiero vivir esta vida en toda su plenitud, cuidandome del mal que nos rodea por fuera y del que nace de nuestro corazón. Además, Jesús hoy en su evangelio decía que a los suyos, nos protegiera del mal de este mundo, que no es el suyo y, por tanto, tampoco el nuestro. Por lo que agradezcamos que estemos blindados de este mal que no es nuestro. Pero tampoco lo cultivemos en nuestro corazón, que de ese ni Dios puede cuidarnos.