El otro día me encontré con una agradable sorpresa en la Vigilia Pascual. Una chica de 27 años recibía su bautismo y, cómo no, también recibió al Espíritu Santo por el sacramento de la Confirmación. Y digo que fue una agradable sopresa porque me sorprende que en los tiempos de desprestigio que corre la iglesia hoy día, aún queden personas que quieran pertenecer a ella.
Fue uno de esos momentos emotivos. Sus padrinos creo que fueron sus abuelos. Tendríais que haberles visto. Cuánta emoción. La chica, en el momento que formó parte de la gran familia que es la Iglesia, fue obsequiada con un gran aplauso. También lloró, cómo no. Supongo que no se lo esperaba. Cómo le cambió la historia. Por lo que contó a la asamblea el párroco, hubieran querido participar del sacramento en la más estricta intimidad. Pero, como reconoció el párroco, no se podía desperdiciar la oportunidad de recibir el sacramento del bautismo en la Vigilia Pascual, donde alcanza mayor significado si cabe. Y les "forzó" a sacramentarse en la Vigilia.
Una más, pensaría ella que era. La más, me atrevería yo a decirle. Tener el valor de decir SÍ a Jesús resucitando. Si, no digo resucitado, digo resucitando, porque no hacemos más que meterle perdigonazos con nuestro día a día y tenemos que irle resucitando después. Desde aquí quiero felicitarte, Virginia. Y transmitirte la emoción que sentí por tu aplomo de decir SÍ.
¿Que si era guapa? Preguntarán algunos.
Guapísima.
1 comentario:
me acuerdo mucho mucho.... parece que si a veces dios se manifiesta y a veces te nombra por alguna razon pero no lo hace como todos ... o lo usual...
me acuerdo de ti nacho...
:)
gracias por compartir esto
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