El plato olvidado

Este es el plato que olvidé poner. Habían adornado el borde con chocolate y yo era incapaz de verlo.

Esto de las jornadas nocturnas le rompen a uno el ritmo biológico. este fin de semana va a ser un revuelto de horarios. Igual el sábado nos vamos a hacer senderismo con unos amigos y el domingo mi churri y yo nos iremos a comer fuera, que celebramos nuestros 15 años juntos (pensaba que 16, perono, sólo 15). En realidad fue el pasado 4 de junio, fecha memorable. lo que me costó salir con ella. más o menos 6 meses.

Entonces era un tontín, bastante más que ahora (sí, es posible, no dudeis, je, je). Aunque fui con ella a clase desde 3 BUB, hasta COU no me fijé en ella. Se sentaba detrás de mi, y la primera vez que le miré a los ojos fue cuando me di la vuelta a devolverle un boli. Ahí pensé que esta chica tiene que ser mia, qué ojos. Halbando ma´s tarde ella pensó que me había conquistado y, aunque yo no le gustaba nada, legustaba coquetear conmigo y ponerme nervioso. Qué malas que son las mujeres, dando esperanzas a uno cuando no tienen ninguna intención contigo.

Pero ésta no sabía con quien estaba jugando. La pena es que tenía un compañero de pupitre que desde que se enteró que ella me gustaba me hacía bromas delante de ella a mi costa. Un cabroncete, pero ya se la daría con queso y me vengaría de él. No hacía más que repetirme que era mucha tía para mi. De ahí se entiende que yo nunca fui gran cosa ni destacaba para las chicas.

Y eso era un problema. No obstante yo perseveré. Como tneíamos amigos comunes, comenzamos a salir en pandilla. Yo iba muy cauto, despcito, acorralando la presa. Aunque no tenía muchas esperanzas, algo de ilusión me quedaba. Hubo un día en que jugamos una partida de billar y a ella le tocó conmigo de compañero. Su amiga iba con mi amigo. Sólo nos quedaba una bola por meter. La blanca estaba en un extremo y la bola roja que tenía que meter estaba tocando el borde en el extremo opuesto de la mesa. Y apra ganar la tenía que meter en el agujero de la izquierda en el mismo borde donde estaba la bola roja (esta bola roja estaba a igual distancia del agujero de la izquierda del de la derecha). Lo más normal era que si golpeaba la bola blanca a la roja esta rebotaría y acabaría viniéndose hacia mi en lugar de meterse sin rebotar en el agujero de su izquierda. Tuve la suerte de que ese borde estaba roto, no era firme. Golpee en el lateral de la roja con la blanca y, esta, en lugar de rebotar, fue por el mismo borde hasta meterse en su agujero. GANAMOS. Como es normal entre compañeros del mismo equipo, Ana se vino a abrazarme corriendo de la emoción d ehaber ganado pero según venía de camino levanto la vista, fue consciente de a quién iba a abrazar y se dió media vuelta y abrazó a su amiga.

VICTORIA-pensé para mis adentros. el que se haya dado media vuelta significa que le gusto, pues si sólo me viera como amigo me habría abrazado sin darle importancia. Este fue el signo que avivó mi esperanza de que algún día saldría conmigo, de que no todo estaba perdido.

Iba pasando el tiempo. A los tres meses de estas salidas en pandilla, pedí consejo a la que entonces era mi amiga y catequista a la vez. y me dijo: ¿le has preguntado lo que siente por ti? No, claro, le dije. Así que tenía que preguntárselo. Un sábado por la mañana que habíamos salido a dar una vuelta, de camino a su casa, yo dando rodeos y circunloquios al hablar decía tonterías y gilipolleces sin abordar el asunto. Llegados a su portal y con su madre en la ventana gritando para que subiera a comer, no era el ambiente más adecuado para formularle la pregunta. Tensión, yo diciendo chorradas y ella ahsta los cojones, porque sabía perfectamente que le quería pedir salir y tenía pensado el NO para lanzármelo en cuanto le preguntara. Pero, afortunadamente, me dió por seguir el consejo que me dieron y le pregunté: ¿Tu sientes algo por mi?, ja, ja, ja, cada vez que lo recuerdo... ella movió la cabeza diciendo que no pero con la boca dijo en bajito "siiiiiiiiii".

Había ganado la primera batalla. Me confesó más adelante que si le hubiera pedido salir me habría dicho que no y ahí había acabado todo. Yo, sin presionar, le convencí para salir un día sólos pero en calidad de amigos, no como pareja. Nos lo pasamos bien y le hice reir bastante (yo también me reí).

Pero sólo fue aquella vez. El curso acababa y llegaron los exámens y dejámos de vernos salvo en los mismos. el día aquél acordamos que se pensaría lo de salir conmigo, y cada vez que la veía, le decía si h lo había pensado. Me decía que no. Un día me cansé y dejé de preguntárselo. Una vez acabados los exámenes, quedó conmigo para ir al concierto de un amigo mio. Yo estuve bastante frío y distante, ya cansado de preguntarle, pero me di cuenta que en lugar de mirar al cantante me miraba a mi de un modo raro. Como si examinara un simio recién encontrado an alguna gruta extraña. Ese día era posiblemente el úlimo dí que la viera, pues venía el verano y ella se iría un mes a inglaterra con no sé que beca. Y al año que viene no nos veríamos más porque iríamos a diferentes universidades. Yendo tras el concierto camino de casa, yo iba silencioso. a 10 min más o menos de su casa, en la noche del 4 al 5 de Junio, ella sacó el tema. y le dije: ¿entonces qué me dices? Y la muy zorra me lo puso más difícil aún. "Pues es que no me has pedido salir" Claro-pensé yo, ahora le tengo que preguntar que si quiere salir conmigoy luego va ella, me humilla y me dice que sólo me ve como un amiguito. Pero no, me dijo que sí. Más tarde me enteraría que esa noche me estaba examinando. Ella había salido de casa con la misma sensación que yo. Que esa noche era la noche en que se decidiría si habría algo entre nosotros. Y había saldio de casa con el NO como repsuesta. No sé que hice yo que le hizo cambiar de opinión. Quizá el buen concierto al que le llevé, ya se sabe que la música amansa a las fieras.

Al llegar a su portal y decirle adiós, me acerqué tímidamente a darle un beso, y cuando ya había acariciado sus labios con los míos y empezaba a separarme, me cojió de las solapas (no tenía solapas que llevaba una camiseta, pero no sabía como ponerlo), empujó la puerta y me metió para adentro. Una violación en toda regla. Con lo incocente que era yo. Vaya pedazo de morreo que me dió.

Esa noche me fui a casa contento pero raro. Cabe decir que fue mi primer beso a una chica. Iba a casa con una sensación rara en la boca, tocándome la barbilla y moviéndola apra los lados. ¿Se me notaría en la cara el morreo que me acababan de dar? Según me acercaba a mi casa me encontré con una amiga con la que me quedé un rato charlando. Y pensaba para mi si ella notaría lo que me acababa de pasar. Lo que sí le dije es que había conseguido por fin a mi chica.

Qué cosas. Y ya han pasado 15 años. Parece que fue ayer.