Ay, Pedro, Pedro.

Si es que somos todos Pedro. Hasta tres veces Jesús le pregunta a Pedro si le quiere. Pedro, a la tercera se entristece. Ya le falló una vez cuando le negó tres veces antes de cantar el gallo. a las tres veces que Pedro le dice que sí le quiere y que Él, que lo sabe todo, debería saberlo. Jesús le reconoce que sí, que sabe que le quiere, además de que cuide de sus ovejas (apacienta mis ovejas). Pero al final le dice: Ahora que eres joven te ciñes tú mismo y vas donde quieres, pero llegará el día en que siendo anciano, extenderás los brazos y otros te ceñirán y te llevarán donde no quieras. Dice el evangelio que hace mención al final que le esperará a Pedro.

El amor que tengamos a Cristo (que no Risto), traducido esto como nuestra forma de vivir atendiendo al mensaje de Jesús (obras son amores y no buenas razones), nos llevará a un final que sólo Él sabe. Y sobre todo a etapas intermedias, que es posible hasta que nos sean indeseables. A mi me toca "soportar" a la administrativo con sus malos días que dice tener, sus actitudes de reina de la oficina y de creerse la que manda. Cagüen Risto, (me viene bien, así no blasfemo diciendo Cristo, je, je), y mira que me tengo que morder la lengua para no contaminar más el ambiente de la oficina ni ofenderla. Esto debe ser la resignación cristiana.

Ahora vengo de tomarme un café con ella. hoy está amable. si es que cuando queire es un encanto. Lo malo, es que la mayoría de los días es un ogro. En fin.

Hasta el jueves, que estaré de curso por Madrid. Buen fin de semana a todos.