No temais, yo he vencido al mundo

Buenos días a todos. El día de hoy se presenta con una temperatura suave. Está bien así. Ayer regresamos pronto. A media tarde llegamos y pudimos disfrutar del paseo marítimo llendo a correr y un paseo posterior. 25 min corriendo son suficientes. Qué tarde más buena hizo ayer. El finde no ha estado mal. Lo malo que ha tenido ha sido el estar prácticamente de visitas todos los días, que si un día a comer a casa de mis padres, que si luego a ver a los otros padres, que si quedar con no sé quien...

Faltó ver a su hermana. Quería que fuéramos al sábado a la tarde-noche a su casa, pero nosotros queríamos madrugar el domingo (levantarse a las 8:00) para salir temprano para Tarragona, aunque 1h 15 min perdimos en Zaragoza entre las 13 y las 15 h. Monumental el atasco. Menos mal que no teníamos que recorrer esos peajes de El Vendrell y Tarragona, que son mortíferos. Pues bien, le dijimos a su hermana que si quería vernos que viniera ella a la nuestra. como se hacían las 22 h y no venían, Ana se empezaba a poner nerviosa así que, quedé mal con su hermana. Llamé yo y le dije que si venían que lo hicieran ya, que se nos iba a hacer tarde y queríamos madrugar al día siguiente. Al final no vinieron. Le sentó mal. A mi en estos casos no me importa quedar mal. Encima me dice que es que ella tenía cosas que hacer esa tarde. Desde mi punto de vista, si recibes visita de alguien de lejos que sabes que vienen y se vuelven a ir, pues si tengo intención de verlos, me aclimataría yo a su agenda, que sé que será apretada y no al revés. Pues se conoce que ella no lo ve así. Pues lo siento por ella.

Fue una delicia sentarse la tarde del sábado en la plaza de Anaya frente a la catedral. Con los abetos torcidos por el viento de días pasados y sus grandes ramas cayendo lacias con la catedral de fondo, relaja la vista y la mente de forma asombrosa. Y es curioso pensar que a la misma hora del día siguiente estábamos disfrutando de la brisa del mar, su olor salino y un sol de atardecer estupendo en Tarragona.

Como comentarios a la lectura de hoy, os diré que me parece curioso el hecho de que los discípulos se dirijan a Jesús diciendo que ahora creen en él, que le entienden mejor ahora sin parábolas. Jesús omite hacer comentarios a mayores que un ¿ahora creeis? y va al meollo de la cuestión. Les dice que ahora le tienen que dejar irse y salir por ahí a dar testimonio de su paso. Y añade que tendrán muchas luchas por esos mundos de Dios mientras hacen discípulos, pero que no teman, que Él ha vencido al mundo. Pues eso digo yo, haciendo también alusión a la lectura de ayer, "¿qué hacéis ahí mirando al cielo?". Es hora de "dejar a Jesús a un lado", dejar de mirar al cielo y poner los pies en la Tierra. No digo que seamos como aquellos misioneros evangelizadores de nativos en el nuevo mundo, pero sí es hora de ponerse las pilas y con Jesús por bandera vivir de acuerdo a su mensaje y evitando que salga de nosotros tanto mal como sale.

Hoy recibí un e-mail de una amiga con la que me escribía hace tiempo y con la que compartí muchos momentos. Se conoce que este finde ha estado meláncolica y releyendo antiguos correos ha ido recordando la ajetreada vida por la que me traía. Eso de ajetreada lo digo yo, porque siendo más bien tranquilo, me llamaba para quedar, para ir a no sé que concierto que había no sé donde, que si a tomar algo, que si... Vamos, que eso de trabajar a casa y de casa al trabajo me lo hizo olvidar. Me ha inundado todo mi ser hoy, como diría ella que diría yo, je, je. Me ha hecho ilusión saber de ella de esta manera, pues normalmente nos llamamos por telefóno y charlamos que tal nos va.

A ver que tal le fue a mi otra amiga en A Coruña, que no debe haber hecho un tiempo muy católico por allí.