miércoles, 8 de septiembre de 2010

Algo de texto.

Estas vacaciones que quedan plasmadas en imágenes me han servido para lo que son: para volver a ser el que era. Volví con un ánimo revitalizado.

Fueron unas vacacoines compartidas con mis amigos de Girona. Memorables, la verdad.

Les enseñé algunos retazos de Salamanca. Andamos mucho. Subimos a la torre de la catedral y todo.

Juntos compartimos viaje a Barajas en autobús. Nos dimos un buen festín con las distintas empanadas. Morcilla, espinacas, jamon y queso...La mejor fue la de morcilla. En el autobús nos pusieron una película con la que me reí. Ahora mismo no recuerdo cual fue, pero sé que me reí.

Llegamos tarde al hotel. La cena, a eso de las 23:30 fue muy triste, por ser una cena fría, pero divertida. Y parece que no, pero una cena con amigos.... siempre es divertida.

La dinñamica de nuestras vacaciones fue basada en una rutina. A las 8:00 estábamos tocándonos (la puerta) para bajar a desayunar. Los dos primeros días estupendos, porque había unos donuts cojonudos. Después nunca mais. A eso de las 9:00 estábamos saliendo para alguna playa/cala.

El primer día visitamos Cala Pregonda. Estupenda playa. Se ve a mi espalda en la foto de la calavera. Aguas cristalinas. Como la playa dels Canyerets de la costa brava, pero bueno, ya que estábamos en una isla, había que admirar sus aguas cristalinas. Me gustó esta playa. No nos equivocamos al elegir una playa del norte. Oímos que en Turqueta y Macarella hubo medusas.

Al día siguiente creo que fuimos a Macarella, pero como había atasco en la carretera, decidimos no cruzar la isla y desviamos el rumbo a Son Bou. Me recordó mucho a la Platja Llarga donde suelo ir en Tarragona, pero con menos gente y con aguas un poco más espectaculares. Eso sí, tenías que adentrarte muy adentro para que te cubriera. Debo decir que fue la que más me gustó. Al contrario que las calas, una playa larga como esta invita a pasear por toda su orilla, mientras que las calas esto no lo permiten. Y como no tenía edificaciones cercanas que afearan el paisaje, sólo el hotel Sol en un extremo, no tenía nada que envidiar a las calas. Como dije antes, hasta podías despelotarte sin mezclarte con la zona de enfrente del hotel. Me sorprendió que, al contrario de lo que pasa en Tarragona, a muy poca gente le daba por pasear por su orilla. Y mucho menos andar y desandar los aproximadamente 3 km de largo que tenía.

Al día siguiente sí que fuimos a Macarelleta, pasando por Macarella. Aunque pueda resultar muy útil, no me gustó esos letreros luminosos al principio del acceso por carreteras estrechas que indicaban Parking Lleno o libre. Y mucho menos que te cobraran 5 € por dejar el coche en un descampado. Y muchísimo menos que que una vez deado el coche y llegar a cualquiera d elas dos calas no tuvieras arena donde dejar la toalla. No cabíamos!!!!! Essa tarde fuimoa a Cala en Bruch, donde hay una especie de plataformas con escalerillas. Como dice la foto (adivinad cual), no nos bañamos. Estaba plagada el agua de medusas.

Otro día fuimos a Cala Pilar. Yo creo que fue el día que más andamos. Al ser similar a Cala Pregonda, me quedo con Cala Pregonda.

El penúltimo día repetimos Son Bou, pues no queríamos irnos muy lejos. Y el último, a la playa de Cavallerias. Muy bien, sin mucha gente, como todas las del norte. En esta y en Cala Pilar la gente se embadurnaba de barro.

De las tardes, hablaré en otro momento, pues fueron de los más entretenidas, algunas de ella con muchas risas.

1 comentario:

Jo dijo...

las próximas vacacioncitasno me despiertes temprano y juro que ahi estaré


:P