En la mesa de enfrente se ha sentado un grupo de 5 hombres y una mujer. La mujer enseguida llamó mi atención. Debía rondar los 45 años. El grupo de hombres que le acompañaban eran mayores . Tenía el pelo medio teñido de rubio. Dudo de si eran mechas o no, disculpad mi ignorancia. Lo importante es que desde que se sentó enfrente de mi no podía dejar de mirarla.
Algo en ella provocaba atracción en mi.
No pude evitarlo. Y en tertulia, duranta la pequeña sobremesa que hacemos antes de volver a la oficina interrumpí la conversación diciendo: "Esa mujer que está sentada ahí enfrente sonríe con los ojos".
No cabe duda de que tenía un don. Las personas que sonríen con los ojos son un bien escaso. Hacen mucho bien a las personas que tienen la suerte de cruzarse en su camino. Desprenden esa energía que muchas veces nos hace falta para afrontar los palos que nos va dando la vida. Te hacen olvidar los problemas por un momento.
Diré que me parecieron electrizantes los variados y breves segundos que se cruzaron nuestras miradas. Mirad que me gusta a mi eso que yo llamo "guerras psicológicas", el juego de mantener la mirada hasta conseguir que la otra persona agache o desvíe la suya. Con ella fui incapaz de declararle la guerra.
Algo en ella provocaba atracción en mi.
No pude evitarlo. Y en tertulia, duranta la pequeña sobremesa que hacemos antes de volver a la oficina interrumpí la conversación diciendo: "Esa mujer que está sentada ahí enfrente sonríe con los ojos".
No cabe duda de que tenía un don. Las personas que sonríen con los ojos son un bien escaso. Hacen mucho bien a las personas que tienen la suerte de cruzarse en su camino. Desprenden esa energía que muchas veces nos hace falta para afrontar los palos que nos va dando la vida. Te hacen olvidar los problemas por un momento.
Diré que me parecieron electrizantes los variados y breves segundos que se cruzaron nuestras miradas. Mirad que me gusta a mi eso que yo llamo "guerras psicológicas", el juego de mantener la mirada hasta conseguir que la otra persona agache o desvíe la suya. Con ella fui incapaz de declararle la guerra.
13 comentarios:
A tí lo que te pasa, páter, es que te ponen las maduritas... Y eso no es nuevo... JA JA JA
Lo que no sé es porqué bajaste la mirada si tú eres de los que sonríes con los ojos, con la boca y con toda la cara!!
No tienes remedio!!!!
Dos mil besos
vaya, te voy conociendo
te ponen las maduritas y el plus es que te sonrian con la mirada. Esos juegos sobre avanzar la artillería con la apuesta de miradas es emocionante y sobre todo indica que no siempre se esta dispuesto a traer la armadura puesta
... sufrirás de gerontología?
(a mi tambien me gustan mayores)
Queridas tres. Sí. Me ponen las maduritas, pero el post no tenía nada que ver con ese tema.
Jolie: ¿Que edad tienes? jajajaja Por si te pones a tiro, jajaja.
(Por si acaso, es broma)
Eres cura Nacho?
Es verdad que yo tambien me he cruzado con gente que tiene no se que en la mirada que te atrapa.
Gracias por comentar en mi blog me gusta que te pases por Ibiza
Un besote
Maria
María: Me gustaría decirte que sí, pues veo que los curas le dan morbo a más de una. Pero no. No lo soy.
Ay, páter!!
Ay, páter!!
Pues se ve que eres muy simpático, habría que ver, que eso de sonreír con la mirada es de pocos.
saludos.
Gracias por comentar en mi blog. Eres un sol. No importa que no seas cura, vista tu sonrisa me das morbo igual jajaja.
Un besazo ibicenco
Maria
jajajajaja, me ha encantado tu entrada, si es verdad que a veces son segundos de unas miradas los que cruzas con una persona, pero esos segundos valen mucho, a mi me encanta mirar a los ojos y a veces, como tu bien dices, segun quien te mire o le aguantas la mirada o la desvias.
bueno, las maduritas tenemos un "no se que" jajaja.
un besito
Luna: Y que lo digas, jajaja
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