Comentando en un paseo

Como es posible que mañana no disponga de tiempo para actualizar, ahí va otro comentario.

Mientras daba un paseo por la playa ayer por la tarde con mi Ana, me decía que en su trabajo, estuvieron hablando sobre la famosa prueba que te hacen durante el embarazo para saber si tu hijo nacerá con alguna enfermedad. Luego concretaban con el caso concreto del síndrome de Down. Unas decían que abortarían y otras que no lo tenían tan claro.

Y hablando en voz alta le lancé a mi Ana la siguiente reflexión: cuanto más avanza el hombre en investigación científica, más derecho considera tener para decidir quién vive y quién muere. aplicando este principio de forma general, podríamos decir que todo aquel que tiene síndrome de Down debería negársele la posibilidad de nacer, por tanto, de vivir. Haciendo extensiva, mejor aún, aplicar esta ley con carácter retroactivo, supondría gasear a todas aquellas personas que tuvieron la suerte de nacer con esta enfermedad. Otros decían que claro, tener un hijo así, supondría un problema cuando te hicieras mayor. No podrías cuidar de él y él tampoco de ti.

Por supuesto estarán aquellos que opinen que no es lo mismo una vez que ha nacido que pillarle en proceso de gestación. Esto me suena a ojos que no ven corazón que no siente. Entonces, desde mi punto de vista de hombre me pregunto: ¿por qué le supone a la mujer un trauma un aborto? ¿No será porque aún en proceso de gestación ella siente que pierde a un hijo? No lo sé, porque no he tenido ocasión de cruzarme con una mujer en estas circunstancias y preguntárselo.

Lo que sí sé, es que si ya los nazis buscaban la raza aria, gaseando a todo aquel que no era digno de tal raza, si entonces manejaran con soltura esta técnica de detección de enfermedades antes de que nazca nadie, ¿dudarían en hacer abortar a la mujer que espera un niño que nacerá enfermo? Seguramente no, por lo que puedo opinar que aquellos médicos y aquellos padres, esa sociedad en definitiva, que defiende el aborto ante tales circunstancias, ¿en qué se diferencian de los nazis?

Al final, mi conclusión es que no somos nadie para decidir quién puede o no vivir, quién puede o no llegar a nacer. La vida nadie dijo que fuera fácil. Igual no hay medios económicos para tener hijos, tampoco es razón para abortar.

Si a mi me pasara, no sabría que haría, pero la idea que tengo ahora, desde fuera del problema, es que no sería nadie para decidir la vida ni de mi propio hijo.

Si aplicamos este razonamiento a otras enfermedades... no sé. Tema harto complicado.

Cuando pienso estas cosas, uno llega a pensar que a veces es mejor no saber nada. Si viene un hijo, habrá que quererlo con toda el alma, aunque muera a los dos meses de muerte súbita. ¿Acaso si supiéramos que a los dos meses morirá nuestro futuro hijo por esta razón abortaríamos para no pasar el mal trago de su muerte? Esto indica que más que por el hijo, lo hacemos por propio egoísmo, para evitarnos los futuros disgustos. Algo así, quizá lo digo con demasiada frivolidad, como cuando en mi casa se murió el gato. Mi madre dijo: "NO QUIERO MÁS GATOS EN CASA".

Pues eso, quien no quiera tropezar, que no se levante de la cama mañana.