Yo sé bien a quiénes he elegido. Jn 13,16-20

Hoy nos da una de cal y otra de arena. Acaba de lavar los pies a sus discípulos. Y después de decir que sabe muy bien a quién ha escogido... nos dice: "El que compartía mi pan me ha traicionado". ¿No os da de lleno? Joder, me he sentido tocado.

Uno, que cree que va haciendo bien las cosas, que piensa que es justo con los de su alrededor y que todo va de muerte. Y luego, cuando me quiero dar cuenta ZAS!, me he salido del camino que creía tener bien marcado.

Y no hay nada peor que haber perdido el norte. En ese momento ya no se rige. Se van dando tumbos por la vida. Como los borrachos creen andar derechos y en realidad van torcidos. Y lo peor es que al final, si se tiene la suerte (o la mala suerte) de ser conscientes de haber perdido el norte, llega la incertidumbre de saber qué hacer. Se pierde la confianza en uno mismo. Y todo se convierte en una espiral. Una vorágine de decisiónes equivocadas que nos van hundiendo más y más en nuestra propia miseria.

PEEEEEEEEERo, (como le gusta decir a mi querida Reales), no todo puede ser tan malo. Jesús termina hoy diciendo que el que el que acoge al que Él ha enviado, le acoge a Él. Está claro. Él sabe de nuestros errores. Pero también, como empieza hoy, SABE MUY BIEN A QUIÉNES HA ESCOGIDO. Y por eso cruza a personas en nuestras vidas. Nos pone en bandeja la ayuda que necesitamos para salir de nuestro pozo, a primera vista, insalvable. Sólo tenemos que coger la mano que nos ofrece a través de esas personas maravillosas. Así, podremos volver a encontrar el NORTE y ser candelabros de luz para los DEMás.