Mi viaje a Donosti no comenzó con muy buen pie que digamos. La noche del miércoles llegué con 38,5 ºC. Menuda tiritona. Y es que ya el martes me sentía mal, echando toda la comida.
Suerte fue que el jueves me levanté sin fiebre y algo mejor. Eso sí, algo más suelto que de costumbre, ya me entendeis. Lo justo para un viaje donde prima el comer, vaya suerte la mia. Me recomendaron un aquarius de naranja, que decían que venía muy bien para estos casos.
Me lo tomé en una gasolinera donde había quedado con los amigos de Barcelona. Hicimos todo el viaje juntos hasta el concesionario de Andoain. Allí nos recibieron bastante bien. Me saqué esa foto con la Night Rod, esa moto negra que me encanta. Allí nos dieron la bolsa de bienvenida, pin, chapela bordada del Costa Vasca Chapter, unas revistas, un plano de donosti e información turística. Ah, se me olvidaba, una braga estupenda para ir en moto del chapter también.
Después nos llevaron al Hotel Palacio de Aiete. No está anda mal, en una zona de gente bien de Sanse. Allí una duchita, tertulia en el hall hasta la hora de la cena.
Estas son las Ladies of Harley.
De allí pusimos rumbo a Donosti. Un paseo elegante por el centro de la ciudad. Los vascos y las vascas se arrimaban a la acera como si de la cabalgata de Navidad se tratara. Desde Ciriaca se divisiban unas chicas estupendas. Debo decir que molaba ir en una manada de Harleys por San Sebastian.
Después de ese garbeo y antes de ir al hotel, hicimos una parada en el restaurante Xarma. Inaugurado hace pocas semanas y perteneciente a Berasategui, con 1 estrella michelín, por lo que me dijeron. Allí nos invitaron a un cava refrescante.
Ciriaca a la sombra.
Este monumento se hizo en honor del santo mio. San Ignacio de Loyola.
Después de llegar al hotel, aserse y descansar, nos montaron en un bus y tomamos camino de una sidrería.
Allí nos pusimos como cerdos. Y qué bueno estaba todo.
Después, a media mañana, paramos en el Rochas Bar, en Azpeitia. Allí nos invitaron a almorzar. Eran las fiestas. Es un bar Chopper de la zona.
Y de allí, partimos hacia el santuario de Aranzazu.
Y luego, a la llegada al hotel, me esperaban allí mi amigo Josu y su mujer. Hacía 4 años que no nos veíamos. Me hizo mucha ilusión verles.
Y por la noche, cena de despedida y fiesta. Me tocó ese botellón de whisky de la foto en un sorteo. 4,5 l.Lo curioso es que en la foto parece más pequeña la botella.
Y el regreso bien. Aunque llovía por la mañana, nos pusimos el traje de agua pero no nos llovió. La tormenta iba por delante nuestro. A la segunda parada nos lo quitamos y se acabó lo bueno.
Debo decir que me lo he pasado bien. No venía con muchas espectativas pero la gente y su acento me cautivaron.
4 comentarios:
tu acento tu chapeta, tu facha de hombre rebelde y rudoooo wow!!!
esa sonrisa te delata eres un encanto!
ciriaca . vaya la de cosas que contaria si pudiera hablar
te mando un abrazo nacho asi aunque sea de lejitos mira que te veo tan contento que contagias!
abrazos
Que fotos más chulas...
Si ya decía yo que cambiar de escenario de vez en cuando no era malo... :)
...gracias por dejarme ir de paquete...gracias por compartir tu viaje...gracias por ser mi amigo...gracias...infinitos besos de bolsillo...
Ya me has dado el empujon que necesitaba, tengo un recuerdo maravillos de Sanse y es que el país vasco me enamora.. voy a preparar el un viaje para el primer finde de julio un beso mile hombres MUAKKKKKKKKK POR CIERTO TENGO UNA CHAPELA ASÍ DE GRANDE PERO CON EL ESCUDO DEL BARÇA JAJAJAJA :p
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