viernes, 1 de enero de 2010

Año nuevo.


Ya es día 1 de Enero de 2010. Y aunque el cielo sigue encapotado y negro como ayer, ya es de día. Supongo que hace un rato. Debo decir que he dormido.

El evangelio de hoy da protagonismo a los pastores. Fueron al lugar y vieron a Dios ahí, recién nacido, en el pesebre. Dice el evangelio que la gente se maravillaba de lo que decían los pastores. Y María, que debía ser muy lista, se guardaba estas cosas en el corazón.

Sin meterme con los pastores de ahora, que hay pocos, casi menos que cuando yo era pequeño, que recuerdo quedarme atrapado en el medio de la calle del pueblo mientras me atravesaba un rebaño de ovejas. Siempre me sorprendía lo de cagada que dejaban la calle.

Los pastores de entonces, eran lo peor. Ni entre ellos se respetaban. Como descuidaras una oveja ya la viste, pues seguramente un pastor más avispado que tú ya te la ha pispado. Y si ya eran mal considerados los pastores, imaginad también ladrones. ¿No es soprendente que sea a estos a los que el ángel les lleve la Buena Noticia y estos PASTORES, sean los que no dejan de visitar a Dios nacido y a glorificar su nombre. Me pregunto cuantos de ellos dejarían de robarse las ovejas unos a otros. Y me soprende que los que allí estaban se maravillaban de lo que decían estos pastores. y supongo que también de lo que hacían.

Pero, ¿Y nosotros? ¿Qué nos impide hoy acordarnos de que el otro día nació Dios? ¿Es que le hicimos un hueco y lo olvidamos ahí? ¿No vamos a visitarle como los pastores? ¿Se nos ha ocurrido pensar que le puede faltar algo? ¿Quizá un poco de azúcar o sal? ¿Acaso no nos volveremos a acordar hasta el día de reyes? Eso si asociamos la idea de los reyes al niño Dios.

Parece que el Año Nuevo, la cena de Fin de Año y que muchas personas pasen el primer día del año durmiendo hace que olvidemos lo importante.

Me gusta que se celebre el nacimiento de Dios el 25. 5 días antes de que acabe el año Dios se empeña en nacer en nuestra vida.Como si no se fiase de nuestro propósito de cambio que la raza humana se empeña en repetir todos los años. Él se ofrece antes, nos da la oportunidad de, antes de acabar, haber emprendido el cambio que nos haga mejroes personas, más felicces, más atentas, más conscientes de que no estamos solos.

¿Y no es maravilloso el ejemplo de María? Ignoro si por entonces sería consciente de todo lo que iba a tener que pasar y sufrir su retoño, pero ya empezaba a guardar en su corazón todas las cosas bonitas que le iban pasando. Como ella guardaba los gestos de los pastores, yo guardo todo lo que viene de personas que me han sido regaladas una vez más. Cuando me pregunten el día de Reyes qué es lo que me han traido, volveré a decir una vez más: Amor y Felicidad. Unos me mirarán desconfiando, otros con pena, como si eso no les pareciera un estupendo regalo caro. Pero yo, más feliz que una perdiz, os guardaré en mi corazón, al ladito de ese Dios que se empeño en nacer una vez más.

FELIZ 2010

5 comentarios:

Sundance dijo...

"más feliz que una perdiz" es como me encanta verte!!!
Que el 2010 te traiga aquello que deseas (cuidado con lo que deseas que a veces se cumple, eh?)jajajaj

Un abrazo enooooorme!

Nacho dijo...

Un abrazo, sundance.

Jo dijo...

ooohhh demonios... ah no eso no debo mencionarlo asi vaya cagada la mia comenzando jeje

erhm... bueno supongo que uno luego se vuelkve medio desagradecido o medio desencantado o medio frivolo materialista y un séquito de cosas mas y no rescatamos lo verdaderamente iomportante

ay nacho yo a vece stan hereje, lo acato y luego te lkeo y me haces reflexionar que ya mismo me remuerde la conciencia aunque sea ... hay que dar gracias por estar vivos, por tener comida en nuestras mesas, por disfrutar de los nuestros por tener la fortuna de disfrutar todas estas cosas y fiestas...

esta bien me ire a persinarrr
de verdad


Feliz inicio de año nacho

Nacho dijo...

Joooooo: ¿Querrás decir persignar? jajaja. Y descuida, que yo también soy a menudo hereje.

MARIETA dijo...

Y María lo guardaba todo en su corazón?? JA JA JA Qué corazón ta grande tienen algunas Marías... AY, páterrrrrrrrrr