Pechos de mediodía.

Bueno. Este mediodía ha sido un mediodía de personalidades. Bueeeno, no mo voy a andar con eufemismos. Ha sido un mediodía de pechos femeninos. Según iba en metro hacia Glories, se me sientan dos morenitas (dos negritas con camiseta de tirantes, una de ellas con ojos azules!!!) enfrente. Como sólo había un sitio enfrente, una en las rodillas de la otra, mostrándome sus morenos pechos tan cerca de mi nariz que casi muero de gloria asfixiado, ja, ja, ja

Cuando ya llego, voy a comer con mi amiga Sanve y le digo: Ahí detrás de ti tienes una competencia muy fuerte. Ella mira para atrás y con una sonrisa me dice: no tengo muy claro exactamente a qué te refieres. Y le contesto:"sólo hay que ver las pedazo de manubrias que tiene. Ahora no sé si mirar a la tuyas o a las de ella ja, ja, ja". Evidentemente, conseguí sacarle los colores, que era lo que pretendía. Hay que ver como se ponen de guapas las chicas cuando se ruborizan.

Y es que hay dos tipos de pechos. Los que se ponen y los que vienen de serie. Me explico. Entre mi novia y yo hemos clasificado así de simple las distintas pechonalidades. Miento, en realidad es su clasificación. Las que se ponen son como cuando ella se compró ese sujetador ligeramente acolchado, con los que te pones una camiseta encima y parece que tienes dos tetas como dos carretas. Antes no le gustaban, pero ahora a veces me pregunta, ¿me pongo las tetas hoy? Lo bueno de tener novia es que puedes mirarle a los otros ojos sin parecer excesivamente descortes, mientras que con las amigas (y las que no son amigas) me tengo que controlar, porque, chicas todas, por poco que tengais, sabed que los chicos tenemos que hacer grandes esfuerzos para que nuestra mirada no se vaya a vuestros segundos ojos, por poco que creais tener.

Y las que se llevan de serie son como las de Sanve (cuando lea esto se ruborizará de nuevo) y los de la chica de la competencia. Que llevaba un sostén de los de sin acolchar y una camiseta de tirantes que mare de deu, y encima se estiraba echándolas hacia adelante cada dos por tres. Su novio, por cierto, estaba cachas, imagino que para poder sostenerlas con la mano, ja, ja,ja. Aunque a estas se las veía firmes, ahí, desafiando a la gravedad. Por eso llevaba un sostén que parecía de chichinabo, simplemente por decir que lo llevaba, sin hacer función alguna.

Cosillas como estás son las que le alegran a uno el día, je, je, je.